30 Marzo 2024
Papa Francisco. ARCHIVO
CIUDAD DEL VATICANO.- Europa vive conmocionada luego del atentado llevado a cabo por el Estado Islámico en el Crocus City Hall de Moscú el viernes 22 de marzo.
Tanto, que los servicios de inteligencia franceses recomendaron que se cancele la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos París 2024. Ahora, en plena Semana Santa también reforzaron la seguridad del Vaticano ante el temor a un ataque terrorista.
Las medidas de vigilancia y control se extremaron ya el Jueves Santo en toda Roma y de manera específica en los alrededores de la Sede Papal. También se incrementaron los controles en aeropuertos, estaciones y alrededores de la ciudad.
Hasta ayer no se había suspendido ninguna actividad programada sobre las celebraciones de Pascua llevadas adelante por el Papa Francisco.
Tras el atentado en Moscú, reivindicado por el grupo terrorista yihadista Estado Islámico, o Daesh, varios países elevaron el nivel de alerta. Italia, después de Francia, Bélgica y España, países que ya sufrieron atentados, intensificaron las actividades de vigilancia y control, con mayor atención a los lugares de concentración y tránsito y a los objetivos sensibles.
El servicio de Inteligencia de Italia también monitorea la web para identificar situaciones de riesgo.
Durante el fin de semana están previstas medidas extraordinarias en la capital italiana. Además de en las estaciones y aeropuertos de Roma, los controles se concentrarán sobre todo en el Vaticano hasta el Domingo de Pascua.
El Papa presidió ayer un servicio religioso de Viernes Santo en la Basílica de San Pedro, antes de una procesión nocturna en el Coliseo de Roma para conmemorar la muerte de Jesús por crucifixión.
El Viernes Santo conduce al Domingo de Pascua, la fecha más importante y alegre del calendario litúrgico de la Iglesia, que conmemora el día en que los cristianos creen que Jesús resucitó.
Francisco presidirá hoy la Vigilia Pascual hoy. Mañana celebrará la Misa de Pascua y leerá su doble mensaje y bendición “Urbi et Orbi” (a la ciudad y al mundo) desde el balcón central de San Pedro.
El Pontífice, de 87 años, con problemas de movilidad y respiratorios, pero que esta semana parecía más fuerte, llegó a San Pedro en silla de ruedas, junto a cardenales y obispos, para el oficio de la Pasión del Señor del Viernes Santo.
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