Fue uno de los principales temas de conversación durante el entretiempo del partido de San Martín contra Chaco For Ever. La tribuna que da espaldas a calle Rondeau exhibió una postal diferente: no estaban ni los tradicionales “trapos”, ni los redoblantes. Como contrapartida, en el centro, había un hueco grande que dejaba en claro que la barra había decidido no asistir al estadio. Fueron muchas las conjeturas, sin embargo hasta entrada la medianoche nadie pudo confirmar nada.
La mañana de martes arrancó movida en La Ciudadela. Mientras un vocero de la dirigencia afirmaba que no tenían conocimiento sobre el por qué del “faltazo”, en las redes sociales comenzó a circular el rumor que daba cuenta de una interna entre las diferentes facciones que conviven dentro de la tribuna “santa”.
Según explicó una fuente que camina desde hace muchos años la tribuna más emblemática de La Ciudadela, de un tiempo a esta parte un integrante de una familia muy conocida en Bolívar y Pellegrini (lideró la barra décadas atrás y hasta ocupó cargos dirigenciales) tiene decidido tomar el control absoluto del grupo de barrabravas.
Antes del partido contra Estudiantes de Caseros habría tenido unos cortocircuitos con integrantes de una de las facciones más importantes de la barra, y en la última semana les habría prometido a sus seguidores que el lunes iba a “ir por todo”.
El “faltazo” mayoritario, además, se habría dado por un tema económico. Mientras la CD asegura que no tiene ningún tipo de contactos con los barrabravas, un allegado al grupo que dirige la batuta durante los partidos, aseguró que la persona que quiere tomar el control del paravalanchas, habría “apretado” a integrantes de las diferentes facciones para quedarse con las famosas “entradas de favor”.
Lo cierto es que en Bolívar y Pellegrini nadie piensa detenerse en este punto. La dirigencia decidió aumentar el despliegue de personal de Infantería dentro del campo de juego para tratar de que los violentos no puedan interferir en lo que sucede dentro del campo.
El lunes, en el duelo en el que el “santo” se subió a la cima de la zona A, La Ciudadela lució diferente. Faltó la música y el efecto sonoro característico de cada vez que juega San Martín.
Algo similar ocurriría el sábado contra Arsenal porque a la luz de los hechos, la interna de los barras parece pintar para una historia de largo recorrido.