La gran mayoría de las próximas autoridades de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) accederá a los cargos -rector, vicerrector, decanos y consejeros superiores- mediante el voto “a viva voz”. En rigor, esto sucederá de ese modo si, tal como se prevé, prospera el dictamen de mayoría de la comisión de Sistemas Electorales, en el marco de la reforma del estatuto de la casa de Terán. El texto será votado en la sesión del jueves, que marcará el cierre el proceso reformista que había iniciado hace 10 años.
La mencionada comisión no propuso muchas modificaciones al régimen electoral vigente desde 1995. De hecho, se mantiene el sistema de elección indirecto y una única reelección para los integrantes de las fórmulas de rector-vicerrector y de decanos-vicedecanos. Pero impulsan algunos cambios clave.
“El sistema electoral indirecto vigente, caracterizado por la elección de autoridades ejecutivas unipersonales (decanos y rector), a través de órganos colegiados calificados, los Consejos Directivos y la Asamblea Universitaria, refleja un modelo de gobernabilidad que valora la diversidad de opiniones y la representación equitativa de los distintos estamentos de nuestra comunidad universitaria”, señala el dictamen -firmado por una importante mayoría-, bajo el título “Fundamentación”.
“El mérito principal del sistema indirecto -y la razón de mantenerlo- es su gran versatilidad para canalizar las diversas expresiones de la vida política interna de nuestra universidad. La elección de (decanos y de rector) como resultado de los consensos entre estamentos desempeña un papel esencial en la gobernabilidad general de la universidad. Al tener que llegar a una decisión conjunta sobre quién gobernará, los estamentos garantizan la estabilidad y eficacia en la gestión de los decanatos y del Rectorado”, argumenta el documento.
Voto público
Acaso la propuesta de mayor trascendencia tenga que ver con el voto a “viva voz” para determinadas elecciones. “El sistema necesita de ajustes y mejoras para fortalecer su transparencia y legitimidad. La principal es la votación pública, nominal y a viva voz de los consejeros directivos al momento de elegir decanos, y de los asambleístas al momento de elegir rector. Estos son representantes de sus estamentos y de sus facultades y, como tales, deben rendir cuentas de sus actos ante sus representados. El primer acto por el cual debe responder es su voto para elegir a las máximas autoridades de la Universidad”, se arguye en el dictamen.
En particular, el voto “a viva voz” fue mocionado, infructuosamente, en las asambleas universitarias que eligieron los últimos rectores. En dos de estas, resultó el epicentro de fuertes polémicas, y su rechazo generó, en algunos asambleístas, la convicción de que el resultado final estaba manchado por la sospecha de compra de voluntades.
Un puñado de días antes de la elección de rector de 2010 se había viralizado un video que mostraba al entonces funcionario rectoral Ramiro Moreno cuando ofrecía cargos en la UNT a cambio de votos por la fórmula integrada por Juan Alberto Cerisola y Alicia Bardón. Con tal antecedente, en la sesión que debía elegir rector se mocionó el voto público. El planteo perdió, y mediante el sufragio secreto Cerisola accedió al Rectorado.
Cuatro años después, la moción del voto “a viva voz” volvió a perder en la asamblea de elección de rector; y los presentes fueron testigos de cómo Bardón resultaba electa, gracias a los “votos origami”, apodados así debido a los particulares pliegues que mostraban los papeles.
“La votación pública, nominal y a viva voz logra que la elección sea completamente transparente. La comunidad universitaria puede ver cómo votan sus representantes, lo que elimina los votos basados en compromisos ocultos o presiones externas. Si sancionamos esta reforma fortalecemos la confianza en el sistema electoral y legitimamos el resultado de la elección”, afirma el dictamen que se votará mañana.
Boleta única
Otra propuesta elevada por la comisión de Sistemas Electorales es la implementación de la boleta única en las elecciones de consejeros directivos estudiantiles, egresados y no docentes. “Al centralizar todas las opciones en un único documento se facilita una comparación directa y transparente entre candidatos. El método reduce significativamente la posibilidad de votos nulos o mal emitidos; (y) disminuye costos operativos y materiales asociados con la producción y distribución de múltiples boletas”, puntualiza el texto.
El dictamen de mayoría elaborado por la comisión de Sistemas Electorales da rango estatutario a la junta electoral de la UNT -actualmente está regulada por el régimen electoral-. Además, modifica la forma para su elección: en lugar de que se requiera una mayoría simple, como ocurre ahora, se exige una mayoría calificada. “Los miembros de la junta electoral serán designados por el Consejo Superior mediante el voto de las tres cuartas partes del total de sus miembros, y ejercerán sus funciones por dos años estando inhabilitados, durante ese lapso, para postularse como candidatos en cualquier elección universitaria”, dice el artículo que se propone incorporar al estatuto.
En caso de que este dictamen finalmente resulte aprobado por el pleno de la Asamblea Universitaria, con estos cambios se dará la renovación total de autoridades de la UNT en 2026.