“Al habernos enterado de esa situación, se hizo una requisa en la celda que ocupa Abel Lobo y se encontró el celular dentro del lugar de detención en el penal de Villa Urquiza. Fue secuestrado”, explicó el director del Servicio Penitenciario de la provincia Mario Quinteros. El funcionario informó además que la novedad ya fue transmitida a las autoridades judiciales. “Paralelamente, iniciamos una actuación administrativa para determinar cómo llegó a sus manos”, agregó.
El procesado por los cinco robos, después de haber sido trasladado a la provincia, estuvo en el calabozo de una comisaría. A los dos días de que se le dictara la prisión preventiva, en un tiempo récord, por las gestiones que realizaron jefes policiales. En la cárcel, Lobo fue ubicado en el sector donde están los procesados y condenados por causas federales,. Según confirmaron fuentes del servicio penitenciario, compartía encierro con unas 60 personas. “Ese es uno de los lugares más cómodos y tranquilos de la cárcel. Perdió por mostrarse en las redes sociales”, explicó un recluso.
“Perdió”, en la jerga tumbera, significa que fue atrapado. El joven cayó por mostrarse en las redes sociales. Cuando estaba en Córdoba se sacó una foto y subió una historia en Instagram. Los investigadores que estaban tras sus pasos, la descubrieron y descubrieron un detalle: había un cartel que podría ser de la empresa que hacía el servicio técnico del elevador.
A través de un sistema de mejoramiento de imagen que tiene el ECIF, lograron establecer de qué firma se trataba y hasta consiguieron el número de teléfono. Se comunicaron con ellos y consiguieron la información clave para poder detenerlo.