Las telas de animal print flamean a media asta. Roberto Cavalli, el maestro de la moda oriundo de Italia, ha fallecido en su hogar en Florencia, su ciudad natal, a los 83 años. Su marca de alta costura de nombre homónimo confirmó la noticia en las redes: “es con mucha tristeza que damos la última despedida a nuestro fundador. Naturalmente talentoso y creativo, Roberto creía que cualquiera podía descubrir al artista interno que llevamos dentro. Su legado seguirá vivo en su creatividad, el amor por la naturaleza y en su familia que adoraba”, expresó la compañía. El mensaje evocó el consejo que pronunciaba Cavalli: “rodéense de amor porque es el faro de la vida”.
El diseñador nació el 15 de noviembre de 1940. Su abuelo, Giuseppe Rossi, le inculcó el mundo artístico, ya que era un renombrado pintor impresionista. En consecuencia, el joven Cavalli decidió inscribirse en los años 50 en la Academia de Artes de Florencia para seguir los pasos de Rossi y cumplir el deseo de los suyos. “Mi sueño, seguro influenciado por mi familia, era ser pintor. Luego seguí por el camino de las telas y, de ahí, a la moda”, recordaba Cavalli en una entrevista con British Vogue publicada en 2008.
Cavalli se hizo empresario, pero nunca dejó de admirar la naturaleza. Decía: “copio el vestido de un animal porque amo copiarle a Dios. Creo que Él es el diseñador más fantástico”. En 1970 y con 32 años, presentó su colección debut, que introducía al mundo de la moda una técnica de impresión sobre el cuero. Al haberla patentado, recibió ganancias grandes de marcas como Hermés y Pierre Cardin. Lo que destaca de esta técnica es la mezcla de telas totalmente opuestas, como el denim y el cuero: fue un hito porque, por primera vez, se consideró a las telas “baratas” o de la clase media como lujosas. Dos años más tarde, Cavalli abrió su primera boutique en Saint-Tropez, Francia, cuando la ciudad costera no era todavía el destino lujoso y exclusivo del presente. En cuatro años, esa pequeña boutique se multiplicaría en 36 sucursales en todo el mundo.
Segunda oportunidad
Las ideas excéntricas y maximalistas del diseñador no coincidían con las tendencias minimalistas de los años 80 por lo que en ese tiempo decidió concentrarse en la vida familiar. Se casó con su segunda esposa, la también diseñadora y ganadora del premio Miss Europa, Eva Duringer, y, al tiempo que formaban una familia, empezaron a trabajar juntos en la empresa de moda.
Durante la década de 1990, Cavalli tuvo otra oportunidad y no la desaprovechó: volvió recargado con la técnica de intervención de telas comunes que lo había llevado al estrellato. Ahora las mezclaba con otros géneros artificiales, como la lycra, para conseguir creaciones innovadoras y nunca antes vistas. Esta innovación colocó las bases para las tendencias de los años 2000 caracterizadas por la aplicación de la tecnología en la moda, la fusión de telas no usadas o la aparición de materiales novedosos, como el tul o las plumas artificiales.
Así fue como el diseñador italiano llegó a posicionarse como una de las joyas más invaluables de la industria de la moda de alta costura y a codearse con la influyente editora Anna Wintour. Sus creaciones alcanzaron el cielo de las pasarelas y de la pantalla chica. La marca Roberto Cavalli era fundamental en el guardarropas de las queridas personajes de “Sex and the City”, el fashion show más importante de la década de los 90. Incluso, cuatro vestidos que usa Taylor Swift en su aclamado “The Eras Tour” son de la casa europea.
Original y prolífico también en la vida personal, Roberto Cavalli había sido padre de nuevo con Sandra Nilsson-Bergam (o Bergman), su pareja de 38 años, en marzo de 2023. El bebé, que acaba de cumplir 12 meses, lleva el nombre del papá del diseñador, que deja seis hijos de tres progenitoras distintas. En diálogo con la revista italiana Novella 2000, Cavalli había explicado: "le he llamado Giorgio en honor a mi padre, que fue fusilado por los alemanes en julio de 1944 en un asalto a Castelnuovo dei Sabbioni. Era topógrafo, trabajaba en una mina del Valdarno. Yo no volví a hablar hasta los 18 años. Pero la vida ha sido amable conmigo y he sido recompensado... por todo".