La popular de la calle Rondeau mostró anoche en La Ciudadela un extraño vacío en el medio de la tribuna, en el espacio que habitualmente ocupa la barra de San Martín. En el resto de la cancha todo el mundo se preguntó lo mismo: "¿Qué pasó?" Las respuestas, que parecen sencillas, siguen siendo hoy una incógnita porque "nadie sabe nada".
Mientras que la mayoría del público prefirió enfocarse en el partido que el "santo" tenía por delante ante Chaco For Ever, la ausencia de las banderas, la percusión y de los encargados de dirigir la batuta no pasó desapercibido, aunque no fue la primera vez.
Muchos recordarán que el 20 de agosto de 2018 San Martín regresó al fútbol de Primera después de nueve años. Esa tarde de lunes, en donde todo debía ser una fiesta, la barra se ausentó de las tribunas. Por la efervescencia del debut ante Unión, ese vacío en la popular Rondeau se notó menos.
En aquella oportunidad, la barra mantenía un conflicto con la dirigencia, que era conducida por Roberto Sagra, básicamente por el reparto de entradas, la principal fuente de ingresos económicos de las diferentes facciones. Dos semanas después, sin que nadie hiciera comentarios al respecto, los violentos regresaron a la tribuna y todo volvió a la "normalidad".
Pese a que dentro de la cancha estuvieron algunos de los líderes de la barra, los bombos, las trompetas y los tirantes brillaron anoche, aunque esta vez, por su ausencia.
En medio del clima enrarecido, antes de que termine el primer tiempo, hubo un inusual y gran despliegue de personal de Infantería dentro del campo de juego. Se posicionaron, mayoritariamente, sobre las tribunas de la calle Rondeau y de la calle Pellegrini. Este detalle no puede ser pasado por alto ya que, de manera preventiva, el operativo de seguridad intentó que nada de lo que sucediera en la popular pudiera interferir dentro del campo de juego. Así quedó de manifiesto que algo se sabía con antelación.
Lo cierto es que La Ciudadela lució diferente y que, de manera desorganizada, el resto de los hinchas se hizo cargo del aliento y de festejar la victoria de San Martín sobre Chaco For Ever, que lo devolvió a la cima de la zona A de la Primera Nacional.