Cartas de lectores: insultos en el tránsito

Cartas de lectores: insultos en el tránsito

20 Marzo 2024

El viernes me encontraba en la acera de un bar tomando el desayuno, en momentos en que fui testigo de un incidente sobre el que vale la pena reflexionar. Una moto y un automóvil casi se rozan y se produce un accidente, que, por suerte no sucedió. Pero sucedió algo peor. El motociclista, un joven de unos 40 años, se deshizo en insultos hacia el chofer del automóvil, al punto tal que giró en la esquina siguiente sin dejar de darse vuelta,  insultándolo, amenazándolo y jurándole todo tipo de palizas de la peor manera. El automovilista, cuyo vehículo tenía vidrios polarizados, anduvo 50 metros y se detuvo. ¡Oh sorpresa, cuando del mismo descendió del lado del acompañante una señora setentona, y luego el conductor, un hombre aparentemente de su misma edad! La moto ya se había ido y quién sabe si el señor del automóvil se enteró de los insultos. Lo que sí quedó en evidencia es la incivilización, el atropello y la falta de respeto del motociclista. Ese joven jamás se enteró que las cosas se arreglan hablando como seres humanos, que uno se mete en problemas en la calle y no sabe con quién se mete, y que la incitación a la violencia no es buena bajo ninguna circunstancia. Mientras esto sucedía, me vino a la memoria un incidente que presencié cuando era adolescente en los años 70 en la calle Suipacha. Un automovilista se enojó con Daniel Lucenti, profesor de artes marciales, y estaba empecinado en querer pelearle. Lucenti le pedía disculpas de mil maneras, pero, no, el otro muchacho quería agredirlo. Yo conocía a Daniel porque jugaba en la primera división de Tucumán Central, en tanto yo lo hacía en las divisiones inferiores. Pero recuerdo lo que pensaba en ese momento: Con sólo dieciséis años de edad, me decía: “Andate hermano, no hubo daños materiales ni físicos, no quieras pelear, ¡No sabés con quién te estás metiendo!”

Daniel Chavez  

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