Norte Grande, un bloque lleno de individualidades

Norte Grande, un bloque lleno de individualidades

Norte Grande, un bloque lleno de individualidades

Nada es como ayer. Lo que antes fue un bloque consolidado por el acompañamiento de la Casa Rosada hoy es un cúmulo de individualidades en la tierra del “sálvese quien pueda”. El Norte Grande dejó de serlo desde antes de que Javier Milei decidiera cerrarle el grifo financiero a las provincias de signo peronista, y a las otras también. Los ciudadanos de cada distrito le dieron una lección a la mayoría de los gobernantes de turno, tanto los que continuaron después del 10 de diciembre como los que tuvieron que adaptarse a la nueva realidad de un economista libertaria que, como frase de cabecera, tiene el “no hay plata”.

Milei corrió el eje de la política argentina. Le marcó la cancha al bonaerense Axel Kicillof, que el viernes intentara hacerse fuerte en la cumbre del Partido Justicialista, en el que el ahora partido opositor intentará reconstruirse. La situación no es sencilla. El kirchnerismo está pagando sus culpas internas, en un período en el que varios dirigentes de fuste tratarán de sobrevivir al olvido y normalizar a un PJ sin liderazgos. En la pesca de voluntades se inscribe el senador por Tucumán, Juan Manzur, uno de los cinco vicepresidentes partidarios a nivel nacional. El ex mandatario provincial no tiene previsto un desembarco directo, pero sí a través de sus “embajadores”. Una de ellas es la catamarqueña Lucía Corpacci, candidata a integrar la posible mesa de acción política. Manzur, de todas maneras, no quiere protagonismo. Por caso, antes del discurso inaugural del Presidente en el Congreso, algunos de sus pares en la Cámara Alta lo propusieron como presidente del bloque de Unión por la Patria. Tampoco quiere incomodar a su ex compañero de fórmula, hoy sucesor en la Gobernación, Osvaldo Jaldo. La idea de un enroque en la conducción del distrito Tucumán del PJ ha quedado guardada en el arcón de los recuerdos. De esta manera, se rompe el viejo esquema de “el que gobierna, conduce el partido”.

Jaldo respira. Se ha dedicado íntegramente a la gestión en la provincia y su alianza táctica con la Casa Rosada lo expuso como uno de los referentes políticos del “dialoguismo” en la Argentina. No cree que haya sanciones partidarias por haberse escindido en la Cámara de Diputados de Unión por la Patria y creado el bloque Independencia. Si la conducción nacional decide llamarle la atención por su postura cercana a Milei, el tranqueño buscará la manera de hacerse escuchar. Ningún gobernador justicialista está exento de arreglar con el Gobierno nacional. Son tiempos difíciles en el que la caída de la actividad, la pérdida de fondos coparticipables por el no cobro del impuesto a las Ganancias y hasta las deudas contraídas con la Nación a lo largo de la última década condicionan el margen de acción y alimentan el riesgo a caer en déficit fiscal.

Las 24 jurisdicciones están con serios problemas de recaudación. En Tucumán, por ejemplo, los ingresos por cobro de impuestos provinciales registran una caída real cercana al 12%. De esta manera, se corta una tendencia al alza, por efecto de la fuerte caída de la actividad que golpea, particularmente, al impuesto sobre los Ingresos Brutos, la gallina de los huevos de oro. Si se toma en cuenta la tendencia nacional, durante la primera quincena de este mes, las transferencias coparticipables vienen experimentando un retroceso real (tomando en cuenta el proceso inflacionario) del 24%, según datos de Politikon Chaco. Ni hablar de lo que está sucediendo con el giro de recursos no automáticos o discrecionales. La disminución en el envío a las provincias ha sido cercana al 70% en el promedio nacional. Tucumán, en este aspecto, experimenta un retroceso de casi 85%, pese a la cercanía de Jaldo con Milei, a través del ministro del Interior, Guillermo Francos.

Después de la obra pública (recorte interanual del 88%), las transferencias a las provincias son las que más poda han sufrido (85%) con la motosierra de Milei que le ha permitido alcanzar un superávit financiero durante el primer bimestre del año. Las jubilaciones y pensiones no quedaron al margen de esas restricciones financieras por parte del Gobierno nacional.

La inquietud une a los gobernadores. Con aquello de que el libertario cambió el eje del debate nacional, los mandatarios patagónicos tienen hoy más centralidad que los norteños y también que los gobernadores de las provincias más ricas del país. Los sureños ya tienen una marcada agenda y, en el debate por Ganancias, son los más resistentes a la reversión del impuesto. ¿La razón? En la Patagonia se pagan los sueldos más altos de la Argentina y, por ende, el peso impositivo les recaerá con fuerza. Distinto el caso del Norte, donde las remuneraciones son las más bajas y donde el empleo no registrado reina de la mano de la economía informal.

El análisis de Ganancias será uno de los temas que abordarán el martes, en Salta, la decena de gobernadores del Norte Grande en la asamblea número 19 del bloque. En la agenda tentativa figura el reclamo generalizado por la restitución del Fondo del Incentivo Docente (Fonid) que, según los gremios de la actividad, ha sido una “confiscación de recursos por parte del Gobierno nacional”. La base argumentativa de la queja de los mandatarios provinciales es que la Nación se queda con la mayor masa de fondos aún cuando, desde hace años, ha decidido transferir a los distritos subnacionales, responsabilidades en la administración de los sectores docentes y también de la salud. Desde esta parte del país, además, surgieron las demandas hacia la Casa Rosada por los programas que tienen que ver con la provisión de medicamentos oncológicos y de otras enfermedades prolongadas.

Otro tema que se llevará gran parte del tiempo de debate de las provincias norteñas es la reducción de los subsidios al transporte de pasajeros y a la energía. Ninguno ha quedado exento de afrontar otra crisis si es que los precios no terminan de acomodarse. Todo eso forma parte de la agenda institucional. La política corre por otro andarivel. Así, por ejemplo, el jujeño Carlos Sadir no termina de acomodarse en el tablero nacional. El salteño Gustavo Sáenz pendula entre la queja peronista y el acercamiento al libertario. Jaldo se ha jugado por la alianza con La Libertad Avanza. El santiagueño Gerardo Zamora sigue orejeando las cartas. El catamarqueño Raúl Jalil está condicionado por Corpacci y también por el riojano Ricardo Quintela, el más díscolo del grupo que pronto emitirá bonos. En la misma sintonía se ubica el formoseño Gildo Insfrán, uno de los promotores de la normalización del PJ nacional. El correntino Gustavo Valdés es otro de los aliados a Milei. Hugo Passalacqua, gobernador de Misiones y Leandro Zdero, del Chaco, debutarán en las deliberaciones regionales, al igual que Sadir.

Poco y nada ha quedado de aquel Norte Grande que, periódicamente en tiempos de la presidencia Alberto Fernández, imponía temas en la agenda nacional. Más allá de las diferencias ideológicas, los gobernadores de la región deben tener presente que esta parte de la Argentina sigue siendo la más empobrecida y que los proyectos de combatir la desigualdad respecto de otras zonas siguen siendo la histórica materia pendiente. Eso, indudablemente, requiere de sinergía para las 10 provincias de este Norte Grande no sigan quedando a la vera del camino del desarrollo integral de un país.

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