Cartas de lectores: dignidad y derecho

Cartas de lectores: dignidad y derecho

27 Marzo 2024

Hace un tiempo que investigo aspectos de la dictadura argentina 1976/1983; y encuentro que no han sido particularmente tenidos en cuenta los derechos a la muerte digna y a realizar rituales ante la muerte de un ser querido. Los desaparecidos no tuvieron una muerte digna y sus seres queridos no tuvieron el derecho a despedirlos con los rituales que sus familias, religiones, creencias, tradiciones así lo mandaran. Por esto no comparto que se obstaculice a familiares del Capitán Viola a que conmemoren a sus muertos. El Capitán Viola y su pequeña hija fueron abatidos en 1974, como dijo su hija en el video que publicó el gobierno de Milei. Sí, es verdad, era un gobierno democrático pero dejó de serlo cuando en lugar de investigar y juzgar el hecho dentro de la ley, respondió con una explosión aberrante en la misma cuadra uno o dos días después, como muchos aun recordamos. La operación exterminio del terrorismo de Estado había comenzado. “Muerte digna” puede tener un soldado que en la guerra es abatido por su oponente y, lo correcto, es arbitrar todos los medios para que los restos del soldado sean restituidos a su familia para que se realicen los rituales fúnebres correspondientes para que, como diría Heidegger, pueda precursarse la muerte, pues no hay “cura” de ella. Los desaparecidos no tuvieron una muerte digna porque no fueron soldados que murieron en el campo de batalla, no hubo una guerra; un grupo pequeño decidió la clandestinidad armada y, si cayeron abatidos en escaramuzas (no hubo batallas), sus cuerpos no fueron restituidos. Pero la gran mayoría de los 30.000 desaparecidos no estaban en esos grupos, fueron sindicalistas, estudiantes, científicos, profesores, maestras, obreros, profesionales que jamás tuvieron un arma en sus manos. Quiero nombrar sólo algunos de la provincia de Tucumán en nombre de los cientos y cientos que aquí desaparecieron: Graciela Bustamante, Angel Garmendia, Guillermo Vargas Aignasse, Ana Corral; Ricardo Torres Correa, Adriana Mitrovich, Luis Falú; cinco miembros de la familia Rondoletto; María del Carmen Jaramillo, Damián Márquez; Julio Martín. Sin embargo la dignidad es recuperada con la marcha de las Madres, con los juicios de 1985 y los del siglo XXI, los finalizados y otros que aún continúan; dignidad que pertenece a todos los argentinos; los que ya no están, los que vivimos hoy y los que vendrán en el futuro. Inventar grietas partidistas acerca de la verdad, la memoria y la justicia es destructivo y cismático.

Griselda Barale 


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