El empate frente a los sanjuaninos dejó sensaciones encontradas en San Martín de Tucumán. Por un lado, el resultado cayó como anillo al dedo para seguir en la pelea por la cima.
Claro, el “santo” se mantiene segundo y solo fue superado Quilmes. Incluso, el resultado fue positivo a tal punto que los dirigidos por Diego Flores todavía no cayeron frente a ninguno de los candidatos (venció a Arsenal, y empató frente al “cervecero” y al “verdinegro”); hechos que se toman de manera positiva en Bolívar y Pellegrini. Sin embargo, ninguna historia es perfecta y esta no iba a ser la excepción.
En concreto, San Martín sigue sin mantener una regularidad en su nivel de juego. Claro, el “santo” aprovechó al máximo la doble fecha de local y mostró su mejor versión frente al “arse” de Tobías Kohan. No obstante, frente a los sanjuaninos hizo poco y nada. Es más, se limitó a aguantar el resultado y dependió al máximo de los reflejos de Darío Sand.
La principal diferencia se notó en el manejo de la pelota. Debido a la velocidad y la verticalidad propuesta por los sanjuaninos, el medio del “santo” no pudo darle profundidad al juego y quedó lejos de generar peligro. Incluso, en todo el partido no pudo realizar una cadena de pases, punto que sí había consolidado en los partidos de local.
Al cambiar de esquema, Raúl Antuña apostó por un triángulo de mediocampistas compuesto por Nicolás Pelaitay, Sebastián González y Santiago López García que le resultó más que exitoso.
Sí, el medio “verdinegro” realizó una presión intensa para cortar todos los avances de Juan Cuevas e Iván Molinas, por lo que anuló a los generadores de juego del “santo”. En este sentido, el ex Everton de Chile tuvo que realizar demasiados rodeos para encontrar un receptor, aunque el orden táctico del local impidió que explotara su visión de juego.
Esto derivó en que San Martín sea un equipo largo, sin creatividad. Como consecuencia, Junior Arias no tuvo ninguna chance de peligro en los 90 minutos y estuvo lejos del arco de Matías Borgogno. Además, el uruguayo no pudo doblegar al Rodrigo Cáceres, defensor que lo venció en la mayoría de los duelos.
Gustavo Abregú también tuvo una baja en su nivel que repercutió en el desarrollo del partido. No se sintió cómodo a la hora de la contención y estuvo errático en los pases largos. En reiteradas ocasiones, intentó generar conexiones con Nahuel Banegas, aunque la imprecisión de las entregas provocó que no sea un recurso efectivo.
El “3” tampoco pudo hacer la diferencia por su sector. Si bien mantuvo el empuje que lo caracterizó en toda la temporada, quedó lejos de su mejor versión y tampoco generó daño al rival.
Además, Lautaro Fedele no logró hacer la diferencia en el duelo que tuvo con Leonel Álvarez. Pese a que realizó varios intentos, el extremo no aportó el desequilibrio necesario y, en más de una ocasión, quedó aislado sin tener un receptor. Tampoco se puede pasar por alto que se mostró demasiado impreciso a la hora de lanzar centros.
Sin embargo, el punto más bajo se encontró en los laterales. Gonzalo Bettini y Guillermo Ferracuti no tuvieron la solvencia defensiva necesaria para frenar las subidas de Maximiliano Casa y de Tomás Fernández. Es más, el ex Deportivo Maipú tuvo demasiados errores en la salida que fueron aprovechados por el extremo sanjuanino. Esta situación obligó a que Tiago Peñalba tenga que salir de su posición, por lo que Agustín Dattola tenía un mano a mano con el delantero Nicolás Franco.
Sin embargo, hubo ciertos puntos positivos a destacar. En primer lugar, Sand fue la gran figura de “santo” y el motivo por el que logró rescatar un punto de San Juan. “Fue un punto importante por como se dio el partido. Pusieron mucha gente en el ataque y nos sorprendieron un poco. Hay que sumar y tenemos que ganar en casa para que este punto valga”, reconoció el arquero a la salida del estadio.
Mateo Acosta, en tanto, sumó sus primeros minutos en el torneo. El delantero no jugaba con la camiseta del “santo” desde el empate frente a Güemes en el torneo pasado. Así se posiciona como una variante interesante en el frente ofensivo para Flores. “Fueron meses difíciles. Por una cosa u otra se me postergaba la vuelta. En el torneo pasado me apuré para estar contra Almirante y contra Riestra y me resentí de la lesión. Después tuve dengue, luego me agarró la pubalgia...”, enumeró.
Ahora, San Martín tiene el desafío de corregir los errores expuestos en la última jornada. Una victoria frente Brown le dará más valor al empate, pero el reto más grande será cambiar la imagen mostrada en San Juan y seguir consolidando su idea de juego.