08 Marzo 2024
El 8 de marzo se conmemora el día internacional de la mujer por todo el historial de horror, desprecio, negación de derechos, atropellos, cometidos contra todas las mujeres en el pasado y presente (y ojalá prescindamos de conjugar en futuro).Esta fecha pareciera poner frenéticos los morbos de quienes fueron, son y serán capaces de matar en presencia de hijos, quemar con nafta rostros y cuerpos, violar, apuñalar, raptar, descuartizar, hacer desaparecer sin rastros . Vuelan en las páginas de nuestros diarios y noticieros los rostros de Marita, Paulina, Milagros y Benicio, Paola Tacacho, Daina Garnica... Tantas mujeres anónimas golpeadas, violadas, con miedo, tantos crímenes que quedaron impunes, tanto desprecio hacia las mujeres, la red de trata que se expande tanto interés de aniquilarlas por necesidad sórdida de sentir poder y regocijarse en él. El pobre poder de los canallas y asesinos, cuyos nombres debieran recordarse sólo para el oprobio. El historial de todas estas víctimas de la tan bien denominada “pedagogía de la crueldad”, lejos de servir para disciplinar al conjunto de asesinos protagonistas del horror, pareciera suscitar en ellos un regocijo interno de beneplácito y complicidad manifiesto. No es extraño que para esta época los horrores se incrementen. En Tucumán, una joven menor de edad fue secuestrada y ultrajada por tres días y una docente tucumana de 34 años no pudo comenzar su primer día de clases ni volver a casa a velar por sus tres hijos porque su ex pareja, tomando jocosamente la perimetral, le disparó nueve tiros. ¿Cómo seguimos? Se ríen de la justicia, se burlan del dolor de los familiares, se suicidan antes que enfrentar la cárcel, ensayan formas de fugas como lo hizo Rejas. Las mujeres consiguieron, con lucha y esfuerzo, insuperables y heroicas, insertarse en espacios históricos y sociales. Pero la lucha no termina. Parafraseando a Mon Lafert: “Que tiemblen los jueces... Nos sembraron miedo, nos crecieron alas”. Algo haremos para detener este último estertor de un patriarcado decadente..
Graciela Jatib
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