La ONU en su palco “avant scene”: sólo mira

La ONU en su palco “avant scene”: sólo mira

La ONU en su palco “avant scene”: sólo mira
18 Marzo 2024

Carlos Duguech

Analista internacional

Al cabo de 163 días del inicio del criminal asedio guerrero a Gaza, luego del espeluznante 7 de octubre último en Israel, hay un impasse que se cuenta en cerca de 32.000 muertos (sumados ambos lados). Ni Hamas, que no gobierna un país sino una escisión de lo asignado a los palestinos por la ONU; ni Israel (una nación, también por la ONU, desde 1948) prestan oídos a tantos pedidos y clamor por un “alto el fuego”. Tan lejano como aquello de “los dos estados” para la definitiva solución de lo que alguna vez (1945) se llamó “La cuestión Palestina” por la naciente ONU. Una herencia de la Sociedad de las Naciones y de su sistema de “Mandatos”.

El 6 de enero de 2020 este columnista suscribió un análisis sobre la reacción de Ali Jamenei, líder supremo de la Revolución Islámica de Irán. Se correspondía con la confesión de Donald Trump sobre la autoría intelectual del asesinato del general Qasem Soleimani. Fue durante un atentado en el aeropuerto de Bagdad, con nueve muertos. Las palabras de Jamenei sonaron fuerte y amenazadoras referidas a Soleimani: “su fallecimiento no detendrá su misión, pero los criminales que han manchado sus manos con la sangre del general Soleimani y de otros mártires en el ataque deben esperar una dura venganza”. Se tituló esa columna: “Irán prometió la palabra prohibida en las relaciones internacionales”.

También Israel habló de venganza por boca de su primer ministro Netanyahu: “lo sucedido hoy es un hecho sin precedentes en Israel, y me aseguraré de que no vuelva a ocurrir. Todo el gobierno está detrás de esta decisión. Las Fuerzas de Defensa de Israel utilizarán inmediatamente toda su fuerza a fin de destruir las capacidades de Hamás. Los destruiremos y vengaremos enérgicamente este día oscuro que han impuesto al Estado de Israel y a sus ciudadanos”.

Como escribió Bialik (https://allpoetry.com/On-The-Slaughter): “la venganza por la sangre de un niño aún no ha sido ideada por Satanás. Todos los sitios en los cuales Hamás está desplegado, escondido y operando en esa maldita ciudad, los convertiremos en escombros”.*

Sin atenuantes. Una letra fuerte, movida por la indignación y el muy doloroso impacto. Palabras dichas, escritas y publicadas oficialmente.

Tragedia humanitaria

A los desplazamientos obligados de contingentes de la franja de Gaza (millones de personas, bueno es precisarlo) por advertencias de las fuerzas armadas de Israel se suma el sistema empleado: primero “desalojen el norte de Gaza”.

Más de un millón y medio de gazatíes del norte evacuados y viviendo precariamente en el sur y otra vez la voz grave de la estrategia militar de la FDI (Fuerzas de Defensa Israelí). Ordenan desplazarse para permitir operaciones de ataque y destrucción en ese sur. Los habitantes, mayoritariamente mujeres y niños, junto a los ancianos, heridos y enfermos, otra vez a deambular.

La tortura de la guerra -previa a la muerte por bombardeos, disparos de artillería y fusilería- hace añicos la letra y el espíritu de los Convenios de Ginebra (1949) referidos a los no combatientes. Y en este vértice filoso de la guerra de destrucción total, de tierra arrasada, la hambruna cierne sus tentáculos inhumanos, particularmente sobre la niñez. Las ayudas humanitarias encuentran escollos para llegar a tiempo y satisfactoriamente por los impedimentos de la planificación de guerra total de Israel sobre la población de la Franja de Gaza, sin atenuantes.

Del dicho al hecho

Netanyahu al pie de la letra ordenó que las FDI irrumpieran a sangre y fuego sobre la franja de Gaza, uno de los lugares con mayor densidad poblacional (5,46 hab/km2.). Por ello es que todo bombardeo, así sea sobre un punto definido, involucra a viviendas y edificios en torno, y de una nutrida población. Esa es la razón de ser de los más de 30.000 muertos desde que comenzaron los bombardeos sobre diversas zonas de la franja de Gaza. Los números trágicos dan muestra de la magnitud del daño de la guerra total: cerca de 75.000 heridos. 8.000 desaparecidos y casi 1,9 millón de desplazados. Y la hambruna sobreviniente. Y la carencia de todo lo necesario en medicamentos e insumos hospitalarios.

Juan Bautista Alberdi lo resume en pocas líneas al comienzo de “El crimen de la guerra”: “El crimen de la guerra. Esta palabra nos sorprende sólo en fuerza de grande hábito que tenemos de esta otra que es la realmente incomprensible y monstruosa: el derecho de la guerra, es decir el derecho del homicidio, del robo, del incendio, de la devastación en la más grande escala posible, porque esto es la guerra, y si no es esto, la guerra no es la guerra”.**

¿Y la ONU, puede ?

El Capítulo VII de su Carta tiene una definición en cabeza: “Acción en caso de amenaza a la paz, quebrantamiento de la paz o actos de agresión”. Servido en bandeja de plata pero tan olvidado como muchas de sus propias resoluciones. Y de otros capítulos de la Carta.

¿Hubo “amenaza a la paz, quebrantamiento de la paz o actos de agresión” en Ucrania, Israel y Gaza?. Cada una de las tres palabras halla un cuenco en la realidad en la que calzan como un guante. ¿Cómo es que entonces la ONU no actuó conforme su derecho aplicando este capítulo? Una pregunta que sólo halla respuesta en el ominoso diseño de la Carta en lo concerniente al Consejo de Seguridad (CS).

El artículo 42 establece: “el CS podrá ejercer por medio de fuerzas aéreas, navales o terrestres, la acción que sea necesaria para mantener o restablecer la paz y la seguridad internacionales. Tal acción podrá comprender demostraciones, bloqueos y otras operaciones ejecutadas por fuerzas aéreas, navales o terrestres de Miembros de las Naciones Unidas”.

Caso único: Corea

El Comando de las Naciones Unidas (UNC) fue el primer comando unificado internacional en la historia y un intento inicial de seguridad colectiva según lo establecido en la Carta. Este comando se formó durante la Guerra de Corea para apoyar a Corea del Sur, el 07/07/1950, cuando la ONU reconoció la agresión de Norcorea. Fueron 22 las naciones que participaron con tropas y personal médico. Todos actuaron bajo los auspicios de ONU. Finalmente, un acuerdo de armisticio se suscribió el 27/07/1953. Ese comando sigue sin disolverse aun.

¿Acaso lo de Israel-Gaza no ameritaba la aplicación del artículo 42 de la Carta? Una pregunta que sólo se responde con lo siguiente: el CS tiene un diseño obsoleto que ni a Estados Unidos ni a sus otros cuatro socios con veto les interesa modificar. Una rémora asfixiante del derecho universal a la paz. Las víctimas de esta guerra Israel–Gaza son por el abandono criminal del CS de la ONU. De sus “sagrados” miembros: Estados Unidos, China, Gran Bretaña, Francia y Rusia.

La propuesta de Hamás

Debe ser analizada e implementada lo antes posible. Casi es paradojal desde dónde proviene, pero debería ser bienvenida. Claro que pide que Israel se retire del todo de la Franja.

(*) De la página oficial de “Relaciones Exteriores de Israel” del día 07/10/2023

(**) “El crimen de la guerra”-Juan B. Alberdi (Edición crítico-genética/Estudio preliminar de Élida Lois / UNSAM-Edita) 2007.

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