El sur tucumano muestra fuerte ocurrencia de Dalbulus maidis

El sur tucumano muestra fuerte ocurrencia de Dalbulus maidis

Durante la Expo Apronor, técnicos de la sección Zoología Agrícola de la Eeaoc disertaron acerca de la chicharrita del maíz.

ESTADO. Muchos lotes de maíz sembrados en verano están comprometidos. ESTADO. Muchos lotes de maíz sembrados en verano están comprometidos.
06 Abril 2024

En la Expo Apronor, técnicos de la sección Zoología Agrícola de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) expusieron acerca de la situación actual de la chicharrita del maíz -Dalbulus maidis-, de sus impactos sobre el cultivo y de las perspectivas para la próxima campaña.

Dalbulus maidis es el principal vector de forma persistente del Corn Stunt Spiroplasma (CSS) o achaparramiento, enfermedad con presencia constante y creciente en el maíz -principalmente, en zonas del norte de la Argentina-, que llega a ocasionar niveles de daños de hasta el 100% en este cultivo. Además del CSS, Dalbulus maidis puede transmitir otros patógenos como fitoplasma (Maize Bushy Stunt Micoplasm) y el virus del rayado fino (MRFV), que pueden presentarse de manera conjunta en las plantas de maíz.

Este vector fue señalado por primera vez en Argentina por Oman en 1948 en la provincia de Tucumán. En la década del 90 se registró su presencia en Jujuy, Salta, Tucumán, Chaco, Catamarca, Santiago del Estero, Santa Fe y Buenos Aires sobre cultivos de maíz, teosinte y malezas aledañas.

En Tucumán Eduardo Virla determinó que Dalbulus maidis tiene al menos cinco generaciones al año, que se desarrollan entre noviembre y mayo. Los adultos provenientes de la última generación sobreviven al invierno refugiados en malezas y/o cultivos invernales, desde donde colonizan el maíz durante el verano.

Dalbulus maidis es un insecto monófago: solo se alimenta y se multiplica sobre el maíz. Este le permite adquirir el complejo de patógenos que luego trasmite al cultivo.

Debido a su incidencia sobre el maíz, en las últimas campañas, la Eeaoc y los Consorcios Regionales de Experimentación Agropecuaria (CREA) del NOA se encuentran abordando un proyecto sobre la chicharrita del maíz, con el objeto generar información sobre la bioecología, el comportamiento y el desarrollo de estrategias para el manejo de esta amenaza para el cultivo de maíz en nuestra región.

A partir de los relevamientos realizados en el marco de este proyecto, se registró en zonas productoras del sur de Tucumán (La Cocha y Graneros), sudeste de Catamarca (Santa Rosa) y sudoeste de Santiago del Estero (Guasayán), una elevada ocurrencia de Dalbulus maidis, en comparación a otras áreas. Esta zona se caracteriza por presentar el cultivo de maíz en dos oportunidades. Una primera siembra en la primavera -bajo riego, destinado a la producción de semillas- y una segunda siembra entre diciembre y enero. Esta práctica resulta muy favorable para el vector, al tratarse de un insecto que solo se alimenta y se multiplica en las plantas de maíz. Tal situación, sumado a un invierno sin heladas de importancia que cortaran el ciclo de la plaga, favoreció la ocurrencia de elevadas poblaciones de Dalbulus maidis. Y esto hizo que la mayoría de los lotes de maíz sembrados en el verano esté muy comprometido por las enfermedades trasmitidas por este vector; y muchos de ellos, con pérdidas totales.

En las zonas maiceras de los departamentos de Leales, Cruz Alta y Burruyacu (Tucumán), y el oeste de los departamentos de Pellegrini y Jiménez (Santiago del Estero), los niveles de Dalbulus maidis fueron considerablemente menores. En estas zonas el desarrollo inicial de la plaga estuvo sujeto a la presencia de plantas de maíces “guachos” durante la primavera, que favorecieron su multiplicación inicial. En dichas áreas se registraron bajos valores de la plaga en las etapas iniciales del cultivo de maíz. Desde principios de febrero se observaron aumentos poblacionales, que se incrementaron con el tiempo. En esta zona, los daños son de grado variable, con un mayor impacto en lotes con híbridos de maíz susceptibles a CSS, que además sufrieron algún estrés del tipo ambiental -sequía y altas temperaturas- durante su desarrollo.

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