El dengue enferma a barrios y a familias enteras en Aguilares. La patología está diseminada en toda la ciudad. No hay un foco específico que concentre la mayoría de los casos, como sucedió en el 2009, cuando se produjo el primer brote en ese municipio. Ahora arrasa por todos los barrios, sin distinción ni límites territoriales.
En la guardia del hospital local ahora se atiende un promedio de 350 infectados diarios. Días atrás se produjo un registro récord de 826 asistidos con la enfermedad trasmitida por el mosquito Aedes aegypti. A partir del rebrote que se remonta a fines de enero de este año, el hospital reporta entre 7.000 a 8.000 casos por mes de enfermos. La población total de Aguilares es de unos 35.000 habitantes.
Así las cosas, es infernal el trabajo de médicos, paramédicos e incluso de agentes sociosanitarios que colaboran en el servicio. Este fin de semana se reportaron 21 internados con esa enfermedad. La cifra representa la ocupación del 60% de la capacidad de internación del nosocomio. Ante la crisis se habilitaron sillones de hidratación. Pese a la virulencia de este rebrote, la buena noticia es que la tasa de letalidad se mantiene en cero. Pero eso no lleva tranquilidad ni sociego.
Raquel Salgado, del barrio Villanueva, se queja por las demoras que hay en la atención. En la emergencia concurrió ayer para que reciban asistencia dos de sus hijos, de 10 y 14 años. Ambos vuelan de fiebre. Dice que todo está en función a la voluntad o humor del médico de turno. “Algunos asisten muy bien, otros no tanto. Quizás sea por el cansancio”, advierte. De todos modos reconoce que tanto sus hijos varones como otra hija mujer que concurrió días antes, recibieron la mirada médica adecuada, aunque con bastante espera.
En el barrio Colón, José Albornoz permanece aislado con toda su familia (de cuatro integrantes) contagiada de dengue. “Es mejor permanecer en casa que ir a perder el tiempo en el hospital. Aquí nos estamos curando con paracetamol y té de papaya. Estuvimos muy mal, pero ya estamos un poco mejor”, afirma. En la zona hay manzanas enteras con infectados. Solo los más graves concurrieron al hospital. La gente, en tanto, sostiene que las fumigaciones, que huelen a gasoil, no dan resultados. “Los mosquitos igual salen a revolotear y picar”, alerta Albornoz
Guardia reforzada
El director del hospital local, Rodolfo Cecanti, asegura que la guardia del nosocomio a su cargo está reforzada con médicos, enfermeros y cinco agentes sociosanitarios. Estos últimos tienen una función puntual: “en la sala de espera reciben al paciente, le ponen citronella en aerosol y van tratando la fiebre con paracetamol. Al mismo tiempo lo hidratan con agua mineral o sales de rehidratación. Este trabajo es valioso porque a los enfermos leves los contienen y explican el proceso que atraviesan. Es decir que ayudan mucho a médicos y enfermeros abocados a otras situaciones más críticas”.
El profesional espera que los fríos de otoño les den una mano y alivien la situación. “Necesitamos una temperatura de 12 a 10 grados para que el mosquito deje de eclosionar”, observa.
Cecanti reconoce el trabajo importante que despliega la Municipalidad a cargo de Gimena Mansilla. Hay personal abocado a las tareas de bloqueos y eliminación de los posibles focos de contagio, como chatarras, cubiertas y aguas estancadas, ideales para la proliferación de mosquitos, que habitan dentro o alrededor de las casas y no se desplazan por largas distancias.
“La intendencia está muy pendiente del hospital y recibimos mucha ayuda que tiene que ver con la prevención” remarca el médico.
Alberto Janin, director de Defensa Civil, informa que el municipio -aparte de las labores de fumigación y descacharreo- lleva este año eliminadas 21.000 cubiertas de rodados, otro sitio preferido por el Aedes aegypti para dejar sus larvas cuando quedan restos de agua (habitualmente de lluvia) en su interior. Las ruedas en desuso son trasladadas a un sitio de disposición final.
También se está intimando a los propietarios de terrenos baldíos a fin de que procedan a limpiarlos de yuyales y así reducir la posibilidad de que se transformen en criaderos de mosquitos. “A pesar de los trabajos sin tregua que realizamos, resta una mayor colaboración de los vecinos para lograr eliminar todos los focos de reprodución del vector que produce los contagios y así lograr aplacar este rebrote”, sostiene. Su posición es la misma que se levanta desde el Gobierno provincial: sin concientización y trabajos de limpieza en cada hogar, no se logrará eliminar el riesgo.
Sin repelentes
En Aguilares, frente a esta crisis sanitaria, las farmacias y otros negocios se quedaron sin repelentes y sueros rehidratantes.
María Mustafá cuenta que en algunos comercios hay repelentes pero a $10.000 un envase chico. “Todos se están aprovechando de esta emergencia, mientras la enfermedad se multiplica”, plantea.
Luis Medina Ruiz, ministro de Salud de la provincia, le aseguró a LA GACETA que en los hospitales de la provincia “no falta nada”. ”Estoy chequeando y tenemos todos los insumos y reactivos (que se les brinda a los pacientes). Hay un aumento claro de consultas y por eso se han reforzado las guardias. A la gente le estamos diciendo que vayan al hospital pues hay que evaluarlos. No hay discriminación. Ahí se les hace pruebas de laboratorio para determinar el nivel de plaquetas y ver si es necesario su internación”, detalla.
Medina Ruiz dice que el Siprosa, a través de la farmacia oficial, está fabricando a full y distribuyendo repelentes hechos con citronella. Añade que, aunque se cuestiona su efectividad, “se demostró todo lo contrario”.
Contagios: conmoción en Yerba Buena por un deceso
La muerte de una docente de Yerba Buena causó conmoción en las redes sociales. Según publicó el concejal “Kabuby” Araóz en Facebook, se trata de una maestra que se desempeñaba en la escuela municipal Petrona de Adami. “El dengue mata, la desidia del Estado y algunas injusticias como la precarización laboral también”, escribió. El Ministerio de Salud informó que está investigando si se trató o no de un fallecimiento por dengue.
Trabajadores de la salud piden vacuna
“Con el antecedente de los 40.000 casos de 2022-2023… era esperable esto…”, dijo en un video la médica Adriana Bueno, que destacó que las guardias están colmadas. “El dengue es una enfermedad compleja. Enfermedad de la pobreza...”, describó y pidió que se ayude a los trabajadores de salud. “La vacuna en nuestra provincia es una herramienta más que nos ayudará en esta lucha despareja y titánica”.