Por Joel Katz
18 Abril 2024
EL MEJOR. Bajamich aportó goles y sacrificio en el torneo. Foto: Diego Aráoz - La Gaceta
La muy floja actuación de Atlético Tucumán en la Copa de la Liga se explica desde varios aspectos. Que haya sido la peor campaña desde la vuelta a Primera división, obviamente, no tiene una sola explicación ni un solo culpable. Uno de los puntos negativos para el “decano” en este torneo fue que las incorporaciones que llegaron en el mercado de pases no pudieron, salvo en escasas excepciones, impactar de manera positiva en el equipo.
En total, 11 jugadores habían arribado para reforzar al “decano” y para reemplazar a otros 14 que se habían ido (algunos claves, como Tomás Marchiori y Bruno Bianchi).
La intención, claro, era que los jugadores que se sumaran al plantel lo hicieran para conformar un equipo con varias alternativas. Sin embargo, y siguiendo la tónica de los últimos torneos, la mayoría de los refuerzos no rindió al nivel esperado o ni siquiera jugaron demasiados minutos.
En la formación que Facundo Sava utilizó en los últimos cinco partidos, en los que repitió el “11”, sólo aparecen tres de los jugadores que se incorporaron este año: José Devecchi, Juan Infante y Mateo Bajamich. Estos últimos dos son, probablemente, los que más aportaron al equipo desde su llegada: Bajamich es el goleador de la temporada con cuatro tantos y se afianzó como compañero de ataque de Marcelo Estigarribia, mientras que Infante le ganó el puesto a Matías Orihuela por el lateral izquierdo a base de solidez defensiva y buenas proyecciones.
Eso sí, aun cuando se volvieron dos piezas importantes de este irregular Atlético, jugaron relativamente poco; Bajamich un poco más. De los 15 partidos de la temporada disputó 14, aunque sólo seis de titular. Infante jugó nueve, cinco de ellos desde el arranque. En los restantes estuvo apenas un puñado de minutos. En total, de los 1.350 minutos que jugó Atlético, disputó apenas 504; mientras que Bajamich jugó 540. Es decir, menos de la mitad del tiempo.
Eso les alcanzó para erigirse como dos jugadores importantes, lo que también demuestra el bajo nivel individual del resto de los integrantes del plantel.
El refuerzo que más jugó es Devecchi, que disputó todos los partidos del año. Aunque en su caso, el rendimiento no pudo ser el esperado, sobre todo para reemplazar a Marchiori, que había dejado el club en un muy alto nivel. Además, tampoco pudo transmitir la seguridad que sí había otorgado el año pasado atajando para Sarmiento.
Hay otros dos casos particulares entre las incorporaciones que llegaron este año: el de Néstor Breitenbruch y Gianluca Ferrari. Breitenbruch jugó seis partidos; cinco de ellos como titular. Pese a cierta irregularidad, tuvo algunos buenos momentos y parecía encaminado a afianzarse en el “11”. Sin embargo, una lesión primero, y el dengue después, no le permitieron volver a jugar desde fines de febrero.
Algo similar ocurrió con Ferrari que ante River, por la quinta fecha, se fracturó la clavícula justo cuando estaba teniendo un buen nivel y aparecía como una esperanza para la floja defensa “decana”.
El resto de los refuerzos, poco y nada. Nicolás Castro llegó por pedido de Favio Orsi y Sergio Gómez, quienes lo utilizaron de titular durante las seis fechas que dirigieron. Tras ser suplente durante el interinato de Diego Barrado, Sava lo colocó como titular en sus primeros dos partidos, pero tras las duras derrotas ante Banfield y Talleres, otra vez salió. Pese a que nunca pudo mostrar más que destellos de buen nivel, fue el segundo refuerzo que más jugó con 729 minutos.
Al resto de los futbolistas es muy difícil siquiera analizarlos debido al poco tiempo que jugaron. Nicolás Servetto disputó 11 partidos, pero sólo uno de titular. De las 10 veces que ingresó, en cinco lo hizo en los 10 minutos finales y sólo una vez pudo sumar más de 20 minutos (21 ante Barracas), en los que casi no aportó.
Sergio Ortiz y Francisco Bonfiglio, llegados desde Independiente, nunca fueron titulares. Ortiz ingresó seis veces (lleva 127 minutos) y Bonfiglio cinco (77). De más está decir, que no tuvieron tiempo suficiente para demostrar nada. Menos aún Lucas Ambrogio, que jugó apenas 18 minutos distribuidos en dos partidos antes de romperse los ligamentos; y Tomás Durso, que ni siquiera pudo debutar.
A la hora de analizar el rendimiento en la Copa de la Liga, el mercado de pases ha tenido muy poco impacto positivo en el “decano”. Ese será uno de los desafíos de Sava: encontrar la manera de potenciar y hacer rendir a aquellos jugadores que hasta ahora no han respondido.
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