Los tiempos del oficialismo se aceleran por la Ley Bases

El fin de semana extra largo llega a su ocaso y los tiempos se aceleran para el oficialismo nacional en materia legislativa. El presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, es el primero que deberá lidiar con la nueva versión de ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos, con el objetivo de llegar a buen puerto.

En apariciones mediáticas, el dirigente riojano se animó a decir que el tratamiento en el recinto será “en la semana del 14, o la del 21” de abril. Es decir que en el transcurso de esta semana, con solo tres días hábiles, o inicios de la siguiente el presidente Javier Milei enviará al Congreso la nueva propuesta del texto. Además, las fechas postuladas por Menem tienen lógica porque contemplan el tiempo que pueda llevar después el tratamiento en el Senado y la posibilidad de llegar de la mejor manera posible al 25 de mayo, fecha estipulada por el Poder Ejecutivo Nacional (PEN) para la firma del Pacto.

Para que se cumplan los tiempos establecidos por Menem, el debate en comisiones debería acelerarse a partir de la próxima semana, para conseguir dictamen los primeros días de la siguiente. Ya no hay tiempo para un tratamiento tan extenso como el que tuvo en el recinto la primera versión de las Bases.

De los 664 artículos originales, el borrador que circula entre diputados tiene solo 269, y es mucho más específico en cuanto a sus alcances. Se cumplió así un pedido que le había hecho a sus interlocutores el jefe de uno de los bloques dialoguistas. De este nuevo texto se desprende que de las 11 emergencias que el proyecto pedía originalmente, han quedado solo cuatro, con sus correspondientes delegaciones legislativas. De las 41 empresas públicas plausibles de privatización, han quedado 12, acotadas en los siguientes rangos: tres a privatizar; seis a privatizar o concesionar y tres plausibles de recibir aportes de capital privados. Por solo citar algunas modificaciones implementadas.

A modo de garantizar el conteo de votos que vayan a tener con cada uno de los artículos que queden en el documento definitivo, los bloques dialoguistas han sido citados más de una vez por el ministro del Interior, Guillermo Francos, y el jefe de Gabinete, Nicolás Posse. En estas negociaciones, las conversaciones no se han circunscripto a la ley de Bases solamente; también se extendió por ejemplo al paquete de modificaciones de leyes de seguridad, que manejan los ministros Patricia Bullrich y Luis Petri.

Negociaciones frenéticas

Más allá de las conversaciones de la bancada oficialista con los espacios dialoguistas dentro del recinto, en esta instancia de negociaciones los protagonistas excluyentes han sido y son los gobernadores.

A pesar de las conversaciones iniciadas desde inicios del mes pasado los recortes que han sufrido las provincias fueron múltiples y eso parece haber dinamitado ciertos puentes de diálogo. Además, en una entrevista reciente, que difundió la cadena CNN, el Presidente les dedicó a los gobernadores unas declaraciones resonantes. Milei no negó haberse arrepentido de confiar en los gobernadores y acusarlos de no jugar limpio en el marco de la discusión de la primera Ley Ómnibus.

A modo de respuesta, el mandatario de Santa Cruz, Claudio Vidal, fue muy crítico con la gestión de Milei aunque resaltó que con el ministro Francos mantiene “buen diálogo”, pese a que después “se toman decisiones inconsultas que perjudican a distintas jurisdicciones”.

En una entrevista radial con AM 710, Vidal aseguró observar un descontento generalizado por parte de los gobernadores ante las medidas adoptadas por la administración central. “Voy a hablar por mí. Si no hay recursos para mi provincia, en materia de educación, en materia de salud, entendiendo la difícil situación que atraviesa Santa Cruz por el grave problema económico que heredamos. Y además, por estas medidas de ajuste que aplica Nación sobre mi provincia, nuestros legisladores no van a acompañar ningún tipo de Ley Bases y tampoco va a haber Pacto de Mayo para nosotros”, advirtió el dirigente y encendió las alarmas de Casa Rosada.