Estamos viviendo tiempos muy oscuros, que requieren el sacrificio de todos los periodistas. El sacrificio de cada ciudadano en el mundo. En el discurso de aceptación del Nobel, en 2021, dijimos que estamos en un mundo que estaba despareciendo. Eso se hizo literal en 2022 y 2023, e incluso peor en 2024. El desafío hoy es recuperar ciertas reglas internacionales. El desafío es la justicia, proteger a la humanidad. Porque muchos se salen con la suya con impunidad. Empresas y países. Eso literalmente nos destruye. Destruye la confianza para la próxima generación.
Como periodistas estamos en la primera línea. Cuando fallamos allí, las personas a quienes servimos pierden su derecho, sus libertades, sus vidas en definitiva. A nosotros nos matan, nos llevan a prisión, nos silencian. Más de 500 periodistas están hoy en la cárcel. Como Evan Gershkovich en Rusia, Jimmy Lai en Hong Kong, Frenchie Mae Cumpio en Filipinas, y tantos otros. Hoy ya hay 44% más periodistas asesinados que en 2022, producto de la situación en Gaza. Y también están los silenciados.
Hay muchas más formas de silenciar a una persona. En el discurso del Nobel mencioné el impacto de la tecnología. Se están premiando las mentiras; las mentiras se esparcen mucho más rápido. Eso amplifica el miedo, el odio, la rabia. Ese sistema de distribución es claramente peligroso para los periodistas y para cualquier persona que no quiera mentir. Esto tiene que ver con la economía; se construyen los datos y somos un micro objetivo, y eso es algo que transforma nuestro mundo y manipula. No solamente a nosotros sino a las personas a quienes servimos, el público. Permítanme repetir esto: sin hechos no se puede tener la verdad. Sin la verdad no se puede tener confianza ni paz.
Sin ellas, no tenemos una noción compartida. No hay estado de derecho, no hay democracia. No se pueden comenzar a resolver los problemas que amenazan nuestra existencia, como el cambio climático, si no compartimos una visión de la realidad. La personalización de la tecnología significa impulsar que cada uno perciba una realidad diferente.
Los periodistas defienden los derechos humanos, a quien esté siendo atacado. No tenemos defensas efectivas contra esta guerra en contra de la información, porque esto es lo que es. La avaricia y el autoritarismo utilizan la tecnología para consolidar el poder. Estos elementos se alinean y crecen.
La inteligencia artificial se lanzó en 2022. Las redes sociales no se basan en hechos, utilizan mentiras. En los programas de Inteligencia Artificial las llaman “alucinaciones”. Suenan como hechos pero no lo son. Con la IA será cada vez más difícil entender y encontrar hechos.
No es una coincidencia que el 71% de los habitantes del mundo viva hoy en día bajo reglas autocráticas. En muchos países tenemos elecciones de forma democrática, pero no hay integridad de hechos y, si no existe, no habrá elecciones íntegras en un año en el que la mitad del mundo está votando.
A partir de la compra de Elon Musk de Twitter llegamos más allá del sótano. Las personas van a tener menos noticias; recibirán más propaganda, operaciones para presionar nuestros botones emocionales.
¿Qué hacemos como periodistas? Tengo algunos pensamientos y algunas ideas. Tenemos quizás dos años para que las noticias digitales sobrevivan. Tenemos que pensar en algo nuevo. Y eso es algo existencial, el fenómeno es más rápido que el cambio climático.
Hay solo tres vías por las que un sitio de noticias recibe tráfico: directo, redes y búsquedas. En enero del año pasado Meta, el mayor distribuidor de noticias del mundo, empezó a alterar el tráfico. Implicó caídas entre el 50 y el 90% en los sitios. Significó menos noticias en los feeds de los usuarios, más propaganda, más operaciones. Con la IA tendremos más toxicidad. Con las búsquedas generativas con IA se reducen la derivación de tráfico a los sitios de noticias.
Tenemos que dejar de suplicar a los gigantes digitales que protejan la integridad de la información. Necesitamos gobiernos que enfrenten el problema, que impulsen leyes para que la sociedad civil pueda organizarse. Para los periodistas y los medios, desde Ifpim (Fondo Internacional para Medios de interés Público) tenemos recursos para promover nuevas ideas y proyectos. Tenemos que construir nuestra propia tecnología, debemos ser los dueños de nuestra propia distribución en un mundo en el que la gente está siendo seriamente manipulada.
La guerra no está ocurriendo solamente en Gaza, Sudán o Ucrania. No está solamente afuera, está en sus bolsillos. Cada uno de nosotros debe identificar su propia batalla por la integridad porque los dictadores penetran a nivel celular en nuestra propia democracia. La guerra por la información está cambiando geopolíticamente nuestro mundo. Debemos colaborar, encontrar nuevas asociaciones.
Quiero terminar esto como empecé. Hablé de un mundo que está desapareciendo. Debemos tener el coraje para imaginar y crear un mundo como debería ser. Mucho más compasivo, mucho más igualitario y sostenible. Un mundo libre de tiranos y fascistas.
Digamos a la comunidad por qué. Debemos tener la empatía para poder entrar en estos momentos tan oscuros. El poder del dinero no es suficiente. Probémoslo, probemos que la inspiración va a hacer que crezca toda esta bondad en cada uno de nosotros. Y finalmente para todos los periodistas que están trabajando, que están ahí afuera todos los días: sigan haciéndolo. Su trabajo hoy, cada día, importa.
* Premio Nobel de la Paz 2021. Este es el discurso que dio en el Día Mundial de la Libertad de Prensa, el 3 de mayo pasado, en la Conferencia de la Unesco, en Santiago de Chile.