“Se escucha en la calle que algo pasa, pero no sabemos nada y mucho menos estamos involucrados en eso”, aseguró Mercedes Galván para desmentir que el ataque a balazos que sufrió el lunes a la madrugada estuviera vinculado a una interna por el dominio de la barra brava de San Martín.
LA GACETA, consultando diferentes fuentes, pudo rearmar ese “algo pasa”. El conflicto se habría desatado porque un tal “Sopa”, el líder de “La Brava”, la facción que ejercía el poder en la tribuna de la calle Rondeau, decidió retirarse, aunque otros aseguran que lo obligaron a hacerlo. Había cedido su poder a “La Barra del Oeste II”, que tienen como referentes a un tal “Chuky” y a un tal “Cara i’Gota” que, según otras investigaciones realizadas por la Justicia, estarían vinculados a la venta y tráfico de drogas. Lo curioso de esta versión es que ambos habrían decidido dejar de lado sus diferencias barriales (que incluyen al menos dos homicidios) para hacerse cargo del poder de la hinchada uniendo el poder de fuego y de “soldaditos” para quedarse con el poder. “Si se juntan, serán imparables”, dijo un viejo asistente de la Rondeau.
El grupo de los supuestos sucesores también estaría integrado por una facción del barrio Victoria, que sería liderada por varios miembros de Los Gardelitos. Esa decisión molestó al clan Ale que, con Facundo Ale a la cabeza, estaría intentando frenar el “traspaso de mando”. Ese conflicto, de acuerdo a las versiones dadas a conocer por investigadores y referentes “santos”, habría incluido balaceras, amenazas y hasta golpes. “Pasó de todo y el clima de máxima tensión se vivió cuando hubo un blanco en la tribuna. Ese día, ‘Facundito’ se hizo el pesado en serio”, indicó el barrabrava de los santos que prefirió no dar más detalles.
“La Banda del Camión”, otra de las facciones de la barra cuyos integrantes estuvieron involucrados en tres homicidios de simpatizantes, no formaría parte de esta disputa y por esa razón se habría alejado de la tribuna de la Rondeau.