El Gobierno nacional enfrentará en el corto plazo dos situaciones directamente relacionadas con las proyecciones económicas observadas para la marcha hacia la estabilidad. Lo primero tiene que ver con el Presupuesto: en mayo se agota la prórroga del correspondiente a 2023 que se está usando y va a quedar desactualizado. Y segundo, va a haber una recaudación de impuestos no prevista, relacionada con la concurrencia de problemas climáticos y enfermedades en varios cultivos que reducirían el ingreso de dólares en los próximos meses.
De acuerdo con datos del sitio web oficial “Presupuesto Abierto”, la Ley de Presupuesto del 2023 prorrogada le otorga al presidente Javier Milei la posibilidad de gastar hasta $ 40,2 billones y de ellos ya lleva ejecutados el 29%. En tanto, por el lado de los recursos estimados para este año, de $ 28 billones ya consumió el 49%.
La consultora Economía y Ética informó que a fines de mayo se ‘acaba’ el dinero presupuestado y que a partir de junio de 2024 el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, podrá asignar toda la recaudación en forma discrecional y ‘pagar’ lo que quiera y no pagar ‘lo que no quiera’”, según publicó Ambito.com.
De esta manera, los especialistas estiman que el jefe de ministros pasará a ser la persona que administrará la mayor cantidad de dinero del país, y que en apenas un par de meses los créditos presupuestarios se van a agotar y con ello, será Posse quien podrá definir per sé en qué gastar y cuánto.
Y se agrega que la posibilidad de asignar en forma discrecional los recursos entre junio y diciembre y pagar lo que quisiera, generará otra contienda “muy fuerte en el Congreso”.
Quien diseña el Presupuesto Nacional es el ministro de Economía, pero quien es responsable de su ejecución es el jefe de Gabinete, de acuerdo con lo que establece la Constitución Nacional de 1994.
Según el estudio de la consultora, en un par de meses van a comenzar a ingresar fondos al Estado por el cobro de impuestos que están fuera del control presupuestario.
Como el presidente Milei decidió descartar el proyecto de Presupuesto 2024 que había mandado Sergio Massa, quien proponía llegar al déficit cero eliminando gasto tributario, tuvo que prorrogar por decreto el de 2023. Este proyecto tiene un problema de origen muy serio y es que se diseñó en 2022 suponiendo una inflación del 60% para el año pasado, cuando en realidad fue del 210%. A lo largo de todo el año se hicieron correcciones a las partidas.
El Gobierno tendría que mandar un nuevo proyecto de Presupuesto para este año y someterlo a la voluntad del Congreso, pero como no tiene el número de legisladores suficientes para que se apruebe, lo más probable es que en breve comience a actualizar el prorrogado mediante decretos, alterando las partidas.
“El PEN no mandará el Presupuesto 2024 al Congreso, porque si lo hace se le cae el principal instrumento de ajuste fiscal: no gastar y asignar los recursos discrecionalmente sólo a lo que quiere”, plantea el informe de la consultora Economía y Ética.
Daños en el campo
Mientras el Banco Central espera los dólares del campo, los informes sobre los daños a los cultivos por las últimas y abundantes lluvias y las complicaciones para el cierre de la campaña gruesa. En realidad convergen la concurrencia de problemas climáticos y de enfermedades en las plantas, que tienden un manto de dudas sobre el fuerte ingreso de divisas proyectado para los próximos meses.
Informes sobre lluvias en exceso y sequías en el NOA pocas veces vista, y una plaga en las plantas de maíz y ráfagas de viento de hasta 120 km/h que tumbaron plantas, podrían hacer reducir su producción en un 70%, Se esperaba cosechar 57 millones de toneladas, los exportadores ya anotaron DDJJ de Ventas por 21,8 millones, y en el mercado hay maíz comprado por solo 13,3 millones de toneladas, de los cuales se le puso precio solo a 5,2 millones.