Con el paso del tiempo es más que sabido que el cuerpo envejece. Con este proceso los órganos de nuestro organismo sufren ciertos cambios que modifican su composición, su operatividad y sus capacidades. El cerebro es uno de esos componentes que sufre ciertos cambios y al ser un centro de control que actúa sobre los demás órganos, sus modificaciones afectan a las demás funciones del organismo.
El paso de los años modifica nuestro cuerpo. El proceso natural del envejecimiento afecta a todas las personas y con este acontecimiento nuestros órganos sufren cambios. El cerebro como uno de ellos, experimenta alteraciones a nivel estructural y funcional, lo que puede influir en nuestras habilidades cognitivas y procesamiento de la información, así como en nuestras funciones motoras.
La vejez: daños moleculares que cambian la estructura y función de nuestro cerebro
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde un punto de vista biológico, el envejecimiento es el resultado de la acumulación de una gran variedad de daños moleculares y celulares a lo largo del tiempo, lo que lleva a un descenso gradual de las capacidades físicas y mentales, a un mayor riesgo de enfermedad y, en última instancia, a la muerte. Sin embargo, estas variaciones no son inminentes para cierta edad ni tienen una fecha de inicio, su vinculación con la edad es más bien relativa.
Las investigaciones científicas, sin embargo, encuentran en sus estudios una tendencia, y según el sitio National Geographic, luego de los 40 años, las personas presentan cambios en la vascularización del cerebro, su tamaño y en los procesos cognitivos. A medida que pasan los años el cerebro reduce su tamaño y en promedio pierde cada diez años el 5% de su volumen. La parte más afectada es el lóbulo frontal, que se encarga de la capacidad de habla, la conducta, la atención y las funciones ejecutivas.
Las características del envejecimiento y cómo contrarrestar estos síntomas
Esto sucede debido a que ante la pérdida de peso en el cerebro y la médula espinal, las neuronas transmiten los mensajes de una forma más lenta que cuando la persona era joven. Pero la atrofia cerebral no solo afecta a las capacidades cognitivas si no también a las físicas, y las hormonas que se encargan de enviar impulsos nerviosos y coordinar los músculos del cuerpo pierden también sus capacidades. Por esta razón es que las personas mayores presentan ciertas características como los movimientos lentos, el olvido así como una capacidad de procesar conocimientos más reducida.
Estas afecciones pueden reducirse en gravedad así como pueden ser retrasadas en el tiempo, si llevamos a cabo una vida sana que involucra una dieta balanceada y un descanso correcto, así como la presencia de la actividad física en nuestro día a día. Los ejercicios de resistencia son ideales para contrarrestar el deterioro del sistema nervioso, ya que aumentan la fuerza muscular, estimulan las neuronas motoras y ayudan a que las funciones físicas impulsadas por neuronas sigan funcionando.