En los grupos de WhatsApp de padres el tema que más preocupa hoy es el dengue. Sucede que en muchas escuelas se multiplican entre los alumnos los contagios de la enfermedad que transmite el mosquito Aedes aegypti. Y los docentes escuchan a diario a los papás pidiendo que fumiguen y desmalecen los establecimientos.
La situación es cada vez más alarmante. La epidemia suma en Tucumán 14.800 contagios, de acuerdo a las cifras que difundió ayer el Ministerio de Salud. En la última semana, se notificaron casi 5.000 nuevas infecciones, lo que significa un 30%. “La curva de casos continúa en ascenso. Así que llamamos a la población a tomar medidas en cuanto a los recipientes que puedan acumular agua para que podamos evitar la proliferación de criaderos de mosquitos”, resaltó el ministro de Salud, Luis Medina Ruiz. Además, informó que reforzaron los recursos humanos y los insumos en todas las guardias.
Ausentismo
En algunas escuelas de la capital, en Yerba Buena, en El Manantial, en Banda del Río Salí, en Aguilares y en Concepción, el dengue se ha convertido en la principal causa de ausentismo escolar. Muchos alumnos o sus padres están sufriendo por la patología conocida como “fiebre quebrantahuesos”.
Es por eso que las autoridades de muchas instituciones solicitan a las familias que envíen a sus hijos con repelente puesto antes de ingresar a las aulas. Hay instituciones en las que colocan espirales durante los recreos para prevenir la picadura de mosquitos.
En la escuela N 49 Juan Bautista Alberdi, en Martín Berho al 400, la directora, Carolina Rosemberg, cuenta que hay ausentismo escolar por varios casos de dengue y que incluso hay una alumna internada en estado de gravedad. “Les pedimos que vengan a clases con repelente y, además, les enseñamos la importancia de no tener recipientes con agua en las casas. Es una tarea muy difícil dentro del contexto actual que estamos viviendo”, explica la docente.
Desde enero, ya hicieron tres fumigaciones en la institución para tratar de disminuir la cantidad de mosquitos Aedes aegypti. “Pero ese tipo de bichito es difícil de controlar; también tratamos de mantener los pastos cortos aunque el clima no ayuda”, remarca.
Paola Décima, docente en la escuela Alicia Moreau de Justo, se desempeña en la primaria y en la secundaria. “Esta semana, en la primaria hubo un alto porcentaje de alumnos ausentes; la mayoría por cuadros sospechosos de dengue”, explica.
“Como docentes trabajamos el tema y remarcamos los cuidados que deben tener, les pedimos a los alumnos que traigan el repelente, especialmente los días que tienen educación física porque en ese momento están al aire libre. Dentro de las aulas tratamos de que no haya tantos elementos donde se pueden juntar bichitos”, detalla. “Algunas compañeras optaron por llevar espirales para poner en las aulas porque hubo alumnas que asistieron la semana pasada y se retiraron con síntomas de dengue. En un principio nos pareció una idea loca, pero hoy pensamos que no queda otra porque no tenemos con muchas opciones”, reconoce.
“En el edificio sí se realizó el descacharreo correspondiente y se trata de mantener limpio todos los espacios. Además, se busca evitar que se acumule mucha agua, sobre todo después de la lluvias”, agrega.
Según detalla María, docente de la escuela Miguel Lillo, en el barrio El Bosque, en la zona hubo muchos casos y eso afectó a los alumnos del establecimiento, a las familias e incluso a las maestras. “En estos días, por ejemplo, tres mamás de mi grado me avisaron que estaban ellas con dengue y los hijos también”, relata.
Admite que en la escuela se toman medidas de prevención, pero nunca son suficientes. “Les pedimos a los chicos que traigan repelente, pero con la situación económica no es tan fácil. Yo pagué la semana pasada casi 7.000 un aerosol. Es imposible para una familia numerosa”, reflexiona.
También comenta que el viernes pasado hizo un taller con los alumnos. “Los chicos están al tanto de las medidas de prevención, calculo que las familias también; el tema es si pueden llevarlas adelante. También cuando se hace el arriamiento de la bandera se habla con los alumnos sobre la importancia no ir a la escuela si están enfermos”, puntualiza.
Antonio Antúnez, de la Asociación Provincial de Docentes Tucumanos, confirmó que hay mucha preocupación, especialmente entre maestros y profesores de la zona periférica de San Miguel de Tucumán y en el sur provincial. Según contó, hubo casos de educadores que se contagiaron. “Constantemente están informando la situación en sus aulas. A mí me pasó, por ejemplo, que en estos días tengo cinco alumnos ausentes por dengue”, remarca.
Incidencia
La incidencia de la patología en niños y adolescentes está aumentando al ritmo que crecen los contagios en la provincia. La directora de Epidemiología del Siprosa, doctora Romina Cuezzo, comentó: “el incremento de casos es evidente en todos los grupos de edad. En niños también, y eso se ve expresado en el aumento de consultas por esta causa”.
El servicio de Emergencias del Hospital de Niños, que es el termómetro más importante de lo que sucede en la infancia tucumana, vio en los últimas semanas cómo se acrecentaban la asistencia. Actualmente, se realizan hasta 600 consultas por día y la gran mayoría son de pacientes con síntomas de dengue, reconoce la directora del nosocomio, doctora Inés Gramajo. Además, hay 36 pequeños que se encuentran internados en observación, aunque no revisten cuadros de gravedad, aclaró.
“Es bueno que la gente esté concurriendo a la consulta médica y que no llegue cuando el paciente ya presenta signos de gravedad. Cuando los niños vienen con dos o más signos de gravedad, ya quedan internados”, señala Gramajo, y aclaró cuáles son esos signos a los que los padres deben esta muy atentos: sangrados, dolor abdominal persistente, vómitos, irritabilidad o cuando está decaído.
El tratamiento a tiempo reduce los riesgos de dengue grave, aclaró. “Por eso, hacemos análisis de sangre para ver cómo están las plaquetas. Si no están bien, o si están deshidratados, quedan internados por tres o cuatro días”, señaló. Consciente de que se vienen días críticos por el contexto epidémico y el fin de semana extra largo, comentó que se reforzarán las guardia de atención, con más médicos y más enfermeros.
Recomendó a los padres asistir al CAPS más cercano si el bebé o el niño manifiesta fiebre alta, irritabilidad y falta de apetito. Para prevenir la enfermedad, según dijo, lo más importante es colocar repelente a los niños, ya que ellos suelen ser los más expuestos a las picaduras porque salen, están en los patios y jardines de las casas. “Hay que leer bien las etiquetas, fijarse el tiempo de duración y reforzar esta protección. No hay que ponerle sólo a la mañana y listo. Quienes no pueden comprar este producto, les recuerdo que desde el Ministerio de Salud se está entregando a todas las familias que lo necesitan”, subrayó.
Reunión de ministros
El Ministerio de Salud de la Nación actualizó los datos sobre la incidencia del dengue. En esta temporada se registraron 151.310 contagios de la enfermedad que transmite el mosquito Aedes aegypti. Además, ya hubo 106 casos fallecidos. La letalidad es del 0,07%, informaron. Tucumán ocupa el sexto lugar entre las provincias con más casos. Las cifras preocupan a las autoridades sanitarias de todo el país, que el lunes se reunieron en Buenos Aires. Según trascendió, los ministros acordaron que la estrategia más efectiva para afrontar la epidemia es la eliminación del mosquito. Las autoridades coincidieron en señalar que uno de los factores que impactan en el brote es el aumento de las precipitaciones. Por otro lado, descartaron que por ahora se vaya a incluir la vacuna contra el dengue en el calendario nacional.
Síntomas en los más chicos
• El dengue se puede manifestar con fiebre alta, falta de apetito, irritabilidad y somnolencia.
• A la mitad de los chicos les puede salir manchas rojas en la piel. Dos de cada tres menores pueden tener sangrado.
• Los signos de alarma que requieren atención inmediata son: vómitos frecuentes, dolor abdominal intenso, mareos o desmayos, dificultad para respirar y sangrado nasal o por las encías.
• Las principales complicaciones son la deshidratación, la hemorragia y el shock hipovolémico.
• Prestar atención a los adolescentes, que muchas veces no quieren asistir a las consultas o que minimizan sus cuadros clínicos. Estar atentos en casa y en la escuela y acompañarlos a la consulta.
• El seguimiento del comportamiento de los hijos debe dar cuenta por su estado clínico general: hay que ver si se está comportando como habitualmente lo hace o no.