El tradicional Índice de Confianza da como resultado que los productores son optimistas en cuanto a las perspectivas para su sector. Esto se debe a lo que viene sucediendo con el clima, pero también a lo que va haciendo el Gobierno nacional Así lo destaca un informe elaborado por especialistas de la Universidad Austral.
Este indicativo nace a partir de los buenos números que se esperan para las cosechas de soja y de maíz 2023/24; el valor más alto para esta medición desde 2019.
El sondeo arrojó que el período enero/febrero 2024 evidenció una mejora, respecto de la medición de noviembre/diciembre 2023: de 117 a 119. Más allá de que se trate de un porcentaje pequeño, destacaron que la variable que más movió la aguja fue el índice de Condiciones Presentes.
Carlos Steiger, investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral explicó que el valor alcanzado es de 68; y aunque todavía permanece por debajo de los 100 puntos, está experimentando un crecimiento sostenido desde mayo 2023, cuando el valor era de 31 puntos, el histórico más bajo.
En las expectativas a futuro se observa una tendencia favorable desde enero 2023, a partir de las esperanzas en un cambio de rumbo; sobre todo, político.
Como efecto negativo, el especialista mencionó la caída de los precios internacionales, situación que podría mantenerse al menos hasta septiembre y octubre, en función de las estimaciones de producción que llegan desde el hemisferio Norte.
En lo que respecta a las inversiones, existe una dualidad en los productores. Si bien perciben que se encuentran en una mejor situación económica, una gran parte de los encuestados coincidió en que no es buen momento para invertir.
Solo un 27% de los productores piensa que es buen momento para hacer inversiones. “La posibilidad de que en un futuro no muy lejano se dé una baja en las tasas de interés puede constituir un incentivo para realizar inversiones que incrementen su capacidad productiva”, dijo Steiger.
En líneas generales, los productores esperan buenos resultados en las cosechas de soja y de maíz; y estiman que contarán con reservas financieras para hacer frente a la nueva campaña.
Pero el informe también advirtió sobre una serie de variables que impactan en la rentabilidad, como la caída en la relación de precios entre insumo y producto, y el progresivo deterioro en el tipo de cambio, que licuó los beneficios de la última devaluación.
El otro punto -no menor- a tener en cuenta es la confianza del campo en los lineamientos de política económica del Gobierno nacional. Los productores esperan que se pongan en marcha medidas como la unificación del tipo de cambio, la eliminación del impuesto país, la desaceleración de la inflación y la baja en las tasas de interés en términos reales.