“Si en Tucumán hay empresas con grandes problemáticas son EDET, la SAT y la empresa 9 de Julio”, se quejó el activista Diego Frías. El ecologista se refirió a la declaración de emergencia sanitaria y ambiental del municipio, aprobada el pasado enero, y planteó que en el sector socioambiental hay “mucha preocupación” por el tratamiento de los Residuos Sólidos Urbanos (RSU), la existencia de aguas residuales y cómo aquello impacta en la proliferación del mosquito Aedes Aegypti.
“En un mundo donde se trabaja con la basura diferenciada y separación de origen, esta empresa no está preparada para la situación; hizo algunas pruebas piloto pero es visible que no pasa nada. Realizar una declaración de emergencia conlleva una gran responsabilidad porque está en juego la salud comunitaria”, determinó.
Frías opinó que el municipio “se adelantó” en declarar la emergencia, y fundamentó: “Si hacemos una declaración tenemos que llegar a fondo con esto, porque demanda inmediatez. La empresa no estaría llegando a cubrir las necesidades. Entonces, si no tenés todos los elementos necesarios para cubrir la urgencia, no podrás hacer que la situación cambie”. Al contrario, el ambientalista demandó que hace falta una inversión en recursos humanos que trabajen en el seguimiento de la problemática y fomente la participación ciudadana. “Buscamos vivir en un ambiente sano y equilibrado, tanto las generaciones presentes como las futuras. Hay que preocuparse”, cerró.