Los argentinos estamos viviendo momentos de tensión, ante la gran polémica que generaron los senadores al duplicarse la dieta, en una vergonzosa votación súper rápida y a mano alzada. Además se asignaron un aguinaldo que hasta ahora no tenían. Todos conocían de antemano la resolución, los que votaron en contra se hicieron los distraídos, porque nadie defendió su postura antiaumento de dieta. Incluso un libertario puso su firma en el proyecto, aunque argumentó luego que se había equivocado. Lo que hubiera sido razonable y acorde a la realidad del país es que los senadores hayan resuelto tener el mismo aumento que el régimen de los jubilados. Los que no estuvieron de acuerdo y se quedaron callados debieran donar ese aumento a hospitales, escuelas y comedores. Pero a este hecho deplorable, se agrega algo más reprochable, que es la cantidad de asesores por senador. A modo de ejemplo, nuestros tres senadores por Tucumán suman 53 asesores. Es inadmisible que a los cuatro millones y medio neto que va a cobrar cada senador, se sume una cifra tal vez superior a 60 millones por mes, en asesores para los senadores tucumanos. Tal vez esto que está ocurriendo responda al modo de ser de gran parte de los argentinos. Para revertir esta trágica situación se requiere hombres que sientan la Patria, como los próceres, con un gran compromiso, que se identifiquen con el futuro de nuestros conciudadanos, sin egoísmos, dando el ejemplo. El general Manuel Belgrano, poco antes de morir le pagó los honorarios a su médico con su reloj. El país necesita unificarse, con una orientación más civilizadora, más cerca del mundo real. Parece que nos cuesta pensar en el país, que nos cuesta quererlo, que nos cuesta pensar que más de la mitad de nuestros compatriotas son pobres y que la mayoría de nuestros chicos se alimentan mal. Pero ante tanta mediocridad, corrupción, incapacidad, robo de los dineros públicos, existe también la Argentina que trabaja, la de la iniciativa individual, la de los innovadores, los que a pesar de las dificultades se esfuerzan todos los días y comparten valores. Haciendo un esfuerzo común, siendo caudillo de nuestra propia voluntad, ni ofreciendo ni recibiendo dadivas, sólo así podremos conquistar todos los días la tan apreciada libertad, el progreso y el bienestar.
José Manuel García González [email protected]