Descentralizar la ciudad: los edificios del patrimonio están deteriorados

Descentralizar la ciudad: los edificios del patrimonio están deteriorados

La necesidad de mantener los valiosos espacios antes de que se derrumben. Una asistencia permanente, con políticas estables. El transporte público y las obras en la universidad. La infraestructura.

PROFESORA EMÉRITA DE LA UNT. La última distinción de la arquitecta. PROFESORA EMÉRITA DE LA UNT. La última distinción de la arquitecta.

“Tenemos una ciudad descapitalizada. Los espacios de valor patrimonial tienen que tener un mantenimiento permanente y no llegan los fondos del Estado. Pero tampoco existe un compromiso de los sectores privados; por ejemplo el Banco Francés abandonó en su momento el edificio de San Martín y Maipú y ahora esperamos que se caiga en cualquiera de estos días”.

En pocas palabras la arquitecta Olga Paterlini de Koch describe un cuadro de situación de la ciudad que, por otro lado, puede extenderse a toda la provincia. “Se va destruyendo lo que está aquí, lo que está en Simoca y en Concepción. Hay joyas arquitectónicas que se perdieron”, afirma. “Hay que descentralizar la ciudad y buscar solución al tema del transporte público”, señala entre otras propuestas .

La arquitecta recibió el viernes la distinción de Profesora Emérita de la Universidad Nacional de Tucumán y a las pocas horas conversó con este diario; emocionada todavía por la ceremonia de esa mañana que le resultó un recorrido por su “gran familia”.

Arquitecta y Doctora en Arquitectura, fue profesora hasta hace poco de Historia de la Arquitectura, Directora del Instituto de Historia y Patrimonio y de la Maestría en Historia de Arquitectura y Urbanismo Latinoamericano. Fue decana de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UNT. Y participó en distintos proyectos para la ciudad durante las gestiones de Rafael Bulacio. Además ha publicado distintos libros y textos en distintas universidades. Uno de los más relevantes ha sido “Pueblos azucareros de Tucumán” (1987). Y es miembro de la Junta de Estudios Históricos.

La semana pasada disertó sobre “Patrimonio industrial en Tucumán. Entre la resistencia y la conservación”, en el Día Internacional de Monumentos y Sitios. Y por estos días sus mayores preocupaciones se centran en las refacciones de la iglesia San Francisco.

Porcentaje

Durante la extensa entrevista telefónica con este diario y ante una pregunta, responde que “el patrimonio tuvo un jaqueo permanente y se privilegia la propiedad privada”, destaca. “Creo que hay que mirar hacia otro lado: tenemos una ciudad descapitalizada; el 50% de sus habitantes viven en una situación inferior a una mínima calidad de vida. No podemos ser indiferentes ante esa situación”, asegura. Además, agrega, tampoco se atrae al turismo. “Cuando llega un turista a la ciudad está un día y se va a Salta, y eso que ahora esa provincia está en baja”, remarca. La experta cuenta que Santa Fe es la ciudad que más está avanzando en ese sentido. Y Jujuy, a pesar de los problemas que tuvo que enfrentar.

- Un ex director del Ente Cultural decía que la humedad afectaba todo, incluso hubo un conflicto con las obras de Goya en el Museo Timoteo Navarro (2005), sobre cómo y dónde conservarlas; es la humedad de la que todo el mundo se queja y reniega.

- La humedad, los cambios climáticos nos afectan, los fenómenos del Niño o de la Niña, pero estos edificios requieren un mantenimiento permanente y es lo que no reciben. En la casa, cuando uno tiene una pérdida de agua, si no la arregla se rompe y hasta puede afectar al vecino. No reciben el flujo necesario para mantenerlos, llegan los recursos entrecortadamente y si dejamos morir ese edificio nos vendría el colapso, más o menos. En el caso del Timoteo Navarro, que usted me pregunta, creado por un artista belga a comienzos del siglo pasado, hay que sanear cuando se comienzan las obras, porque en los planos no figuran muchos daños, hay que ver con qué nos encontramos. En Tucumán no prendió la idea de tener la identidad por la arquitectura. Por ejemplo, los patios de la Casa Histórica son abiertos, y el Timoteo Navarro es el único que tiene un hermoso patio cubierto, en lo que fue el primer Banco Provincia.

-Y entonces…

- Los edificios patrimoniales del mundo están en constante revisión, y se los cuida siempre, eso hay que tenerlo claro. Acá carecemos de políticas estables que lleven adelante estos temas, una política sostenida en el tiempo quiero decir. El problema es que nunca se llega al destino. Los edificios aún están de pie, deteriorados, hundidos, pero están y hay que protegerlos constantemente.

- ¿Usted ejerce la profesión?

- Profesional no; en realidad, mi profesión fue a través de la facultad, estuve arraigada allí y con mucho trabajo de extensión, desde donde se han producido proyectos y ejecuciones. Pero no tengo obra con la arquitectura. En algún momento, durante la gestión de Raúl Martínez Aráoz me consultaron sobre algunos proyectos, pero fue con Rafael Bulacio con el que tuvimos un convenio sobre el patrimonio. La manzana de la Casa Histórica había quedado sin normativa, y nos pedían qué hacer. Bulacio era sensible además porque tenía su agencia de turismo y conocía el mundo. ‘Quiero que me piense la ciudad entera’, me solicitó y entramos en la Dirección de Planeamiento y se cambió el Código de Planeamiento Urbano. Cuando ingresé me encontré con gente muy responsable. Pero el código no se aprobó como estaba previsto; llevó 10 años esta puesta en valor. Posteriormente fue Domingo Amaya el que moviliza todo el sector de la Casa Histórica y ahí aflora el proyecto y se hizo el Paseo de la Independencia y ese corredor desde la Casa Histórica hasta la Catedral y desde ésta hasta La Merced.

- Hablemos de la ciudad…

- Ocurre que, como en todos los centros urbanos se vive un conflicto con los medios de movilidad. La ciudad debe pensar seriamente en recuperar el transporte público; lo público debe seguir siendo el pilar de nuestra sociedad. El tránsito es una clave que hay que modificar, provoca mucho daño ambiental con los gases tóxicos. Otro tema es la infraestructura. Levantaron la altura de edificación y supongo que tendrán bombas enormes para poder alimentar el agua hasta arriba. Pero otro grave tema es lo que sale de estas viviendas, el sistema de cloacas. La calle Santiago del Estero tiene mil pérdidas de líquidos cloacales. Hay que descentralizar la ciudad, crear núcleos periféricos, como en Yerba Buena, que es lo que más conozco y donde se ha logrado esto.

ESPERANDO QUE SE CAIGA. El local del ex Banco Francés en plena decadencia, en la esquina de Maipú y San Martín. ESPERANDO QUE SE CAIGA. El local del ex Banco Francés en plena decadencia, en la esquina de Maipú y San Martín.

- Hace unos días el ex rector Juan Cerisola aseguró que los fondos de la minería se invirtieron en obras en la Universidad. Usted, como funcionaria del Consejo Superior y luego decana, ¿vio esas obras?

- En la Facultad de Arquitectura se hizo un sector nuevo, creo que fue en la gestión de Eduardo Coletti; hay un capital edilicio importante, pero lo que no me consta es el origen de los recursos, no puedo asegurar que haya sido con dinero de las regalías mineras. Pero sí, efectivamente hubo un incremento edilicio sustancial, eso es evidente. También observé una biblioteca de la Facultad de Psicología, todo un hito en el tipo de construcción que se efectuó, y el anfiteatro de esa facultad. Se hizo equipamiento en esa época, pero no tengo una radiografía del capital que se utilizó y en dónde; sé que hubo un informe sobre el tema, pero al que no tuve acceso. Fue un momento tan complicado; recuerdo que hubo una serie de decisiones que se desconocían no con respecto al dinero de la mina, sino cuánto debía recibir la UNT con todo su equipamiento.

- ¿Qué debía ser para una ciudad universitaria?

- Si me pregunta sobre la ciudad universitaria, fue un proyecto de vanguardia, una utopía moderna diría, y ya con el rectorado de Eugenio Virla pasado la mitad de los años 60 se decidió invertir el dinero en los edificios universitarios. Ahí fue el gran giro. Había una urgente necesidad de construir edificios propios y se construyó la quinta agronómica que también quedó inconclusa. No se olvide que se estaba funcionando en gran parte en locales alquilados. Se imagina hacer una pequeña ciudad en San Javier, a 800 metros de altura. Los arquitectos en su mayoría no eran tucumanos…

(NdelaR: el Instituto de Arquitectura se formó con Horacio Caminos, Eduardo Catalano, José Le Pera, Rafael Onetto, Eduardo Sacriste, Enrico Tedeschi, Hilario Zalba y Jorge Vivanco y gestó un proyecto de 18.000 hectáreas extendidas sobre el Cerro San Javier).

- ¿Cómo pasó esas horas del premio?

- Muy lindo, hermoso, con mucha gente, ex compañeras de la Escuela Sarmiento, de la facultad, ex estudiantes, miembros de la cátedra del Instituto, de los ferrocarriles y la municipalidad, era como el recorrido que comenzaba a hacer. Fue emocionante. Era como estar en familia, amigos de toda la vida, todo estuvo presente en ese momento, todos compartimos el conjunto. Una gran familia.

Contundente

En una entrevista de 2016, Olga Paterlini de Koch fue contundente: “no deberíamos haber destruido esta ciudad. Podríamos haber conciliado un desarrollo de la ciudad sustentado en nuestra identidad”, añadió en esa oportunidad a LA GACETA. Y agregó que los arquitectos no solo deben ocuparse del tema de la vivienda, sino del hábitat, que es mucho más amplio.

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