Cecilia Guerra: “Independencia y libertad son conceptos contemporáneos”

Cecilia Guerra comienza a despedirse del Museo Nacional de la Independencia, que condujo en los últimos cinco años. Durante este tiempo, la Casa Histórica fue su segundo hogar, y en su partida tiene la tranquilidad de una misión cumplida: “logré cumplir con todo lo propuesto cuando empecé”.

Su reemplazo generó revuelo en la comunidad museística y de los historiadores ya que -a diferencia de su reemplazante, José María Posse- había llegado al cargo mediante concurso. “Como a todo el mundo, me sorprendió la decisión, pero no tengo nada que decir sobre ella porque no me incumbe. Yo concursé en 2017 en un llamado del Gobierno para conducir museos nacionales; superé todas las instancias y en cada etapa queda gente afuera. En abril de 2018 se anunció quiénes habían sido los ganadores y mi designación fue a partir de enero de 2019. Venció en enero de este año; yo quedé justo con el cambio de gestión. Me avisaron del relevo por teléfono”, describe en diálogo con LG Play, con la aclaración de que se había pedido la prórroga de su mandato por dos años más, trámite que está registrado en el circuito administrativo. Asimismo, agradece las numerosas muestras de apoyo y de reconocimiento que recibió, de distintos colores políticos.

Guerra reconoció: “el Museo está atravesando la incertidumbre, no se sabe si los cambios en algún momento van a tocar a algún trabajador de este espacio, porque la mayoría está contratada”. Precisa que de los 40 empleados, 30 revisten esa condición (con estabilidad, aportes jubilatorios, obra social y licencias), muchos con más de 10 años de antigüedad. Su designación era con renovación automática, lo que hoy no se está concretando. “En mi gestión, solo entraron cuatro personas nuevas para cumplir puestos profesionales en funciones muy importantes que no estaban cubiertas, sobre todo en museografía”, agrega.

Ante el hecho consumado de su partida, dice que mira para adelante, que hace un balance súper positivo de su gestión y que agradece el apoyo recibido desde dentro y afuera. “Logré que la Casa Histórica se abra. El equipo que queda es espectacular, acompañó todo mi proyecto como la ampliación y los nuevos baños, las reparaciones en la zona de reserva, hacer una muestra realizada totalmente por tucumanos, que educación sea el área central en relación con el patrimonio, la cultura y la historia... Estamos dejando todas las cosas ordenadas y entregando todos los informes administrativos que corresponden, obviamente”, resalta, aunque aclara que aún no tomó contacto con Posse. que asumirá el 1 de mayo.

La funcionaria admite que al llegar al cargo se encontró con un Museo “que venía de un proceso complejo, con muchos inconvenientes en varias cuestiones; el concurso que gané dio legitimidad y tuve la ventaja de que ya había trabajado aquí y fui una compañera más de los trabajadores”. Su labor fue incluso puertas afueras, con productos audiovisuales que permitió llevar material a las escuelas de alta montaña y con diversas comunidades para mostrar la Casa Histórica.

En la lista de pendientes quedó la segunda parte del nuevo edificio, con un proyecto aprobado pero que no fue licitado por falta de fondos. La idea era concretar un nuevo espacio de exhibición de artefactos y elementos de la historia que están preservados. “Espero que se pueda mantener todo y deseo éxito a mi sucesor. Si se llama a un nuevo concurso, me podría presentar porque este lugar es mi vida; ahora veré qué hago, como terminar mi tesis de doctora en Historia”, adelanta.

Guerra sostiene que hay que pensar el Museo desde el presente, no solo desde el pasado. “La independencia y la libertad son conceptos absolutamente contemporáneos. El desafío es qué hacer para que los niños y adolescentes que vienen obligados todos los años con su escuela encuentren siempre algo distinto y tengan ganas de volver solos. Tenemos familias que repiten su visita todos los fines de semana como parte de un circuito cultural”, concluyó.