Una severa ley de Texas que permite detener en su territorio a migrantes que hayan ingresado ilegalmente a Estados Unidos quedó habilitada para entrar en vigencia ayer, tras una sorpresiva decisión del plenario de la Corte Suprema.
Un día después de haber sido bloqueada por tiempo indefinido por uno de sus magistrados, el máximo tribunal estadounidense, de mayoría conservadora, dejó sin efecto esa decisión. De esta forma, esta ley conocida como SB4, empieza a regir mientras continúa la batalla legal en los tribunales inferiores. La norma permite a la policía y fuerzas de seguridad de Texas arrestar a personas que no puedan comprobar que cruzaron la frontera legalmente.
Estos pueden ser llevados a la justicia estatal, donde podrían aplicarles penas de hasta 20 años de cárcel o ser expulsados a México, sin considerar si este país puede aceptarlos.
La administración del presidente demócrata Joe Biden se ha opuesto a esta norma, argumentando que es el gobierno federal el que tiene autoridad sobre asuntos de inmigración.