La recesión es cada vez más profunda. La baja de la actividad económica está golpeando más fuerte que lo pensado en la Argentina, en general, y en Tucumán, en particular. Osvaldo Jaldo sabe que la demora en una solución es equivalente a una suspensión. Literalmente una cacofonía. Parafraseando la definición de la Real Academia Española, estamos frente a una disonancia que resulta de la inarmónica combinación de los elementos acústicos de la palabra, pero en este caso de las variables económicas. Se consolida la idea de que una familia tipo tucumana necesita casi $20.000 diarios para no caer bajo la pobreza, en términos de ingresos. El sector privado provincial está más expuesto que el público en el mercado laboral. Eso ha sido una constante en términos de estabilidad del empleo, pero ahora se acentúa más, cuando en las empresas y en las industrias las suspensión de personal son moneda corriente, al igual que el anticipo de vacaciones. En algunos casos se ha llegado hasta la disolución del contrato laboral por falta de recursos.
Todos los sectores económicos están atravesados por la crisis. ¿Cuánto durará? Nadie sabe, pero sí se estima que los efectos expansivos de tal baja de actividad perdurarán más allá del tercer trimestre del año. En ese período, Tucumán tiene que sostener a sus industrias con las chimeneas tirando humo. Jaldo entiende que la sociedad de las conveniencias mutuas con el presidente Javier Milei debe continuar. La imagen del gobernador se ha fortalecido con esa alianza, de un peronista histórico con un economista libertario anticasta. Se lo transmitió en estos días el consultor preferido del mandatario provincial, Mario Nahuz. ¿Dónde se evidencia ese voto de confianza para Jaldo? El especialista le ha revelado que, sorpresivamente, el mayor apoyo se evidenció entre los ciudadanos que residen en San Miguel de Tucumán. Estamos hablando de que podríamos estar ante la presencia de una afinidad en la capital tucumana con un gobierno provincial justicialista....normalmente, es un territorio donde el peronismo tiene una resistencia más pronunciada, con una sociedad acostumbrada a ser oposición del peronismo, dice -palabras más, palabras menos- la evaluación que está en poder del tranqueño.
El sondeo revela que, además de la estrategia de no ponerle palos en la rueda a Milei (siete de cada 10 personas creen que es lo correcto), los ciudadanos consultados le dan otro voto de confianza a la gestión, pero con acento en la seguridad. Mano dura contra la delincuencia es la principal demanda. De allí que, en las últimas semanas, el Poder Ejecutivo ha instruido a la fuerza para que salga más a la calle a prevenir delitos.
Esta semana le tocó el turno a la salud. La ola de contagios de dengue ha preocupado en demasía al gobernador, que no sólo le ha pedido más acción al Ministerio de Salud Pública, sino también que se involucren en los operativos tanto municipios como comunas rurales. “El mosquito no tiene ideologías. Y todos estamos expuestos ante esta enfermedad”, ha dicho días pasados el gobernador en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno, como un claro mensaje para que nadie saque los pies del plato. La evaluación negativa es muy elevada en el reporte que Nahuz le acercó al gobernador desde la perspectiva ciudadana. Y de esa mala nota, nadie ha quedado al margen: ni la Nación, ni la provincia, como tampoco las municipalidades. Los contagios de dengue constituyen la tercera mayor preocupación de los tucumanos. Un diagnóstico de Zuban, Córdoba y Asociados es coincidente con la evaluación del consultor tucumano. Un 60% de la población argentina sondeada cree que el manejo de la epidemia de dengue en el país fue inadecuado y un 65% cree que el gobierno nacional debería comprar vacunas y repelentes de forma masiva. Idea que, por supuesto, va en contra del marco ideológico del gobierno, completa la empresa cordobesa. Jaldo ha decidido esta semana adquirir 100.000 dosis de vacunas para colocar al personal con mayor exposición en el Estado: los agentes sanitarios, los docentes y los policías. Si bien calculó que la inversión rondaría los $ 3.000 millones, el mandatario tucumano está en conversaciones con sus pares de la región, con el fin de negociar un lote mayor de esas vacunas para alcanzar un precio competitivo y con mayor volumen. Mientras tanto, las estadísticas oficiales de contagio siguen en ascenso, a la espera de que la curva comience a decrecer en la medida que el frío se apodere del territorio provincial.
Pertenecer no sólo tiene privilegios; también consecuencias. Avalar las políticas nacionales tienen un elevado costo político en tanto no mejore el poder adquisitivo de la sociedad. No hay consultora privada que haya medido el malhumor de la sociedad argentina contra los efectos de las medidas adoptadas por Milei para actualizar los precios. Tucumán no es la excepción. El propio Jaldo ha visto cómo, en las mediciones, han reaccionado los tucumanos. El comienzo de clases, la suba del transporte, suba en tarifas de energía eléctrica y gas, reajuste en el valor de los combustibles y una inflación que si bien baja su valor sigue existiendo, ayuda a que la economía empeore, detalla Nahuz. Un detalle no menor: en las últimas horas se conoció que el Ente Único de Control y Regulación de los Servicios Públicos de Tucumán (Ersept) aprobó el pase directo o “pass through” del costo de generación a la factura del servicio que reciben los usuarios tucumanos. Será el primer impacto tarifario, que regirá desde la semana que viene, porque aún restan dos más que el ente regulador no aprobó todavía: el que corresponde al Valor Agregado de Distribución (los costos de la compañía prestataria) y otra suba por el mayor costo de generación de la energía eléctrica.
Más allá de ese ajuste, la imagen de Milei sigue siendo fuerte en Tucumán, con un acompañamiento a su gestión de casi un 48% de los consultados. Si se mantiene este apoyo y, como se proyecta en la Casa Rosada, durante el segundo semestre se encarrilan algunas variables macroeconómicas, es probable que el Presidente de la Nación y economista libertario arranque 2025 con el pie derecho en lo que será su primer test electoral. Esto obligará a Jaldo a un replanteo de su estrategia electoral. El peronismo por sí no garantizaría el triunfo en las parlamentarias, independientemente de que se mantenga una buena impresión en la gestión del tranqueño. ¿Qué pasaría entonces? Un escenario de tal naturaleza obligaría al mandatario provincial a replantear las metas y buscar una coalición amplia. Pero eso, todavía, está en el terreno de la futurología.
El boletín de calificaciones del semestre encuentra a pocos ministros del Poder Ejecutivo con una nota que les indique que han pasado la prueba. Por el contrario, siguen en capilla y todavía faltan materias por rendir. Jaldo les renueva el crédito, pero si los resultados no aparecen, seguramente se verá obligado al recambio. Como en el fútbol, un partido no se gana tan sólo con la táctica o la experiencia de un director técnico, sino que el equipo debe estar consustanciado con la labor que debe realizar para alcanzar el resultado buscado. Cada uno de los miembros del gabinete sabe qué nota se sacó, más allá de las evaluaciones de las consultoras.