Una semana intensa llegó a su fin en Lawn Tennis, con la final de singles del Challenger 50 que se disputó en el club de Parque 9 de Julio. El evento, histórico para el tenis de la provincia, quedó en manos de uno de los favoritos del público: Andrea Collarini. El zurdo de 32 años, 312° del ranking ATP, derrotó por 6-4 y 7-6 (3) a Hernán Casanova (384°), luego de dos horas y cuarto de partido, para sumar un nuevo trofeo a sus vitrinas.
Los nervios propios de una definición de campeonato se apoderaron de ambos jugadores durante el primer set. Eso derivó en una irregularidad notoria en ambos jugadores, sobre todo en sus juegos de saque; en total, se quebraron en cinco oportunidades. Fue Collarini, finalmente, quien pudo marcar la diferencia; se quedó con el juego de saque de Casanova cuando el cotejo estaba 4-4, y con su saque, pudo cerrar el parcial por 6-4.
En el segundo set, el nivel de ambos se elevó, y sobre todo, empezaron a afianzarse con su saque. Parejo desde el drive y desde el revés, pero haciendo mucho daño, sobre todo, con su zurda, Collarini trató de tomar siempre la iniciativa, aunque Casanova, aguerrido, hizo mucho daño con su derecha, y defendió a muerte cada pelota. Y tuvo sus chances para llevar el partido a un tercer set: Collarini sacó 4-5 0-40. Sin embargo, un poco por mérito del posterior campeón, y un poco por fallos de Casanova, el zurdo logró levantar ese momento adverso.
El set se definió en un tiebreak, donde, tras la paridad inicial, Collarini ganó cuatro puntos al hilo, para cerrar el parcial por 7-6, y quedarse con el trofeo. Tercer título Challenger para el nacido en Nueva York (vive en Argentina desde los tres años), que volverá al Top 270 del ranking mundial, y que tuvo, al costado de la cancha, el apoyo no solo de su esposa Delfina y su bebé Benicio, de cuatro meses, sino también de sus suegros, tíos y primos, que llegaron desde Córdoba y Santiago del Estero para acompañarlo en la definición del torneo.
“Sin duda debe ser la semana más importante de mi carrera, porque se juntaron la vida personal y el tenis. Hoy a la mañana vino mi familia de Córdoba y de Santiago del Estero; mis suegros, mis tíos, y también algunos amigos”, indicó Collarini, en diálogo con LA GACETA. La importancia del trofeo, efectivamente, no es menor para el zurdo: es su primera consagración en singles desde que fue papá, y su primer título Challenger en Argentina, donde ya había logrado siete trofeos a nivel ITF; el último en 2014.
“Siempre había tenido muchas ganas de ganar un torneo en el país; he estado cerca, he ganado torneos de más bajo nivel, pero ganar un Challenger acá en el país, con mi familia y mi hijo… se ve que tenía que llegar él para que llegara la copa en el país. Estoy muy feliz”, agregó Collarini al respecto.
El nacido en Nueva York admitió que el nivel tenístico de la final no fue el ideal; pero que se va muy conforme con la forma en que compitió toda la semana, que le permitió llegar a lo más alto. “Pensando fríamente, el partido no fue bueno. Pero las finales, por lo general, no son partidos lindos; había muchos nervios. Lo importante es que se puede ganar sin jugar bien, y lo mejor fue que competí todos los puntos; ayer salvé set points, hoy también, y eso quiere decir que estuve muy presente, y que no me importaba ganar jugando muy bien. Y eso fue una constante en mi carrera siempre, de querer ganar nada más jugando bien, así que eso es algo muy positivo”, analizó Collarini.
Además, elogió la calidez del público tucumano, que lo hizo sentir como si fuera un tenista local. “Fue increíble, desde el primer día nos sentimos muy bienvenidos por toda la gente, parecía que nos conocíamos hace tiempo. Todo el mundo nos ofreció ayuda con nuestro hijo, y todo eso fue muy lindo, no pasa en otros países. Es un lujo jugar en Argentina, y fue un lujo jugar en Tucumán”, cerró Collarini, que tendrá unos pocos días de descanso en Buenos Aires, antes de emprender viaje rumbo a Europa. Motivado, claro, por este especial título que consiguió en Tucumán, y con la compañía invaluable de su esposa y su hijo.