La inflación, el dólar planchado y la baja de los plazos fijos está poniendo en tensión a los pequeños ahorristas. “Está más difícil que nunca”, dice el economista Nicolás Litvinoff, director de estudinero.org. El panorama luce desconcertante no sólo para los que hacen malabares para poder llegar a fin de mes, sino también para los que logran hacerlo. Si quieren ahorrar, están obligados a empatarle el partido a aumentos que promedian los dos dígitos mensualmente. Si quieren ganarle a la inflación, es decir obtener una renta, los instrumentos de inversión tradicionales han dejado de ser el camino. ¿Qué se puede hacer? En esta entrevista con LA GACETA, el especialista en finanzas personales describe el escenario actual, opina sobre las medidas del gobierno de Javier Milei y ofrece posibles recetas para mejorar la salud de la billetera.
¿Cómo analizás el escenario económico actual en Argentina?
Está más difícil que nunca para las finanzas personales. Tenés sueldos que pierden poder adquisitivo todos los meses contra la inflación y al mismo tiempo no existen vehículos de ahorro que te den una tasa de interés real positiva. Sumado a eso estamos en una economía que está en recesión. Esos tres esos tres aspectos conforman un cóctel muy explosivo. Mucha gente está desclasándose, o sea bajando su nivel de poder adquisitivo en términos de clases sociales. Esto no quiere decir que sea imposible ni mucho menos, sino que hay que tener mucho más empeño, más disciplina y dedicarle más tiempo a estudiar para poder seguir manteniendo la economía doméstica.
¿Qué pasa con los refugios tradicionales?
El plazo fijo sigue siendo demandado a pesar de que en estos momentos está dando tasas de rentabilidad reales negativas. El dólar sigue estando demandado por más que esté planchado hace tres meses y por lo tanto esté perdiendo fuertemente contra la inflación en este 2024. Esto se da simplemente porque la gente no sabe qué otra cosa hacer. No quiere tampoco salir de su zona de confort y por ende deja más liquidez en las billeteras virtuales, que te pagan menos que un plazo fijo, con la ventaja de que la podés retirar en cualquier momento e invertir en otra cosa. También se aumenta el consumo corriente para tratar de eludir la suba de precios de todas las semanas. En definitiva, las opciones tradicionales (dólar, plazo fijo y yo agregaría ladrillos para los inversores con más capital) siguen siendo las más populares a pesar de la crisis, obviamente reduciéndose, pero todavía más que nada por no saber a dónde ir o no saber qué hacer.
Ante esto, ¿qué opciones debería considerar el pequeño ahorrista e inversor para no perder contra la inflación o en el mejor de los casos ganarle?
La renta variable. La bolsa Argentina es la segunda bolsa que más subió en el mundo en el último año, o sea, desde marzo 2024 a marzo 2023. Eso quiere decir que la renta variable en nuestro país sigue siendo un buen negocio, sobre todo teniendo en cuenta que hay expectativas de que la situación mejore. Y la bolsa es pura expectativa y siempre busca anticiparse a lo que pasa en la economía. Ahora el tema es cómo invertir en renta variable porque no es como un plazo fijo, que lo renovás o no. Tiene otros aspectos que en el fondo también para mí son muy simples, que es comprar y mantener en el largo plazo, pero eso que parece tan simple es lo que más le cuesta a la gente.
¿Por qué?
Hay todo un mito de que en la bolsa te podés hacer millonario rápido, pero también lo podés perder todo entonces tenés que comprar y vender, vender y comprar… Y yo creo que no es así. Es simplemente invertir a largo plazo y de hecho eso es lo que mejor resultado da.
Dentro de lo que considerás renta variable, ¿qué recomendarías?
Hay que armar una carretera bien diversificada entre las acciones que son del panel líder, o sea, del Merval, las acciones de empresas más grandes. Dividir entre distintas industrias, pero no buscar el caballo ganador, es decir no buscar la acción que más va a subir y poner el 50% de mi capital ahí. Eso no. Incluso si se puede hay que indexar, o sea invertir directamente en el índice. También está la opción de invertir en Cedears (que son certificados de depósito, o sea, de acciones de empresas extranjeras), pero también puede ser de ETF extranjeros, que son fondos abiertos donde yo, por ejemplo, podría invertir desde la Argentina en Standard and Poor's 500 (S&P 500). Estas son las 500 empresas más importantes de Estados Unidos. De esa forma estaría diversificado e invertiría a largo plazo y si la economía americana le va bien, a mi inversión le va a ir bien también.
¿Hay que considerar al bitcoin u otras criptomonedas?
El bitcoin también me parece una buena opción. Es una tecnología nueva aunque ya lleva 15 años, pero todavía no logró la adopción, entonces hay que ser cauto a la hora de invertir y me parece que el porcentaje tiene que estar entre un 5 y un 10% del total del portafolio a invertir. Creo que representa una muy buena alternativa porque tiene particularidades que lo hacen muy atractivo y por eso está siendo cada vez más aceptado en Wall Street (Estados Unidos). Una de ellas es que tiene una alta rentabilidad esperada, obviamente lo cual lo lleva a tener también mucha volatilidad, pero en los últimos 15 años el bitcoin es claramente el que más subió de todos. Si bien los resultados pasados no garantizan resultados futuros, eso te da la pauta de la potencia que tiene. Y al mismo tiempo tiene algo que es muy atractivo: un grado de correlación con la economía tradicional (el mercado financiero, las bolsas globales) que es prácticamente cero. Esto implica que agregás rentabilidad esperada al portafolio pero sin aumentar el riesgo. Por eso incorporar al bitcoin en pequeñas proporciones en un portafolio es muy inteligente y favorable.
¿Qué podrían hacer los que tengan dólares en el colchón?
Lo peor que se puede hacer es salir apurado pensando que los tengo que gastar por pensar que después no van a valer nada y ese tipo de cosas. Los precios hoy en la Argentina están en un nivel muy alto en términos globales. Esto quiere decir que: o el dólar se va a $2.000 o los precios caen un 50%. No puede seguir esa relación que tenemos ahora por mucho tiempo. Entonces el argentino sabe que con el dólar en el corto plazo puede perder contra la inflación como está sucediendo a lo largo de este de este primer trimestre. Eso puede durar seis meses o un año, pero en el largo plazo el dólar en la Argentina siempre fue un refugio justamente para la suba de precios. En el largo plazo vas a estar palo y palo con la inflación con algunos momentos en los cuales de corto plazo estás perdiendo y en otros de corto plazo estás ganando, pero yo creo que los que tengan dólares abajo el colchón y no sepan bien qué hacer y no quieran dedicarle tiempo a estudiar lo que hablamos antes lo mejor que pueden hacer es seguir teniéndolos ahí y no hacer movimientos apurados o impulsados por el miedo, que es el peor consejero. Lo mejor es seguir con esa expectativa de que en el largo plazo con el dólar en algún momento y gracias a las fuertes evaluaciones que ocurren en nuestro país cada tanto terminás empatando con inflación en el largo plazo.
En este contexto, ¿cuáles son los errores no forzados más frecuentes que podemos cometer financieramente?
Actuar impulsivamente. Actuar guiado por miedo o por la codicia también. Buscar resultados extraordinarios a corto plazo es otro gran error. A mí me parece que un ahorrista tiene que entender cuál es el contexto de tasas de interés de ese momento, saber que una buena inversión puede lograr un rendimiento promedio o un poquito más, pero no mucho más siempre que no quieras asumir un riesgo muy alto. El principal enemigo del inversor no es ni el gobierno ni el Estado: es él mismo, las decisiones emocionales e impulsivas que puede llegar a tomar guiado por el miedo o la codicia. Cada decisión de inversión que uno toma tiene que estar fundamentada y tienen que tener un sustento fuerte. Los errores no forzados tienen que ver con actuar emocionalmente y de corto plazo en el universo de las inversiones.
¿Cuál es tu mirada sobre los primeros 100 días de Milei en el Gobierno?
Hay un divorcio entre la economía real y la economía financiera. En términos financieros las cosas se están haciendo bien. El Banco Central ya acumuló más de U$S10.000 millones de reserva desde que asumió Milei. También el dólar pudo plancharse. Los pasivos del Banco Central, o sea las deudas, se fueron saneando. La bomba de las de Leliqcs que tanto atemorizaba se fue desarmando. La suba del mercado habla de buenas expectativas, al igual que la caída del riesgo país… Ahora desde la economía real lo que vemos todos los días es aumento de precios, cada vez más despidos, una economía que está en recesión… El gran desafío para este gobierno va a ser cómo reactivar la economía desde un lugar de un Estado que busca ser reducido a su mínima expresión. Si el Estado no tiene demasiado peso y no puede hacer políticas monetarias porque el Banco Central va a existir solamente a fines administrativos, entonces ¿cómo se reactiva la economía? Dado que venimos de décadas de caídas muy fuertes y una economía con la Argentina que tiene su potencial y todo eso, esto se podría llegar a lograr más cerca del segundo semestre. Quizás un poquito antes siempre y cuando se mantengan constantes las demás variables. Eso quiere decir que si en algún momento Estados Unidos entra en recesión económica (que es algo probable), eso a nosotros nos podría complicar y mucho en una economía que se está buscando abrir. Cuando esto sucede queda muy vulnerable a los shocks externos. Hay que tener mucho cuidado.