La icónica imagen de Charlton Heston encontrándose con la parte superior de la Estatua de la Libertad apareciendo entre la arena y entendiendo que estaba en la Tierra, perdura en la mente de los cinéfilos que vieron la película inicial de “El planeta de los simios”, estrenada en un lejano 1968.
La exitosísima producción dio vida a dos sagas: la primera duró hasta mediados de la década del 70 (y se prolongó luego en la televisión) y la restante comenzó en 2011 y hoy suma una nueva realización a la lista con “El planeta de los simios: Nuevo reino”, el principal estreno de la semana en la Argentina en las salas comerciales.
Antes de volcarnos de lleno a lo nuevo, vayamos al origen. La historia cinematográfica original se basa en la novela distópica francesa “La planète des singes”, escrita por Pierre Boulle en 1963, quien imaginó un mundo donde los simios fuesen la raza dominante y los humanos, sus esclavos y mascotas. En tiempos de guerra fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética, el planteo fue leído en términos políticos: el astronauta norteamericano que hace un salto en el tiempo y vuelve a su mundo totalmente destruido y cambiado -a tal punto que creía haber llegado a otro lugar-, se enfrenta a quedar sometido a un estado de animalidad. Entre los simios, a su vez, hay categorías muy marcadas y sin dinámica social: los fuertes y agresivos gorilas son la clase dirigente con cargos políticos, militares, empresariales y de corte aristocrático; los orangutanes son académicos, doctores y profesores conservadores; y los chimpancés son científicos, inventores y artistas progresistas. En el libro de Boulle, cualquier parecido con la organización humana carece de casualidad, mientras que también hubo interpretaciones acerca de que la historia narrada era una alegoría sobre el racismo y la violación sistémica a los derechos humanos (ahora proyectados a los derechos del animal).
El camino transcurrido desde el filme iniciático de Franklin Schaffner hace 56 años a la entrega de hoy dirigida por Wes Ball -en el medio de las dos tandas quedó en 2001 una película realizada por Tim Burton, fallida tanto para crítica como para público-, hace que muchas de las lecturas de entonces suenen anacrónicas. Quizás sea por ello que la dinámica de lo que se presenta en pantalla apunte directamente a la acción.
Esta nueva producción cambia fuertemente los nombres involucrados respecto de la tanda inmediatamente anterior, porque implica el lanzamiento de otra trilogía. Si en el período 2011-2017 el producto estuvo en manos de Rupert Wyatt, ahora la posta -y el futuro- la toma Ball sobre el guión de Josh Friedman, Rick Jaffa, Amanda Silver y Patrick Aison, protagonizada por Owen Teague, Freya Allan, Peter Macon, Eka Darville y Kevin Durand, con el respaldo del sello Disney.
Los hechos suceden 300 años después de los eventos de “La guerra del Planeta de los Simios”, con el enfrentamiento final y fatal entre César y Alfa-Omega. Ahora han surgido muchos clanes de simios pero que viven en paz entre ellos, mientras un virus ya infectó a todos los humanos supervivientes que retrocedieron a un estado salvaje, y la naturaleza arrasó con los últimos vestigios de las grandes ciudades. El líder emergente es Proximus Caesar, quien pervierte las enseñanzas de César para esclavizar a otros grupos. En ese contexto surge Noa, un chimpancé común, que se embarca en un viaje junto a una joven humana rebelde para definir un futuro común.
Ball señaló que la trama se desarrolla en la “Edad Oscura”, donde los simios redescubren elementos perdidos del pasado y pretenden obtener cada vez más tecnología a cualquier costo. Esta impronta marca no sólo esta película sino que da indicios de las próximas. “La historia devela temas de profundidad sobre la humanidad pero, al filmarla, fue igual de importante para mí que fuera entretenida y disfrutable. Encuentra un equilibrio entre la reflexión profunda y tener una experiencia cinematográfica inmersiva”, afirmó Ball al presentarla en un evento especial en México.
Evolución temporal: los hitos de una historia exitosa
La historia en el cine de “El planeta de los simios” comenzó en 1968 y fue un rotundo éxito comercial y de crítica. La primera realización fue dirigida por Franklin Schaffner. En el elenco estaban Charlton Heston, James Franciscus, Kim Hunter y Roddy McDowall y del guión participó Rod Serling, creador de “La dimensión desconocida”. Arthur P. Jacobs produjo las primeras cinco películas para la distribuidora 20th Century Fox y así surgieron cuatro secuelas entre 1970 y 1973: “Regreso al planeta de los simios”, “Huída del planeta de los simios”, “La rebelión de los simios” y “La conquista del planeta de los simios”, con distinta calidad -decreciente en líneas generales- pero manteniendo la respuesta del público. Inmediatamente después, en los dos años siguientes, se realizaron series de televisión para consumo norteamericano (la segunda en formato de animación, dirigida por Doug Wildey y desvinculada de las películas precedentes).
Luego se frenó toda la evolución de este producto hasta 2001, cuando Tim Burton lanza una remake respetando la novela, pero sin conseguir adhesión alguna.
Pasó una década más y se desempolvó la idea en un relanzamiento potente: en 2011 sale “El origen del Planeta de los Simios” (respetando las mayúsculas del título), dirigido por Rupert Wyatt, ya sin vinculación en el guión con el libro francés de Pierre Boulle en el que se basó el primer filme y con James Franco y Andy Serkis en los roles protagónicos; que fue seguida por “El amanecer del Planeta de los Simios”, en 2014, y “La guerra del Planeta de los Simios”, en 2017 (ambas con Matt Reeves en la dirección y Serkis nuevamente como el simio líder César), potenciando cada vez más su inclusión en el género del cine de acción. En ese universo llega “El Planeta de los Simios: Nuevo reino”, que es la primera de una trilogía que se proyecta hasta fines de esta década.
La franquicia también desarrolló videojuegos, juguetes y sectores puntuales en parques temáticos, lo que disparó los ingresos por encima de los U$S 2.500 millones.