Shakked Noy y Whitney Zang, estudiantes del doctorado en Economía del Massachusetts Institute of Technology (MIT, Estados Unidos), decidieron estudiar la experiencia de uso de ChatGPT, una herramienta de la inteligencia artificial (IA) que genera cierta controversia, en la redacción de diversos documentos comerciales. En el experimento participaron 444 profesionales de diferentes campos de los negocios, incluyendo especialistas en Marketing, analistas de datos y licenciados en Recursos Humanos, a los que se les pidió que escribieran textos (comunicados de prensa, informes breves y resúmenes de análisis) con y sin la ayuda de la IA. El resultado de la investigación (titulada “Experimental Evidence on the Productivity Effects of Generative Artificial Intelligence” y disponible aquí en inglés) es que los documentos elaborados con la intervención de la inteligencia artificial lograron una mayor calidad que los escritos solamente con “inteligencia humana” y, además, fueron entregados antes.
El estudio del MIT precisa que la mayoría de los participantes utilizaban la IA por primera vez y que ChatGPT se reveló como una puerta de entrada accesible para aquellos, ya que supieron adaptarse bien a su funcionamiento. Estos hallazgos sugieren un gran potencial de la IA tanto para aumentar la eficiencia como mejorar la calidad en la redacción de documentos comerciales: los que no la utilizaron, requirieron en promedio 27 minutos para cumplir la tarea, mientras que los que sí lo hicieron necesitaron 17 minutos. Un comentario acerca del estudio publicado en inglés en Nielsen Norman Group advierte que los usuarios de ChatGPT podrían escribir el 59% más de documentos en un día laboral que las personas que no usan ChatGPT siempre que toda su producción involucre sólo documentos similares a los solicitados en el experimento.
Los participantes de la investigación sugirieron, por medio de sus respuestas, que el uso de ChatGPT cambió la forma en que los usuarios distribuyen su tiempo. Generalmente, el proceso de redacción se distribuye en tres etapas: “brainstorming” (lluvia de ideas), escritura y edición. El empleo de la nueva tecnología permite priorizar la tercera fase de pulido más que la redacción, lo que acorta el tiempo con resultados más exactos.
El estudio del MIT señala como limitaciones a la indagación de la aplicación de la inteligencia artificial el hecho de que no se probó su efectividad en una gama aún más amplia de trabajos de diferentes dominios y niveles, ni para tareas que requieran horas o días para completarse. Se podría decir que la investigación de los aspirantes a doctores en Economía arroja buenos resultados con IA para redacciones simples y que en general pueden hacerse de manera rápida.
En el capítulo de conclusiones, Noy y Zang enfatizan que ChatGPT debe ser utilizada como una herramienta, pero no para suplantar la mentalidad humana. Se trata de un instrumento que necesita un control racional. Si se la emplea con conciencia y precaución, puede ser un implemento muy beneficioso para agilizar y perfeccionar el trabajo. Como destaca la publicación de Nielsen Norman Group, los lanzamientos actuales de IA generativa, como ChatGPT, son conocidos por producir a veces resultados sesgados o falsos, pero la sinergia entre la IA y los seres humanos capacitados puede producir resultados estupendos en tareas poco complejas con margen amplio de mejora