La urgente necesidad de reevaluar las políticas de licencia por paternidad

“¿Me podés analizar todas las licencias que di de trabajo? Todas. Y dame estadísticas sobre eso”, comenta Narda Lepes en uno de los ciclos de streaming de Telefe, precisamente en el programa Hola Vos, conducido por Andy Clar y Beta Suárez. Y continuó: “El 70% de las licencias que di fueron a hombres, por enfermedad. El 85% de esas licencias son por lesiones de fútbol”, explicó de acuerdo a las cifras que recibió de parte del profesional al que acudió. “Del 35% de las mujeres que pidieron licencia, el 80% eran cuidar a alguien. Prioridades, ¿no?”, argumentó la cocinera a continuación para marcar la diferencia.

“Bueno, ahí tenés a los que te dicen: ‘No, porque se embarazan, porque no sé qué’. Lo que más caro me salió en mi vida profesional fueron las lesiones de fútbol de los varones”, cerró Lepes poniendo sobre la mesa la eterna “preocupación” sobre la empleabilidad de las mujeres y el receso ante la maternidad de alguna empleada.

En este contexto, las declaraciones de la influyente chef y empresaria han avivado la conversación, llamando la atención sobre la necesidad de repensar estas políticas para adaptarse a las realidades cambiantes de las familias y la sociedad en general.

Durante mucho tiempo, las licencias de maternidad han sido consideradas como un derecho fundamental para las mujeres trabajadoras en Argentina. Estas licencias, diseñadas para proporcionar un período de recuperación física y emocional después del parto, así como para establecer un vínculo sólido entre madre e hijo en las primeras etapas de desarrollo, han sido fundamentales en el sistema laboral y social del país. Sin embargo, esta estructura tradicional ha dejado a los hombres en un papel secundario en lo que respecta al cuidado de los hijos, perpetuando así una disparidad en el acceso y tratamiento de las licencias parentales.

Las palabras de Narda Lepes han puesto en el centro de atención la urgente necesidad de reevaluar las políticas de licencia por paternidad en Argentina. En sus declaraciones, ha destacado la importancia de otorgar a los padres un papel activo y equitativo en el cuidado de los hijos desde las primeras etapas de la vida. Este enfoque desafía los estereotipos arraigados que asocian exclusivamente la maternidad con las mujeres, abogando en cambio por una visión más inclusiva y equitativa de la crianza.

Reducir disparidades

La desigualdad de género en las licencias de maternidad y paternidad es un fenómeno que no se limita a las fronteras de Argentina. En países como Suecia, Islandia y Noruega, se han implementado políticas más equitativas que permiten a ambos progenitores disfrutar de períodos de licencia remunerada y compartida. Estas medidas no solo han demostrado fomentar la igualdad de género en el ámbito laboral y familiar, sino que también han contribuido a reducir las disparidades en la participación laboral entre hombres y mujeres.

Sin embargo, en Argentina, las políticas de licencia por paternidad aún están rezagadas. Actualmente, los padres solo tienen derecho a dos días de licencia remunerada por el nacimiento de un hijo, una duración que queda considerablemente por debajo de los estándares internacionales y que no refleja adecuadamente las necesidades de las familias modernas. Es crucial reconocer que la desigualdad en las licencias de maternidad y paternidad no solo afecta a las mujeres, sino que también tiene consecuencias negativas para los hombres. La falta de una licencia por paternidad adecuada puede limitar su participación activa en el cuidado de los hijos y en la vida familiar, contribuyendo así a la perpetuación de los estereotipos de género y a la desigualdad en el ámbito laboral y social.

En este sentido, es fundamental que Argentina tome medidas concretas para reformar sus leyes en relación a las licencias de paternidad y poder ofrecerle a hombres y mujeres oportunidades dentro y fuera de la vida familiar.