El ex jefe de Gabinete de la gestión de Mauricio Macri habló sobre la experiencia de alejarse del poder. Este tema es el eje central del libro introspectivo, que acaba de publicar, con su visión sobre el liderazgo. Además analizó la interna de JxC, el proyecto libertario y la reconstrucción de sus días en el gobierno. “Con Milei, hay miles de señales que hasta ahora son contradictorias. El tiempo dirá”, afirmó.
"El arte de subir (y bajar) de la montaña" es el título del libro que se publicó en editorial Siglo XXI. Se trata de un largo viaje de introspección y exploración que comenzó con la pandemia y continuó con el podcast "Proyecto 77". En esta plataforma de audios se incluyen una serie de conversaciones con políticos, empresarios, deportistas y artistas de distintos países que comparten sus experiencias de “liderazgo extremo” que va por su segunda temporada.
La reseña de la gestión macrista
En una entrevista con LA NACION, Peña fue consultado sobre cuáles considera que fueron los momentos más duros del gobierno de Macri. “Para nosotros pasar la PASO en 2019 era cruzar el Rubicón que necesitábamos como país. Había mucha incertidumbre de que podía volver el kirchnerismo -afirmó-. El debate sobre la reforma previsional y las 14 toneladas de piedras en el Congreso, todo lo que pasó en torno a (Santiago) Maldonado y al ARA San Juan también fueron momentos duros. Incluiría también el debate sobre aborto”, afirmó.
Al momento de hablar de Javier Milei resaltó “la autenticidad”. Sin embargo, se muestra cauto. “Hay miles de señales que son hasta contradictorias. El tiempo dirá”, advirtió. No tiene lamentos ni quejas por la etapa que dejó a atrás.
El duelo de haber terminado la gestión
Hoy se define como un “entrenador de líderes” e intenta crear espacios para que aquellos hayan pasado por situaciones de liderazgo compartan sus experiencias y la experiencia se pueda capitalizar colectivamente.
Peña dijo que al terminar la gestión sintió alivio personal, pero que también hubo otros sentimientos. "Sin duda hubo un duelo. Y fue un proceso que llevó tiempo -detalló-. Fue una de las primeras cosas que tuve que aprender, aprender a dejar espacio para que las cosas ocurran y que eso lleva tiempo. En ese sentido, Tito Lederman (un consultor que trabaja con líderes) fue uno de los que más me ayudó a entender el valor de bajar la velocidad y hacer lugar a uno mismo. Y como todo duelo, el primer año estuvo marcado por enojos, nervios, amenazas, incertidumbres. Y cada año que fue pasando ayudó a ir tomando distancia. Fue un proceso de cuatro años y el libro marca una etapa ya distinta en eso. Hace seis meses no sé si hubiera estado todavía listo para hacer esto", insistió.