“Ahora volví a vivir en Buenos Aires. En marzo, después de siete años en Córdoba, nos vinimos de vuelta a la Capital Federal”. Adrián Berra asume cierto nomadismo, lo cual no obsta para mantener su firme identidad como hacedor de canciones. Hoy, a las 21.30, el cantante trae sus novedades musicales a Puerto Cultural Libertad (Las Piedras 1.850).
- El paisaje en tus canciones es más bien urbano...
- Soy alguien urbano que le escribe a la naturaleza. Yo nací y viví unos años en el monte, pero no soy de ahí. Soy alguien que mira desde la ventana de un edificio y le escribe a la naturaleza; yo me reconozco desde ese lugar.
- Y ahora has decidido “Respirar bajo el agua”, el nombre de tu cuarto disco que venís a presentar.
- El nombre del disco acompaña ciertos procesos, como la posibilidad de quedar prendido siempre a las cosas que a uno lo mantienen a flote. La música para mí es eso, es como mi cordón umbilical.
- ¿En qué se diferencia este disco de los anteriores?
- La diferencia más grande es la construcción de la producción. Este es un disco pensado mucho más por fuera de la guitarra criolla, si bien está presente, mientras que las anteriores producciones están compuestas desde ahí. “Respirar ...” tiene la particularidad de nuevos colores y paletas más amplias que los anteriores, más construidos desde el universo de las texturas, y de la banda. Este es un poco más eléctrico, pero no eléctrico rockero sino desde la búsqueda de las texturas y de las profundidades sonoras.
- ¿Cómo está hecha la música?
- Con guitarras eléctricas y distintos tipos de teclados. Pero eso es común; lo que pasa es que este disco está construido desde ese lugar. En los anteriores la guitarra criolla ocupaba el centro del sonido y ahora ya no es protagonista.
- ¿Cuáles son tus poéticas?
- Las siete canciones de alguna manera hablan sobre la vincularidad; con uno mismo, con un otro, con la pareja, con un amigo; son canciones que hablan de las emociones. Por eso hablo del agua, porque fluye. “Patria” habla de la relación de uno con uno mismo y con el cuerpo; “Antenas en la ciudad”, de la falta de comunicación entre las personas, o “Lluvia en el salón”, de una pareja que se separa y sigue caminando junta por la vida. Es un disco que tiene ese fuerte sentido, el de los vínculos.
- ¿Quién te acompaña en este show y cómo lo planteás?
- En este show vamos en formato de dúo, con Tomás Sanguinetti, el guitarrista de la banda. Proponemos un concierto íntimo, con la mezcla de lo acústico y lo electrónico porque llevamos unos pedales y otros elementos.
- ¿Vos hacés guitarra, voz y qué más?
- Yo toco distintas guitarras, canto y toco pedales y cosas así.
- ¿Qué sigue en tu camino?
- Tengo ganas de sacar un disco nuevo. Pero a mí lo que más me gusta es salir a tocar, viajar; lo hago desde muy chico. Quizás las condiciones en los últimos tiempos fueron mejorando y profesionalizándose, pero la esencia es la misma: es hacer lo que me gusta, canciones. Tengo el privilegio de poder vivir de esto. Quiero poder seguir haciendo canciones y tocando. Voy en gira a España en unas semanas. La esencia de mi hacer es la misma que al principio: salir a tocar, encontrarme con la gente y grabar. Tocar en vivo es lo que más me gusta.
- Te definís como ¿rockero, trovador, cantor...?
- Me defino como cancionista. No me instalo en un lugar determinado; digo que soy un obrador de canciones, un artesano de la canción, si bien también he compuesto música para obras de teatro, experimento en otros géneros y produzco a otros artistas. Pero mi esencia es la canción, es lo que me construye y me identifica como artista.