“El teatro se aprende sobre el escenario, equivocándose y aprendiendo de nuestros errores y compartiendo la perspectiva de distintos directores”.
“Mi vocación se manifestó desde la infancia. Jugábamos con mis hermanas y amigas al teatro permanentemente y me gustaba mucho la radio. Mi madre escuchaba ‘Las dos carátulas’, ‘El León de Francia’ y ‘Los Pérez García’, un programa familiar que se emitía al anochecer. Me encantaba todo eso y la vida me llevó a hacer radioteatro con el Teatro Estable dirigida por Carlos Cores durante dos años”.
Norah Castaldo, entrevistada por LA GACETA en 2021, revelaba así el gen de su pasión por la actuación. Había estudiado Abogacía, pero se encontró con su verdadero deber ser: el de la actuación y la gestión cultural.
La comunidad teatral está de luto. Se apagó la voz grave de la gran dama del teatro tucumano, título que ella tomaba como una humorada. Es que lejos de la diva estaba la actriz que hizo de todo en materia teatral, desde formarse y perfeccionarse hasta ocuparse de detalles de una escenografía o de un peinado, en los escenarios oficiales o en los independientes, como actriz, directora, productora o dueña de un teatro.
La artista
La Escuela Sarmiento empezó marcando su formación. En 1964 egresó de la Escuela Universitaria de Arte Dramático de la UNT, y de inmediato subió a los escenarios como integrante del Teatro Universitario.
Allí interpreta sus primeros roles protagónicos en grandes clásicos: “La casa de Bernarda Alba”, de Federico García Lorca; “Las criadas”, de Jean Genet; “Panorama desde el puente”, de Henry Miller, y “La malquerida”, de Jacinto Benavente.
En los dorados años teatrales de los 70 Guido Torres la convoca al Elenco Estable de la Provincia. Se hace cargo entonces de personajes memorables en “Dos viejos pánicos”, de Virgilio Piñera, “La dama del Maxim’s”, de Georges Feydeau, “El baile de los ladrones”, de Jean Anouilh; “Un guapo del 900”, de Samuel Eichelbaum; “Marat Sade”, de Peter Weiss; “El rehén”, de Brendan Behan; “La alondra”, de Anouilh; “La ronda”, de Arthur Schnitzler; “Tartufo”, de Moliere; “Ha llegado un inspector”, de J. B. Priestley; “Testigo de cargo”, de Ágatha Christie y “El sí de las niñas”, de Leandro Fernández de Moratín, entre muchísimas otras.
Por su interpretación de Simone Evrade en “Marat Sade”, la crítica la señaló como la mejor actriz del año 1972, en un período agitado y desafiante de la historia durante el cual hubo incluso un atentado en una función. En 1976, la obra “El cuarto de Verónica” marcó un sostenido y aclamado éxito teatral.
Castaldo tuvo una amplia trayectoria como actriz, pero también ha dirigido obras como “El casamiento”, de Nikolás Gogol, cuando el Teatro Estable cumplió 50 años.
Cuando concluían los 70 y empezaban los 80, dejó el Estable y junto a Juan Carlos Torres Garavat fundaron el Teatro de la Paz en su emplazamiento de 9 de Julio al 400, frente a la plaza Yrigoyen. En agosto de 1981, manos anónimas pero siempre reconocibles, identificadas con los mandatarios militares de entonces, le prendieron fuego; resurgió reconvertido en teatro arena, con la misma fuerza que antes, una constante en Norah.
Apasionada por el arte, siempre tenía en carpeta obras en trámite por los derechos de autor. Además de actuar se abocó a la dirección de un grupo vocacional, el elenco teatral del Colegio de Abogados, con quienes adaptó y dirigió “El sombrero de paja de Italia”.
La función pública
“Estoy convencida de que el teatro debe ser universal en cualquier esquina en que se presente”.
Esa premisa fue cumplida cuando ocupó la Dirección de Cultura de la Municipalidad capitalina, entre 1983 y 1987, oportunidad en la cual creó el ciclo Teatro en la Calle, con importantes puestas en escena que recorrieron la provincia y el NOA.
Algunas de esas obras incluso llegaron a representar a la provincia en el Teatro Cervantes, en Buenos Aires.
Militante radical de toda la vida, tras dejar el cargo municipal siguió con su compromiso. Fue diputada nacional por la UCR (2009-2011, en reemplazo de José Ignacio García Hamilton por su fallecimiento) y en su mandato impulsó, entre otras iniciativas, un proyecto de ley de Cultura en reconocimiento a Juan Bautista Alberdi en los festejos por el Bicentenario de la Revolución de Mayo, a 200 años del natalicio del ilustre pensador tucumano.
El director
“Mi maestro es Boyce Díaz Ulloque, soy fanática admiradora suya. Quiero rescatarlo y no solamente en sus condiciones artísticas, sino con un valor agregado que merece destacarse. Nos enseñó el orgullo de ser artistas”, declaró.
Fue reconocida con el premio Artea 2007, como mejor actriz de reparto, por su papel en “Los derechos de la salud”.
Después de larga ausencia en los escenarios, en 2014 le puso su voz grave a la “Madre Coraje y sus hijos”, de Bertolt Brecht, en la Sala Orestes Caviglia. Era un protagónico jugado, un desafío, decía ella. “Más que de sufrimiento, de emociones; es un teatro de reflexión, un alegato antibélico, un teatro de ideas más que de sensiblerías”, declaró entonces.
En diciembre de 2021 la actriz y directora fue distinguida por la filial local de la Asociación Argentina de Actores (AAA), que decidió bautizar con su nombre los premios Artea, a modo de reconocimiento a una vida sobre los escenarios.
“He recibido aplausos, saludos, flores y alguna pedrada de los disconformes de siempre con la obra ‘Marat Sade’ que hacíamos entonces”, dijo aquella noche en el teatro San Martín.
La familia
Formó su familia a mediados de los años 60 con el escritor y periodista (ex secretario de Redacción de LA GACETA) Arturo Álvarez Sosa. Sus hijos Luciana, Matías y Carlota trajeron los nietos. El teatro fue su vida, su familia así lo entendió y siempre la apoyó. La gran dama había nacido el 24 de abril de 1942; se marchó cuando le faltaban pocos días para cumplir los 82 años.
“No se entiende realmente la importancia de lo cultural, que es la auténtica estrategia del desarrollo”.
Colegas la despiden
“Compartí con ella ‘El regreso de la anciana dama’ y ver la pasión que tenía por este arte es fundamental. La contagiaba. Otro tema en ella era su profesionalismo por el teatro. Creo que para todos los que la conocimos, esas dos cualidades quedan en nosotros”. Fernando Godoy
“Para mí Norah significa la fuerza y la decisión de plantarse en el escenario, construyendo y viviendo su personaje, la lucha por el buen teatro. Es un ejemplo para mí... Me enseñó muchísimo. También su memoria prodigiosa y un ángel especial que la hacía brillar”. Ricardo Podazza
“¡Qué difícil!. Desde lo personal, Norah forma parte de los primeros recuerdos de mi infancia. Ella era amiga de mis viejos cuando vinimos a vivir a Tucumán en el 69. Recuerdo los primeros años de horror en los 70 cuando se juntaban en mi casa con Arturo Álvarez Sosa, Jorge Wyngaard, Daniel Dessein... La excusa era que mi madre les daba clases de francés. Se juntaban los jueves, cenaban, y eran tertulias hasta la madrugada. Sobresalía su voz contando anécdotas de Boyce Díaz Ulloque, del Teatro Universitario, de todo el acontecer de aquellos años; Arturo contando anécdotas. Es muy fuerte en lo personal. Además pude entrar a la Comedia Municipal que ella formó y donde trabajé varios años hasta que la cerró el Gobierno de Antonio Bussi en los 90, con Teresa Piossek de Prebisch. Creo que uno de los grandes logros de Norah fue el Ciclo Teatro en la Calle, con Rosita Ávila y Fernando Arce. Yo participé seis o siete años de ese ciclo. Eso trasciende; su labor como gestora en la Dirección de Cultura en aquellos años fue fantástica. Desde entonces no se recuerda otra gestión en el área con pocos recursos. Y obvio, era una gran actriz, una de las más importantes del XX y XXI junto con Rosita Ávila y con María Angélica Robledo, entre otras. Por eso es imposible hablar del teatro tucumano sin nombrarlas“. Pablo Parolo
“El teatro tucumano está de luto. Se nos fue una grande de la escena provincial y nacional. Querida Norah Castaldo, se te va a extrañar. Una gran trabajadora y excelente actriz. Fue mi directora y primera maestra de actuación junto a Juan Carlos Torres Garavat en 1983. Gracias por todos tus consejos y enseñanzas que me diste de lo que es el teatro. Gracias por todo lo que entregaste en el escenario y por todo tu aporte a la cultura”. Jaime Mamaní
“Falleció mi amiga de tantos años, gran actriz, gestora cultural y militante política. ¡Gran persona, irremplazable!” Ricardo Salim