Por Daniel Salvador
04 Mayo 2024
EN EL SENADO. Tejerizo estudió en el Colegio Nacional y se graduó en la UNT. Reconocieron su “invaluable aporte a las ciencias médicas”.
Ser profeta en la propia tierra es una meta difícil y en la gran mayoría de los casos inalcanzable. No es el caso del doctor Juan Carlos Tejerizo, actual vicedirector operativo del Hospital Italiano, prestigiosa entidad por la calidad en todos sus servicios de salud -más de 40 especialidades y alta complejidad- y una reconocida institución por su seriedad y compromiso humano. El galeno tucumano lleva 40 años trabajando en Buenos Aires y en los últimos días fue galardonado con un reconocimiento del Senado de la Nación a su trayectoria y aporte a la medicina, y de las autoridades políticas de Tucumán que lo declararon “visitante ilustre” durante su breve estadía en la provincia.
“Me siento bien y halagado por las distinciones. Siento que colaboré en la formación de muchos colegas”, resalta. Y agrega que formar unos 1.000 profesionales por año no sólo coloca a la institución como el mayor formador de profesionales con capacitación en alta complejidad. “Es como hallar, indirectamente, cómo transmitir la salud pública formando gente”, apuntó al referirse a que más del 50% de ellos proviene del interior, adonde vuelven para volcar sus aprendizajes de excelencia.
En el Congreso de la Nación, Tejerizo recibió el galardón de manos de su coterránea, la senadora Beatriz Ávila, autora de la iniciativa, ante gran cantidad de público, familiares, colegas y pacientes. Y en la capital tucumana, el ministro de Salud Pública, Luis Medina Ruiz, fue el encargado de distinguir al colega que “nos llena de orgullo”, dijo, cuando fue recibido por el gobernador Osvaldo Jaldo, quien también tuvo palabras de elogio para el huésped.
SATISFACCIÓN. La senadora Ävila entregó el diploma al urólogo.
Cirujano especialista
El doctor Tejerizo es urólogo, cirujano de alta complejidad, especialista en patologías oncológicas y funcional vesical, muy reconocido en el país y en el mundo.
Se graduó en la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) en 1982 y se formó también dos años en la Universidad de Padova (Italia). En 1983 ingresó cómo residente al Hospital Italiano hasta llegar hoy a ser el subdirector médico.
Es además urólogo consultor de la Sociedad Argentina de Urología y ex presidente de esa entidad. Fue profesor de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y la Universidad del Hospital Italiano, y es conferencista de postgrado en distintos países de América y de Europa.
Él subraya que la institución se destaca hoy como hospital escuela en la formación de profesionales altamente capacitados, sobre todo, en cirugía de alta complejidad, y que son miles las personas para atender el funcionamiento general del nosocomio.
¿Su aporte se relaciona con la mención del hospital en la preferencia de atención de los pacientes?
-En realidad, es posible que mi nombre académico en el ambiente urológico es tenido en cuenta y eso se transmite a los pacientes. Pero hay respeto porque los formé y eso permitió crear una figura fuerte. También influyen las numerosas charlas y congresos postgrado. Como soy, trato de transmitirlo: dadivoso, dispuesto a ir donde me necesiten.
Antes se derivaban los pacientes del interior al Italiano por casos alta complejidad, y eso era difícil sostenerlo. Había que preparar otros especialistas. Hoy, la alta complejidad se atiende con profesionales full time y no se necesitan médicos de afuera para la cobertura. En definitiva, el Hospital Italiano a pesar de ser privado tiene características de hospital público.
Sus lazos profesionales con Tucumán nunca se cortaron...
-La urología me llevó a través de los años a tener un reconomiento de mis pares. Tengo una relación fluida en todo el interior del país y especialmente en Tucumán, porque los conozco. Después que me nombraron como vicedirector aprendí a conocer su funcionamiento y así surgió un elemento: trasladar el hospital a Tucumán. Esto es, concretar con las distintas instituciones para que la alta complejidad de Tucumán que no se pueda resolver allí, la hagamos nosotros. El servicio del Hospital Italiano se relaciona con la complejidad y la alta calidad. Somos el único centro de asistencia en la Argentina que puede llevar adelante todos los transplantes que se puedan hacer.
¿Cuál es la figura jurídica que administra el Hospital Italiano?
-Es una fundación sin fines de lucro y todo lo que económicamente se hace es en base a las 10.000 personas que trabajan para la entidad. Su desarrollo se sustenta en cuatro pilares: la docencia, que es lo que la distingue; la fuerza de la educación está en su universidad. El segundo pilar es la asistencia, que se cubre para 40 especialidades y sus complejidades; la tercera es la investigación a través de su moderno centro de estudio, y el cuarto punto es la innovación, a través del departamento que no tiene ninguna institución.
El doctor Tejerizo en el diálogo con LA GACETA precisó que el Hospital Italiano está en el primer lugar del ranking de puntuaciones de entidades internacionales que realizan la medición sobre mejores instituciones, entre el segundo y tercer puesto en el nivel sudamericano, y en el 60 lugar en el orden mundial.
“Teje” como lo llaman amigos y colegas, “abandonó” el trekking que realizaba con uno de sus alumnos, el doctor Eduardo Nazar, sigue con el tenis y hace gimnasio sin exigirse “por una hernia de disco”.
Una cirugía inédita: primera operación compleja en el Padilla
En septiembre de 2022 se realizó en el Hospital Padilla una cistoprostatectomía radical por cáncer de vejiga. Por primera vez se concretó una práctica de alta complejidad en el sector público a un paciente de 51 años. La operación estuvo a cargo del renovado servicio de Urología a cargo del doctor Alberto Fernández. El subjefe de Trasplante doctor Fernando Gómez Huamani, indicó entonces: “Lo que realizamos fue una cirugía oncológica de complejidad que no es habitual en nuestro medio. Para esto, tuvimos apoyo del doctor Tejerizo, quien es uno de los referentes a nivel sudamericano en estas patologías y vino del Hospital Italiano de Buenos Aires”. Al respecto, Tejerizo relató que cuando lo invitaron no dudó: “poné un anestesista y yo pago mi pasaje”. Agregó que el paciente no tenía recursos.
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