“Si no se voltea el ingreso de activos al narcotráfico, cuando pase todo este show, Rosario va a volver a ser controlada por los mismos. ¿Nadie va preso por lavar semejante masa de activos?”, planteó y reflexionó Nicolás Da Penna, quien fue subsecretario de Lucha Contra el Narcotráfico en 2014.
En entrevista con LA GACETA Central, el noticiero televisivo de nuestro diario, el experto catalogó como “show” a la intervención que el gobierno nacional está haciendo en la ciudad santafesina a raíz de la ola de crímenes perpetrados por el crimen organizado.
Da Pena advirtió que el poder monetario de los narcos estaría corrompiendo cada vez a más personas y sectores. “El crecimiento de poder económico detrás de la estructura del narcotráfico ha sido exponencial en los últimos 10 años... Ha crecido muchísimo el consumo pacífico, es decir los no adictos, consumidores. Eso genera un flujo de dinero muy grande que requiere un trabajo de lavado detrás. Ahí entran contadores, abogados, empresarios, grupos inmobiliarios, políticos, jueces, fiscales, periodistas, etcétera. Es decir que muchísima gente ha empezado a verse beneficiada por el impacto del crecimiento del narcotráfico”.
A esta altura, el ex subsecretario consideró que reiterar la intervención militar en Rosario ya no brinda solución y reconoció que en 2014 hicieron lo mismo y que años antes el ex ministro de Seguridad, Sergio Berni, también lo efectuó. “Es útil hacerlo, ya se hizo antes, pero después no hubo un plan de ocupación y control del territorio. Además uno voltea un bunker y al día siguiente funciona otro al lado. Entonces esto solo sirve para hacer descender el nivel de violencia callejera puntual, pero si se empieza a mezclar las cosas, si se empieza a hablar de terrorismo caemos en un error”, analizó. En ese sentido, consideró que es “peligroso” no distinguir entre terrorismo y narcotráfico por la diferencia que existe legalmente entre ambos conceptos. También señaló que sería innecesario tratar el tema Rosario como terrorismo: “si tenés penas de entre 4 y 15 años por la ley de drogas y de entre 5 y 20 por el delito de asociación ilícita calificada ¿para qué inventan estas cosas mediáticas y circenses? Quieren enviar a las Fuerzas Armadas a pelear contra terroristas cuando en realidad deben enviarlas a pelear contra narcotraficantes”.
Invertir en recursos
El experto valoró la implementación de ley de narcomenudeo: “por supuesto que sirve, pero si se pone la mayor cantidad de (personal) fuerza y de inteligencia criminal para actuar honesta y legalmente, reuniendo información, avanzando sobre narcotraficantes, si es así bienvenido sea. Son coordinaciones y así le dejamos a la Justicia Federal y a las Fuerzas Federales la tarea de detener a las organizaciones más grandes, mientras las fuerzas provinciales se encargan de derribar bunkers”.
“Gendarmería no tiene helicópteros operativos. Hay que poner operativos todas las naves y móviles, proveerlos de combustibles, pagarles bien a los miembros de la fuerza, crear un régimen de informantes más sólido, darles protección legal a los hombres que se están infiltrando; todo eso es trabajar en serio. En cambio, decirle al Ejército que vaya a Rosario y no pueda usar las armas, porque no estamos en estado de sitio, es decirles vengan y párense como blanco para los narcos”, cuestionó Da Penna.
“Asustar compradores”
Para el especialista, parte de la solución es comenzar a penalizar también al comprador de sustancias prohibidas. En ese sentido, diferenció el criterio legal del sanitario, que eventualmente considera al consumidor como una víctima del sistema. En palabras suyas: “no soy especialista en salud, si el consumidor es un enfermo deberá curarse, pero para mí el comprador de estupefacientes es un delincuente que alimenta al narcotráfico, porque así lo establece la ley. La mejor forma de golpear al narcotráfico es atacando el momento en que el dinero ingresa a estas estructuras narco, que es al momento de la compraventa individual”, indicó. Y agregó: “¿cómo se hace eso? Asustando a los compradores. En Buenos Aires, en Tucumán y en Rosario todo el mundo sabe dónde están las bocas de expendio de droga. No es algo que requiera de inteligencia de avanzada. Hay que evitar que la gente vaya a esos puntos, hay que asustar a los compradores, sí se le empieza a decir al comprador que puede terminar preso por comprar droga se empieza a secar el sistema”.