San Martín se enredó en su propia incapacidad
Las imprecisiones y la mala toma de decisiones le impidieron a San Martín volver a la victoria y dejó escapar dos puntos que parecían posibles. Con el control de la pelota durante la mayor parte del juego, el equipo tucumano no encontró los caminos para generar, ni siquiera, demasiadas ocasiones de gol y se fue masticando un 0-0 inesperado ante Guillermo Brown de Puerto Madryn: un rival que tiene casi la mitad de los puntos que el “santo”, que hace seis fechas que no gana y que venía de cuatro derrotas y una victoria en sus primeras cinco salidas de la Patagonia.
Sin pasar demasiados apuros en el fondo, San Martín recién tomó el control del partido después del primer cuarto de hora y, más que nada por impericias del rival, lo fue llevando hasta su área. Pero una vez más a los conducidos por Diego Flores les faltó un poco de picante en el área rival. El libreto está claro y no se negocia: mucho control y una férrea apuesta por las bandas, aunque anoche los extremos estuvieron lejos del nivel esperado y que demostraron, de manera irregular, durante los primeros 11 juegos. Ni Lautaro Fedele ni Nahuel Banegas lograron ser determinantes, ya sea porque les cerraron los caminos o porque no estuvieron finos cuando buscaron alimentar a Junior Arias, que tampoco desentonó con el desempeño general de los de Ciudadela.
A las razones que privaron a San Martín de los tres puntos no hay que buscarlas en las virtudes de los visitantes, sino más bien en las falencias propias que se repiten, pero que a veces quedan tapadas por la efervescencia de un triunfo. Claro que para que todo fluya es necesario que colectivamente se alcancen niveles superlativos, algo que pocos jugadores pudieron sostener.
La presión alta, esta vez, no fue una de las herramientas más usadas y el juego directo, menos. Dio toda la sensación de que a San Martín le faltó sorpresa, alguien que rompa líneas y que se atreva a rebelarse ante tanta lateralización que, anoche, pareció haber sumado fases a una jugada que podría haberse resuelto con un pase en profundidad. Ahí es cuando más se nota si Juan Cuevas está en su noche o no.
En la conferencia de prensa, el DT ponderó la convicción del equipo para buscar la victoria, algo que no se discute. El meollo parece estar en afinar los pases de tres cuarto de cancha hacia adelante y en buscar la resolución más sencilla de una jugada. San Martín necesita tres o cuatro pases para llevar la pelota hasta el banderín del córner y desde ahí ensayar un centro o más de dos cabezazos en el área para buscar el gol.
A veces, lo simple puede resolver esquemas defensivos que, con un poco de disciplina, terminan privando al “santo” de algunos puntos que, a la larga, va a terminar lamentando. Pasó ante Ferro, después fue el turno de Quilmes y el punto más alto de la impericia fue, tal vez, ante Chacarita. Flores sostiene su equipo está en crecimiento y que apenas transcurrieron 12 partidos. El segundo puesto y la cosecha de puntos (58 %) parecen poco si uno recorre los 15 puntos que los tucumanos dejaron en el camino.
En todos los casos fue más por incapacidad que por verse superado por los rivales de turno.