El oriundo de La Pampa, con apenas 18 años despertó la locura de los presentes en La Bombonera. Luego del gran triunfo en Rosario, Boca debía enfrentarse al modesto Sportivo Trinidense, por la segunda fecha de la Copa Sudamericana. Si bien parecía un trámite para el “xeneize”, a los dirigidos por Diego Martínez le costó demasiado abrir el marcador y finalmente se quedó con los tres puntos, por la cabeza salvadora de Aaron Anselmino.
Trinidense llegaba al duelo en Buenos Aires con tres derrotas al hilo, pero la máxima del fútbol dice “no hay que subestimar a los rivales”. El conjunto que lleva en el escudo los mismos colores que el “xeneize” fue un hueso duro de roer.
En los minutos previos al partido, Martínez había sorprendido con la formación titular. Pensando en el partido pendiente contra Estudiantes, que se disputará este viernes a las 19.30, el DT realizó un mix entre titulares y suplentes.
A pesar que el “11” contó con la reaparición de Sergio Romero y con figuras de la talla de Edinson Cavani, entre otros, no había caso. Boca intentaba sin cesar, pero no podía doblegar a Víctor Samudio. El arquero paraguayo se atajó todo lo que le tiraban en La Bombonera, eso sí, hasta que llegó el cabezazo letal de Anselmino.
Antes de esa acción, tuvo que aguantar los remates de Jabes Saralegui, Nicolás Valentini, Jorge Figal y hasta una maravilla de Kevin Zenón. El ex Unión, que estaba siendo resguardado para el duelo contra el “pincha”, ingresó en el complemento, le cambió la cara al equipo y hasta intentó un gol olímpico.
Con el empuje de los hinchas y una cierta impaciencia por el empate sin goles, Martínez apostó por los ingresos de Zenón y Lautaro Blanco. Dos futbolistas que vienen en levantada y que ya se ganaron todo el cariño de los fanáticos en Brandsen. Tal es así, que por intervenciones suyas, llegó la victoria de Boca.
Con un córner a favor para el “xeneize”, Zenón abrió corto para Blanco, que mandó el centro y encontró en lo más alto a Anselmino. El zaguero central, que había debutado el 11 de junio del año pasado contra Lanús, se elevó ante los defensores de Trinidense y sentenció la historia a favor de Boca. Primer tanto para el pibe de 18 años, que se fue lesionado y quinta asistencia para Blanco, desde su llegada al “xeneize”.
Pero claro, Boca no podía terminar un partido de estas magnitudes sin suspenso. A los 84’, la pelota le pegó en la mano a Luis Advíncula y tras una larga espera, finalmente el VAR decidió que no era penal para Trinidense.
¡Un alivio! Sobre todo por lo que había sido la previa del partido. Entre los fantasmas, aparecía Deportivo Capiatá, que había vencido al “xeneize” por la mínima en la edición de 2014. Sin embargo, este Boca parece no ponerse techo y más allá de los gustos, suma de a tres unidades.
Con puños apretados y con toda una hinchada cantándole al eterno rival, Boca sigue sonriendo y llega envalentonado a los minutos pendientes del partido contra Estudiantes, en el “Jorge Luis Hirschi” de La Plata. Luego, se vendrá Godoy Cruz y la tercera fecha contra Fortaleza, nada menos que en tierras brasileñas. Lo cierto es que este Boca va y va.