Lejos de los discursos de juventud y vitalidad eterna, y más aferrados a la idea de amigarse con los años, las arrugas y la tercera edad, hay que decir que entre la sobre dosis de consejos que inundan internet, las redes o los noticieros sí hay una verdad: el ejercicio físico es esencial en todas las etapas de la vida.
No es una receta mágica, ni una solución a todos los sinsabores diarios pero es una garantía de más salud y bienestar físico y mental.
En Tucumán hay muchos mayores de 65 años que encontraron la manera de mantenerse activos, pero aún quedan miles de otros que no saben por dónde empezar o no se animan a ir más allá por temor a encontrarse a un ambiente hostil con los mayores.
Sin embargo, en la provincia hay varias opciones para todos los que ya se animan o quieran intentar, moverse para vivir mejor.
Mente y movilidad
Natacha Alonso es tucumana, pero pasó 25 años de su vida en Uruguay. En el país vecino, una experiencia laboral le cambió la perspectiva de la vejez, y al volver a la provincia, quiso replicarlo y compartirlo. Su espacio se llama Otro tiempo y la idea detrás de él, es aún más profunda que su nombre.
“Trabajé más de 13 años en la Secretaría de las Personas Mayores de la intendencia de Montevideo, y fue ahí donde fui construyendo esta manera de trabajar, porque si bien hacemos ejercicios y es un trabajo físico, yo integro distintas disciplinas para la movilidad de las personas mayores”, comentó en diálogo con LA GACETA.
“Para mí fue importante, el aprender a escuchar a mis alumnos. Ellos sienten la necesidad de ser autoválidos. Entonces encontramos herramientas que les ayuden a sentirse así, y no necesiten estar dependiendo constantemente de otra persona”, explicó.
“Hay una técnica que yo les enseño para poder levantarse de la silla, por ejemplo. Son dos o tres detalles que ellos les cambian ya la concepción de cómo hacer, de cómo poder utilizar su propio cuerpo para poder levantarse sin sentir que necesitan que otro los sostenga”, indicó.
Y si los expertos mencionan a la sociabilización como un factor clave para una vejez más sana, Natacha supo como aplicarlo a su espacio. ”No una clase individual, sino una grupal, pero donde cada uno pueda ir a su propio ritmo, a su propio tiempo”.
“Siempre hay una silla en las clases”- añadió Natacha- “Es un elemento y una herramienta de igualdad también”.
“Todas y todos podemos intentar los ejercicios. Si no puedo estar parado, lo hago sentado. Otras veces trabajamos con un elemento, con un palo que nos ayuda a trabajar mucho la estabilidad y el equilibrio, y también trabajamos en colchonetas, en el piso, para perder el temor de bajar”.
Romper el miedo
Alonso, mencionó que en los últimos años notó como la pandemia fue otra cosa que impactó en ellos. “El encierro, en lo emocional generó mucho miedo en los adultos mayores, y mucha inestabilidad en lo fìsico”.
“Así que en mi espacio aprendemos de a poquito volver a confiar en el cuerpo y vencer miedos porque desde ese temor podemos no animarnos a hacer ciertas cosas que el cuerpo físico no está diciendo no, sino es la cabeza es la que lo está negando”, aseveró.
“Creo que las personas mayores tienen que moverse, que es la única manera de mantenerse sano o sana. Y no solo el cuerpo, tambièn la mente”, cerró Natacha.
Otro tiempo, se puede encontrar en el Centro Cultural Lola Mora o en Sanklpa de Yerba Buena, y muy pronto también en el Centro cultural Don Bosco, de la capital. tucumana.
Un paso más
A por qué es importante que en la tercera edad, las personas se animen a empezar o volver al gimnasio, lo cuenta Santiago Agustín Corbalán, profesor del Jockey Gym.
“Una vez que nosotros perdemos masa muscular, ¿qué pasa? Nos dejamos de poder parar solos, no podemos levantar objetos solos, en el caso de los abuelos no pueden levantar a los nietos, entonces es importante que se haga mucho trabajo, tanto de tracción como de empuje, para poder mantener ese hilo de fuerza. En sí el músculo es vida”, remarcó.
Su lugar de trabajo tiene un método específico para invitar a la gente mayor a romper miedos o prejuicios. “Tenemos acá un método que se llama Entrenamiento Personalizado Yoga Gym, con un grupo interdisciplinario compuesto por profesores de Educación Física y Licenciados en Nutrición”.
Para empezar, solo se necesita un apto médico con un electrocardiograma y un chequeo general. “Nosotros tenemos para hacer una anamnesis de los parámetros básicos. Acá nosotros le tomamos la presión, le hacemos una bioimpedancia, que es un estudio para ver el porcentaje de grasa, metabolismo basal y agua. En base a eso comenzamos a planificar”, comentó.
“La actividad fìsica es el mejor remedio o la mejor pastilla. Por ahí mucha gente busca qué tomar para el dolor de rodilla, qué tomar para el dolor de hombro y el secreto está en venir y comenzar a moverlos”, finalizó.
Ir más allá
Pablo Di Bello entrena a más de un centenar de personas en el Instituto Superior de Aeròbica y Musculación (ISAM). Varios de ellos son mayores de 65 años y él sostiene que “el error de muchos adultos es dejar de lado los ejercicios de fuerza porque se piensa que por ser viejo hay cosas que no puedes hacer”.
“Está la frase que dice uno deja de entrenar porque se hace viejo, cuando en realidad se hace viejo porque se deja de entrenar. La fuerza tiene que ser entrenada hasta el último día aunque siempre adaptando los ejercicios a la condición, y patología de cada uno”.
“Cuando hablamos de entrenamiento de fuerza no es un entrenamiento desde el punto de vista estético sino que sus músculos tienen que pasar por esfuerzos adaptados en series o sesiones que estén adaptados para contraerse y ser expuestos a un trabajo”, graficó.
Menos farmacias
¿Qué cambios expresan sentir sus alumnos en el corto y largo plazo? “En el corto plazo los cambios son muy marcados a nivel actividad de la vida diaria. Se sienten activos, se sienten mucho más fuertes para hacer actividades en la casa. Ellos mismos bajan la cantidad de horas sedentarias porque se sienten con la energía de hacer otras actividades”.
“Con respecto al largo plazo el adulto empieza a ir menos a la farmacia, porque al generar trabajo de fuerza hay un montón de situaciones que no se le presentan”, afirmó y ejemplificó: “si es propenso a tener algún problema articular, como puede ser artritis o artrosis, el ejercicio es preventivo, con lo cual se empieza a alejar de las farmacias. Y ni hablar de lo que se refiere a frecuencia cardíaca, si sumamos una alimentación saludable, también”.
“La gente llega a una edad donde deja su actividad laboral y piensa que tienen que dejar todo. Todo lo contrario. Pueden estar mucho más activos todavía”, terminó.
(Producción periodística: Ariane Armas)