“Ignorar la importancia de la pelota parada es como querer manejar el coche con tres ruedas”. La histórica frase de Osvaldo Zubeldía, técnico que salió campeón con Estudiantes de La Plata, San Lorenzo y Atlético Nacional encaja a la perfección en el presente de San Martín de Tucumán en la Primera Nacional. Contra Agropecuario, el equipo de Diego Flores abrió el marcador por esa vía y cuatro de los 14 goles que marcó en lo que va de la temporada llegaron a través de una jugada de balón detenido.
Nahuel Banegas (vs. Gimnasia de Jujuy y Chaco For Ever), Juan Orellana (vs. Talleres Remedios de Escalada) y Tiago Peñalba (en el último duelo contra el “sojero”), fueron protagonistas de los goles que llegaron gracias a un arma que parece ser primordial para el DT; un atributo que el propio Flores se encargó de resaltar en más de una ocasión.
“Es el cuarto partido que abrimos de esta manera. Es otra faceta en la que estamos muy bien”, dijo luego de la victoria en Carlos Casares.
Antes, luego del cabezazo de Banegas en el debut contra Gimnasia de Jujuy, también el DT había destacado la importancia de esa faceta. “Pudimos abrir el partido con una pelota parada, algo que es muy importante en el juego. El equipo tuvo intención de dañar a través de esta vía”, había explicado “Traductor” en La Ciudadela.
En el cuerpo técnico del nuevo líder de la zona A entienden que esta acción de juego sirve para mejorar el rendimiento de sus dirigidos y para contrarrestar las fortalezas del rival. Ahora bien, ¿cuáles son las claves para destacar en este aspecto?
“Se trabaja uno o dos días durante la semana. Es fundamental en el funcionamiento de este equipo. Las claves son que el jugador tenga un convencimiento de que va a salir; que haya concentración para saber lo que tiene que hacer y saber leer la defensa con picardía para saber cuándo ejecutar cada cosa”, le explicó a LA GACETA, un integrante del cuerpo técnico. “El análisis de video tiene un papel importante en ese sentido. Se evalúa cómo se para el rival para defender la pelota parada y cuáles son los puntos débiles para atacarlos. A partir de allí se diagraman las acciones”, explicaron.
Los encargados de ejecutar las jugadas de balón detenido en el equipo son tres: Juan Cuevas, Iván Molinas y Pablo Hernández, que no viene sumando minutos en los últimos partidos.
El volante naturalizado mexicano ejecutó el córner que culminó con el tanto de Peñalba, que podría haber en contra producto del cabezazo hacía atrás de Enzo Lettieri.
En tanto, Molinas se destacó un poco más: ejecutó tres tiros de esquina que terminaron en gol. Contra el “lobo” jujeño, Chaco For Ever y Talleres (RdE).
Banegas aportó dos goles de cabeza, Orellana se adelantó a los defensores en un córner con su pierna derecha y Peñalba cabeceó casi sobre la línea.
San Martín demostró que la pelota parada es una de sus virtudes y si continúa afianzando esta faceta tendrá una herramienta más para destrabar las cerradas defensa de la Primera Nacional.
En la previa, Agropecuario aparecía como un equipo algo frágil en defensa aérea y el “santo” se lo hizo pagar gracias a una jugada made in laboratorio de Flores; ese que viene dando varias alegrías en Bolívar y Pellegrini.