A partir de los 25 años, el cuerpo humano produce colágeno con mayor lentitud, y ello se advierte en la aparición de líneas finas y arrugas en el rostro. Esta es la edad en la que, según los estudios dermatológicos actuales, conviene reforzar el cuidado de la piel para mantenerla lo más tersa, suave, humectada y saludable posible.
Es posible estimular la producción del colágeno mediante la adopción de una dieta focalizada en ello, con ejercicios y con la protección contra los rayos UVA/UVB. Entre esas rutinas, se destaca un aliado esencial: el retinol.
¿Qué es el retinol?
Derivado de la vitamina A, este ingrediente es elogiado por dermatólogos, cosmetólogos y cosmiatras, y se transformó en un tema de conversación relevante en las redes, particularmente en las cuentas especializadas. Sus efectos positivos lo han convertido en un as en el combate de manchas, acné, arrugas y fotoenvejecimiento. Muchos profesionales y usuarios consideran que el retinol es un activo eficaz para reducir los signos del deterioro de la piel por el paso del tiempo.
Empleados de manera sostenida, los activos derivados de la vitamina A aceleran el proceso de renovación celular porque incrementan los niveles de la enzima p53 considerada una especie de custodio del ADN.
¿Debería usar retinol?
Si bien en las farmacias y centros de estética se comercializan productos con retinol, lo ideal es consultar con un profesional antes de incorporarlo a la rutina personal. Sus efectos deseados deben lograrse con un proceso gradual: es un ingrediente poderoso que no debe usarse sin conciencia ni de manera excesiva. Esto significa en concentraciones bajas, y con días de diferencia y de descanso. La paciencia también es esencial: los productos cosméticos requieren meses de uso para ofrecer signos visibles de los resultados buscados.
Los productos con retinol vienen en presentaciones múltiples para el “skincare”. Su empleo debe ir de la mano de un aliado central que no puede evitarse: el protector solar. El uso de ingredientes activos genera sensibilidad a la luz solar, lo que puede ocasionar daños adicionales sin los cuidados correspondientes.