A fuerza de golpes, nivela el camino

A fuerza de golpes, nivela el camino

La historia de Lucrecia Manzur demuestra que las mujeres ganan mayor protagonismo en el boxeo.

SU GRAN REFERENTE. Lucrecia se entrena bajo la atenta mirada de su papá, Gavino Armando. El ex boxeador, que llegó a ser campeón amateur, es un espejo en el que “La Turquita” se mira para crecer. LA GACETA / FOTOS DE DIEGO ÁRAOZ SU GRAN REFERENTE. Lucrecia se entrena bajo la atenta mirada de su papá, Gavino Armando. El ex boxeador, que llegó a ser campeón amateur, es un espejo en el que “La Turquita” se mira para crecer. LA GACETA / FOTOS DE DIEGO ÁRAOZ

Si se le pasó, es porque forma parte de una generación que tiene el camino un poquito más allanado que otras. Lucrecia Manzur no advirtió que su pelea de mañana se producirá unas horas después de que el planeta haya festejado, reivindicado, conmemorado, como más guste definirlo, el Día Internacional de la Mujer.

Las damas que toman la jornada como una reivindicación, la tendrán de ejemplo, seguramente, porque conquistó un espacio identificado con los hombres. Su nombre y apellido en los afiches de promoción del festival que se hará en Villa Luján junto al de su rival, son los principales: Manzur vs. Griffa, grande, con fotos de ellas. Abajo aparecerán, con letras y fotos más chicas el nombre de un par de caballeros.

Lo que hará “La Turquita”, sin querer, será una de las expresiones con más contenido para este día. Que peleé mañana es una casualidad: el combate estaba pactado para febrero, pero por cuestiones logísticas pasó para el 9 de marzo. “No me he dado cuenta”, confesó entre risas, apenas terminado uno de los últimos entrenamientos orientados a la pelea más importante que hasta el momento registrará su foja.

Ese “olvido” de la dama de 24 años, en realidad, es saludable. Demuestra que hay “salud social”, por ponerle alguna calificación. Su posicionamiento es natural ya. Podría haber utilizado la casualidad con una meta de engrandecer el espectáculo por ser mujer y pelear tan cerca de su día. Activando el ojo “escaneador”, se lee entre líneas: las mujeres vienen conquistando un espacio que cada vez es menos identificado exclusivamente con los hombres. Un triunfo de esos que se buscan desde el día en que se instauró la conmemoración, en 1911.

Es quitarle de lleno el diminutivo al “poquito” y que la frase quede en “un poco más allanado el camino”. En ese transitar, “La Turquita” reconoce el origen de todo avance para que ella sea en la actualidad boxeadora profesional. “Fue gracias a la ‘Tigresa’ (Marcela) Acuña”, destacó Manzur. La estampa de Acuña venciendo por puntos en el estadio de la Federación Argentina de Boxeo a la estadounidense Jamillia Lawrence, en 2001, fue el punto de partida para que muchas mujeres den otro paso triunfal: animarse con seriedad a boxear.

Desde esa primera pelea profesional entre dos mujeres en el país, hubo progresivamente más comodidad para ser boxeadora. Falta y se puede estar mejor, eso sí. “Ella fue la primera en tener licencia. Para mí el boxeo no tiene sexo. Una mujer también puede mostrar que tiene mucho valor arriba del ring, que puede tener las mismas condiciones que un varón y triunfar. Este deporte, la verdad, que me ayudó en muchas cosas”, agradeció.

Manzur sigue el camino de “La Tigresa”. Lo que ella está haciendo es comparable a lo que generó la formoseña que sigue coqueteando entre los retiros efímeros y los regresos a sus 47 años. De hecho, estaría peleando dentro de unas semanas en Tucumán. “La Turquita” es team Tigresa, sin dudas, y transita su carrera deportiva como una aplanadora asfáltica, nivelando el camino. ¡Y qué elección hizo!

Ya de por sí, sin diferencia de sexo, el boxeo es de los deportes más difíciles. Los golpes que se reciben arriba del ring son una parte de lo doloroso que puede ser llegar a un triunfo. Hay otra parte que no se suele ver tanto que es el pasar hambre para dar el peso cuando algún cálculo en los días previos al combate no dio bien, por ejemplo. Y encima, entre golpes y sacrificios, todavía –pero siempre menos-, las mujeres deben lidiar con varios prejuicios.

PREPARADA. “La Turquita” espera lograr el título mañana en Villa Luján. PREPARADA. “La Turquita” espera lograr el título mañana en Villa Luján.

Contenida por sus padres y un cuerpo técnico polifacético, Manzur puede concentrarse en lo que realmente la llevó a decirle sí al boxeo. “Yo no lo empecé por el lado de ganar plata. Yo quiero ser campeona del mundo”, no dudó. Lo postuló con su amplia sonrisa que se dispara siempre porque tiene un buen humor, pero se potencia más cuando habla de su meta de vida. “Dejar una huella en Tucumán y que me reconozcan es lo que quiero. Obvio que la plata se necesita, pero más que nada yo quiero dejar marcado que la provincia tiene una buena representante”, agregó la oriunda del barrio El Salvador, cercano al Mercofrut.

En esa zona es que su papá Gavino Armando, ex boxeador que llegó a ser campeón argentino amateur, entre sus seis hijas y un varón, percibió que Lucrecia demostraba condiciones para lo que ella se propuso. Eso también lo nota Sebastián Villagra, su promotor, que asegura que la curva de evolución del boxeo femenino es ascendente. “Las mujeres han alcanzado una evolución muy buena desde la parte técnica. El boxeo femenino está poniéndose en iguales condiciones que el masculino. Reconozco que hay peleas femeninas que son muchos más atractivas porque son aguerridas. Nunca vi que una mujer no ‘se prenda’ en la pelea”, explicó el promotor que fue boxeador no rentado.

Entonces lo de mañana a la noche, teniendo en cuenta lo que Villagra analizó, será muy entretenido. La protagonista, por el entusiasmo que mostró, le hace un guiño a lo que su manager. “Me siento con todas las ganas y las pilas para ganar ese cinturón. Vengo entrenando hace un montón, así que estoy a full”, dijo acompañando sus palabras otra vez con su amplísima sonrisa.

Si le dan a elegir la rival perfecta elegiría a una que tenga su estilo, algo con lo que no se encontrará mañana en Villa Luján. “Ella tiene una manera diferente de pelear. Yo soy más de tirar los golpes, de ir de frente. Ella camina mucho el ring y tiene muchos reflejos. Pero estoy entrenada para hacerle frente a eso”, sostuvo.

Ella quiere ganar, obviamente, y también dar un buen espectáculo. Una combinación que en su último combate no se dio.

Si bien catapultó su nombre, su rostro y sobre todo su oreja izquierda en el ambiente del boxeo, no fue lo que ella deseaba. La tucumana iba por buen camino para lograr su primer título en el profesionalismo ante la ex campeona mundial, Daniela “La Bonita” Bermúdez. Pero todo se enrareció cuando empezó la inflamación en la oreja durante el segundo round. El combate continuó, pero en el siguiente parcial Bermúdez conectó un golpe en esa área, generando una herida que comenzó a sangrar intensamente. Finalmente, tras la evaluación médica, el juez decretó el nocaut técnico.

Lo que se vio por televisión fue bastante impactante; parecía doloroso. “Quedé sorprendida. No pensaba que me iba a pasar. Nunca vi algo así. Me dolió mucho ya que el corte fue grande”, explicó “La Turquita” que venía con un tratamiento previo del que ya tenía el alta médica, pero que en aquel combate se recrudeció. Esa derrota demolió su ánimo. “Fue un bajón muy grande, el mundo se me cayó. Fue un mes que estuve sin entrenarme. Pero cuando me dieron el alta, después de la operación, volví más fuerte que nunca. Siento que voy a demostrar que yo puedo con todo; y con las mejores también”, fue taxativa Manzur.

La previa de un combate esperado

El pesaje está programado para hoy a las 17, en el Hotel Mediterráneo. La rival de Manzur será Laura Soledad Griffa nacida en Trenque Lauquen y radicada en Pehuajó. Tiene 38 años, 30 peleas, con 20 victorias y 10 derrotas. Manzur posee una foja de 13 combates con nueve victorias y cuatro derrotas. En juego estará el título vacante Sudamericano Pluma por el que pactaron chocar a 10 rounds. Mañana la velada empezará a las 21.30 en Villa Luján.

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