Semana Santa: ¿qué hace que un joven tucumano deje todo por su religión?

“Una vez que descubrimos que hemos sido amados con tanta grandeza, no podemos quedarnos en casa. No podemos callar lo que hemos visto y oído. Tenemos que devolver un poco de todo el amor que hemos recibido”, dijo Mariana Arias Herrera, joven católica miembro de los Misioneros Redentoristas y de los Jóvenes Ignacianos. Su pensamiento resumió las sensaciones de miles de chicos tucumanos que ya experimentan con toda la solemnidad esta Semana Santa. “Si él entregó su vida por nosotros, ¿por qué no entregarle estos días a él?”, reflexionó un grupo de ellos en diálogo con LA GACETA.

Saben que el mundo va contracorriente; coinciden en que “la gente” siempre dice que la juventud está perdida, pero no lo comparten. Son conscientes de que las cosas no están bien y, además de hacer algo para cambiar la realidad, entregan a la fe sus miedos y sus esperanzas. Silenciosamente son miles los chicos que saldrán, como en un éxodo, desde hoy a vivir estos tiempos de meditación. Se trata de una de las conmemoraciones más importantes del calendario litúrgico del catolicismo; un tiempo de reflexión, de penitencia, de renovación espiritual y de alegría en la fe. Es la recordación de los momentos más duros de la vida de Cristo; y los jóvenes viven paso a paso cada uno de los pasajes bíblicos. ¿Cómo? Con retiros espirituales, con encuentros de oración y con acciones misioneras por la provincia.

¿Qué hace que un joven deje todo por su religión? ¿Qué impulsa a los tucumanos a querer vivir una Semana Santa de alto impacto?

Sentirse amados

Antes de empezar la Semana Santa, decenas de jóvenes de diferentes parroquias asistieron a una misa de envío: es que, a diferencia de otros años, este 2024 la Pascua Joven se celebrará en comunidades de todo Tucumán. Tradicionalmente, este encuentro -un retiro espiritual, que reúne alrededor de 800 jóvenes- se lleva a cabo de forma masiva en el campus del Colegio Santa Rosa. En esta ocasión, atendiendo a la situación económica del país, se decidió que todas las parroquias pudieran organizarlo y democratizar también la participación.

Los chicos que fueron a la misa son los coordinadores de cada Pascua Joven y son sólo una porción de este entusiasmo. Por eso son ellos los que explicaron esta necesidad de vivir en comunidad la pasión, muerte y resurrección de Cristo. “La Semana Santa es una gran oportunidad; es un espacio para que los chicos vuelvan a entrar en contacto con Dios, que vuelvan a confiar en que alguien nos amó tanto como para dar la vida por nosotros, y que no importa qué pecado cometamos, siempre podemos sentirnos amados”, comentó Luz Ahumada (coordinadora de la Pastoral de la Juventud de Tucumán) e indicó: “es una necesidad nuestra la de sentir ese amor. En la cotidianidad nos sentimos solos, y la contención que uno recibe en momentos como este compensa un poco y da respuesta a esa necesidad”.

Estanislao López Araoz, de los Apóstoles de Lourdes, resaltó que la Semana Santa tiene un alto contenido emocional. “Y los jóvenes queremos encontrarnos en retiros o en oraciones para sentirnos acompañados. Es un sacrificio el de dejar tu vida de lado por esto; uno demuestra su amor haciendo precisamente sacrificios, negándose a uno mismo para decirle que sí a Dios. Y esto sirve para fortalecer el carácter, para decir ‘yo estoy con Dios aunque el mundo me lleve por otro lado’”, dijo y expresó emocionado: “no podemos callar lo que hemos visto y oído. Es un mensaje de tanto amor todo lo que pasa en estos días, que no podemos quedarnos dentro de nosotros ni atravesarlo solos. Tenemos una necesidad interna de llevar todo ese amor que hemos recibido a otros, y por eso empezamos a buscar qué hacer, cómo compartir... Y a eso nos llama Jesús, ¿no?”.

La Semana Santa -reflexionaron los chicos- es compañía, es amor y es comunidad. “Es sentirse amados, sobre todo cuando nos encontramos en un mundo que constantemente nos dice que no somos suficientes. Bueno, aquí, en Jesús, encontramos alguien que nos ama por cómo somos y de forma gratuita”, aportó Mariana.

Una identificación

La Pascua -indicaron los chicos- suele marcar un antes y un después en la vida de los jóvenes. “Al formar parte de un retiro o de una acción, nadie vuelve igual. Lo que intentamos es que los chicos que participan de estas actividades puedan tener, como nosotros, un momento de introspección. Que sientan y entiendan el mensaje: Cristo vive y te quiere vivo”, agregó Luz y Estanislao completó: “al final, el mensaje es de resurrección, de hacer nuevas todas las cosas”.

Pero, ¿qué tiene la Semana Santa que cambia vidas? “Solemos encontrarnos aún más en comunidad. Y es obvio que el joven abre más su corazón y comparte cuando se encuentra entre pares, con otras personas que viven lo mismo que él. Sí, podríamos quedarnos en casa, pero en el hogar no tenemos la misma apertura- indicó Pablo Forcada, del Movimiento Palestra-; y nos pasa que venimos cargados de muchas cosas, y esta es una oportunidad de pasar nuestros pecados, nuestros momentos de muerte, a la vida. De resucitar... Por eso la vivimos tan fuerte estas jornadas”.

Y hay una cuestión más, añadió Benjamín Tapia, miembro de los Misioneros Lourdistas. “Nos reunimos y uno se encuentra con diferentes realidades; conocés a un otro, aprendés de otras historias de vida... En estos días uno entiende el mensaje de la Pascua y vuelve renovado, llevás a tu vida todo lo que aprendés de los demás jóvenes”, detalló.

Callado, mientras tanto, estaba Juan Pereyra, representante de los jóvenes del Decanato 3. Escuchaba atentamente lo que los otros chicos opinaban, y añadió una última cuestión que explicó, al final, por qué los jóvenes se sienten tan identificados, atraídos y contenidos. “A Jesús le pasó lo mismo que a nosotros; se cayó y se levantó, tuvo una mamá, un amigo o un desconocido que lo ayudó a cargar la cruz. Jesús fue un joven más, que se cayó y se levantó. A veces nuestra generación se cae y cree que no tiene oportunidad de seguir. ¿Por qué nosotros no nos podemos levantar si él lo hizo? Ese es el desafío de la Pascua”, concluyó.

Eventos religiosos para este fin de semana

El calendario de oficios religiosos para estos días es amplio: las actividades comienzan hoy a las 9 en la Catedral, con una celebración penitencial; a las 10 será la Misa Crismal. A las 19, en la capilla San Cayetano de El Chañar, se oficiará la misa de la Cena del Señor encabezada por el obispo auxiliar, monseñor Roberto Ferrari. En tanto, monseñor Carlos Sánchez lo hará, a las 18, en la capilla del Valle, de 7 de Abril, y a las 20, en la capilla San Roque, de Garmendia. En la Catedral, el viernes habrá una adoración eucarística y un Via Crucis. El sábado a las 20 será la Vigilia Pascual (presidida por el arzobispo) y el domingo habrá misas a las 10.30, a las 12, a las 19 y a las 20.30.

Cambios en la actividad de los municipios

El fin de semana XXL se alarga hasta el martes, por el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de las Malvinas. Con este contexto, los servicios municipales se verán modificados en su funcionamiento. En San Miguel de Tucumán los cementerios trabajarán de 8 a 12 y de 15 a 18; las guardias de emergencias médicas y odontológicas atenderán las 24 horas, en el CAC Nº 2 (Marina Alfaro 1449); la recolección de residuos será hoy normal, mañana reducida, y el sábado el servicio será normal; el lunes la recolección será como la del viernes y el martes, normal. Los colectivos, en tanto, hoy, mañana, lunes y martes tendrán frecuencia de sábado; el domingo tendrá frecuencia habitual de ese día. Yerba Buena también tiene cambios en su actividad: el centro Dr. Ramón Carrillo funcionará con servicio de guardia, la administración pública no tendrá atención; y la Guardia Urbana Municipal (GUM) y los agentes de tránsito trabajarán de forma normal. La recolección de residuos funcionará de forma normal todos los días, a excepción del viernes (no habrá) y el martes será sólo para comercios y guardia de avenidas.