La oposición: entre el papelón radical y los golpes al alfarismo

La oposición: entre el papelón radical y los golpes al alfarismo

La oposición: entre el papelón radical y los golpes al alfarismo

Hace un año, el sector mayoritario de la oposición discutía quién emergería como el líder disidente en el escenario preelectoral provincial. Aunque era previsible por la naturaleza de las alianzas internas, pocos vislumbraron el desenlace fatídico. No sólo Juntos por el Cambio (JxC) ya no existe en Tucumán, sino que sus fragmentos quedaron dispersos, desdibujados y enfrentados. Tras la derrota en las urnas, inclusive hay partes que se aliaron con el oficialismo que encabeza el gobernador Osvaldo Jaldo (PJ). No fue una tarea difícil para el jaldismo recoger las partes que le interesaban de entre los escombros y, claro, neutralizar cualquier tipo de reagrupación.

La situación de las dos ramas de mayor magnitud de JxC es diferente. El radicalismo y el alfarismo salvaron las expectativas porque consiguieron bancas provinciales y municipales. El balance del radicalismo fue mejor porque pudo retener sus espacios de mayor poder: las intendencias de Yerba Buena, Bella Vista y Concepción. No fue el caso del Partido por la Justicia Social (PJS), que perdió la intendencia de la Capital y con ella el ámbito institucional más relevante de la oposición.

Los radicales miran hacia Buenos Aires, para analizar cómo pararse frente a las políticas del Gobierno de Javier Milei. Una porción grande de correligionarios locales no se identifica ni con las ideas ni con las medidas de La Libertad Avanza. Es la que está cercana al criterio que marcó el partido de manera institucional, mediante su presidente Martín Lousteau. Varias de las líneas capitalinas se identifican con esta postura. Hay otro segmento que tiene más afinidad con los libertarios y que considera necesario apoyar parte de las iniciativas. En este está el diputado Mariano Campero, que se viene perfilando como un posible líder radical, por la claridad de sus objetivos (la diputación y luego, la pelea por la gobernación en 2027) y por la suma de detractores que genera.

Lo que sucede institucionalmente en el partido roza el papelón. El asunto medular es la fecha del fin de la gestión que encabeza el diputado Roberto Sánchez. Hay dirigentes que conducen la mayoría de convencionales, como Ariel García y Agustín Romano Norri, que sostienen que el domingo pasado hubo una Convención provincial, que el mandato de Sánchez termina en septiembre (porque ese mes se resolvieron los cuestionamientos judiciales al proceso de normalización) y que se debe iniciar con el calendario electoral. Además, marcan que si el mandato de Sánchez concluye pronto, tampoco se convocó para la renovación. La dirigencia que tiene esta postura impulsa también modificaciones en la Carta Orgánica. Advierten que no reconocen la convocatoria porque la mesa de la Convención pretendería que quedar a la cabeza del partido una vez que Sánchez deje el puesto.

En el oficialismo partidario dicen que fue sólo una reunión de convencionales sin legitimidad y que hay quienes quieren quedarse con la UCR por vías presuntamente irregulares. Consignan que quieren prorrogar los mandatos porque tienen mayoría en los organismos clave y que, si termina el de Sánchez, concluyen también los propios. Recuerdan que, mediante un acuerdo para la lista única, varios sectores pudieron acceder a la conducción. El presidente del organismo partidario más importante, Raúl Moreno, se presentó en la Justicia Electoral el viernes y puso a disposición la documentación que, afirma, respalda la posición de que habría habido procedimientos no adecuados. En el medio, allegados a Sánchez afirman que recurrió a los Tribunales y que cuenta con un certificado que ratifica que su mandato concluye esta semana. Aseguran, además, que no tiene interés alguno en permanecer en el puesto.

¿Quién puede prorrogar los mandatos? Parte de los radicales dice que sólo el Comité Nacional. Otra parte, que sólo la Convención provincial.

En el caso de que se estiren y que Sánchez no quiera continuar ¿Qué sucedería? Debería ser definido por el resto de la mesa chica del Comité local. Si bien la vicepresidencia está en manos de Silvia Elías, no figura en la reglamentación que el vice reemplaza al presidente. Lo más probable es que los titulares de la Convención queden a la cabeza.

Este engorroso panorama implica un nuevo capítulo de los entuertos radicales. No es la primera vez que hay disputas ni que se judicializan. Hasta aquí todo indica que hay líneas que buscan medir fuerzas para lo que viene.

Hay radicales de lineas distintas -y hasta opuestas- que pretenden que el partido se modernice, que haya recambio dirigencial. El mensaje de los votantes fue recibido y afirman que las formas habituales de hacer política están agotadas. En paralelo, saben también que no hay margen para tolerar este tipo de disputas.

¿Puede el radicalismo liderar la oposición local? Desde distintas fuerzas e internamente consideran que sí, porque el panorama se “limpió” por los que pasaron al oficialismo y que en el ámbito nacional se fortaleció territorialmente.

En las huestes del PJS se están acomodando a la nueva realidad. Dentro del armado hay dirigentes más y menos alfaristas, dependiendo de cuán críticos son en relación a su líder Germán Alfaro. El acuerdo entre Alfaro y Jaldo les dio un poco de aire. La fortaleza que atesoran son dos: la senadora Beatriz Ávila, que mantiene relaciones clave en la primera línea de la dirigencia del Congreso y fundamental en el pacto institucional con Jaldo, y los legisladores, que son figuras instaladas y con experiencia como Walter Berarducci, Alfredo Toscano, Rodolfo Ocaranza y Claudio Viña.

Puertas adentro, dan casi por perdida una banca en el Concejo: la de Carlos Arnedo, a quien consideran demasiado cerca del chahalismo. Arnedo es el presidente del bloque, pero votó distinto a los ediles que lo integran (Carlos Ale y Ana González), por ejemplo, en el Presupuesto municipal. Arnedo se mantiene activo en el cuerpo vecinal y lleva adelante su propia agenda.

Los que cuestionan al ex intendente explican que esperaban deserciones porque sienten que están a la deriva. Aseguran que tener un conductor sin poder ni recursos es complejo. Saben, sin embargo, que Alfaro siempre tiene un as bajo la manga cuando es necesario. Además, la política se ha vuelto tan dinámica que nada está dicho.

Hay dos golpes que sufrió el espacio y que aún no saben la magnitud que pueden tomar. El principal es el cuestionamiento y las sospechas de desmanejos en el Consorcio Metropolitano que gestiona la basura. Si bien la denuncia que radicó la gestión de la intendenta Rossana Chahla no menciona a Alfaro, sí apunta a su Gobierno. En el alfarismo consideran que el objetivo final es sacar de juego político al ex titular del Ejecutivo por su alianza con Jaldo y creen que es una estrategia para “tapar” que no contarían con recursos para efectuar las mejoras que prometieron para la Ciudad en campaña. Además, aseguran que el resto de los intendentes que estaban en el Consorcio deberían también ser cuestionados.

La oposición: entre el papelón radical y los golpes al alfarismo

El otro revés viene encadenado y es un retuit de Milei a un artículo que liga a Alfaro con presuntos hechos irregulares en el Consorcio. La instalación de una idea de esa naturaleza en estos nuevos tiempos puede ser letal para un dirigente. Lo curioso es que en su momento, Alfaro había celebrado el triunfo de Milei por sobre el kirchnerismo y mantiene una buena relación con Mauricio Macri.

¿Cómo marcha el acuerdo Jaldo-Alfaro? No hay muchas precisiones. Entienden en el PJS que hay un lado B y es que Jaldo los usará en la medida en que los necesite para confrontar eventualmente con Chahla. La intendenta es una figura emergente que siguen con atención ¿Y si no los necesita? Es un escenario que no quieren imaginar.

Con quienes no hay vuelta atrás mutua es con el radicalismo. Ergo, la oposición llegará a las próximas totalmente reconfigurada.

Las otras vertientes del ex JxC siguen sus propios caminos. CREO, por ejemplo, tiene una cercanía marcada con el mileísmo, con una diputada y una concejala. Consideran que se adelantaron a lo que sucedería con Juntos y en el país. Cuestionan el silencio opositor en relación a la reforma política y al Gobierno de Jaldo en general. Apuntan a capitalizar las ideas libertarias en Tucumán de aquellos que no se identifican con Fuerza Republicana ni otros aliados de Milei.

El PRO, en tanto, cuenta con varias líneas locales y también viene acomodándose a las nuevas circunstancias. Cuentan con el legislador José Macome y con algunos concejales.

Hace un año, en JxC la disputa era por el liderazgo. Con el tiempo, la discusión ha devenido en cómo sobrevive cada fragmento tras la implosión.

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