San Lorenzo y Crisóstomo Álvarez: ¿cómo afecta a los tucumanos el cambio de sentido?

San Lorenzo y Crisóstomo Álvarez: ¿cómo afecta a los tucumanos el cambio de sentido?

Les preguntamos a los ciudadanos su opinión de la medida. Un gran abanico de sensaciones.

A LA INVERSA. Crisóstomo Álvarez, como era hace unas tres décadas, volverá a correr de este a oeste. A LA INVERSA. Crisóstomo Álvarez, como era hace unas tres décadas, volverá a correr de este a oeste. LA GACETA / FOTOS DE INÉS QUINTEROS ORIO
07 Marzo 2024

La municipalidad capitalina cambiará el sentido de circulación de las calles Crisóstomo Álvarez y San Lorenzo. Es decir, una vez que se hagan los trabajos, la calle San Lorenzo no irá más de este a oeste sino que irá desde el oeste hacia El Bajo y la calle Crisóstomo circulará de este a oeste con el fin de descongestionar el tránsito, anticiparon autoridades municipales. Este cambio ha despertado opiniones diversas entre los tucumanos que recorren habitualmente esa zona.

Si caminamos tan solo unos metros por la calle Crisóstomo desde su intersección con calle Chacabuco, nos encontraremos con un quiosco, un tanto pequeño, que está atendido por la misma mujer desde hace más de dos décadas.

“Hace 25 años que estoy trabajando en este lugar; las veredas de este sentido de la calle son grandes, así que nos perjudicaría mucho a los negocios de la zona. Si se hace el cambio de sentido, tenemos que tener en cuenta que hay muchas veredas que no hicieron el retranqueo, por lo que se volvería complicado para aquellos que esperen el colectivo”, mencionó María Marcú, dueña del quiosco.

Este cambio puede traer repercusiones en los negocios ubicados a tan solo metros de las paradas de colectivo que abundan por las calles Crisóstomo y San Lorenzo.

Las multitudes se acumulan en las paradas de colectivos. Las multitudes se acumulan en las paradas de colectivos.

“La mayoría de las ventas las hago porque está la parada de colectivo al lado, la gente viene apurada a querer cargar la tarjeta o a comprar algo para llevar a casa, pero si cambia el recorrido de los colectivos y las paradas, no sé qué pasará. Nadie se acercó a explicarnos nada”, aclaró Marcú.

Además, la medida no solo afectaría a los comerciantes, también puede generar inconvenientes para algunos transeúntes y usuarios del transporte público.

“No estaba enterada, pero me preocupa. No sé cómo será el recorrido del colectivo. Esto seguro cambiará el horario en el que pasa y eso también me va a cambiar el horario al que llego a casa”, dijo Noraly Caro, mientras esperaba junto a su hija que llegue el colectivo de la línea cuatro.

Pero no todas las opiniones son en contra de la medida, hay quienes también se muestran a favor, como es el caso de Teresa Ladetto, jubilada, que mientras esperaba el colectivo de la línea 100 en la calle San Lorenzo dijo lo siguiente: “Siempre y cuando sea para arreglar el tránsito, yo creo que está bien. Además, hace mucho tiempo estas calles ya funcionaban en direcciones contrarias a las que lo hacen hoy”.

CONGESTIÓN. Los autos se amontonan en la calle Crisóstomo y Chacabuco. CONGESTIÓN. Los autos se amontonan en la calle Crisóstomo y Chacabuco.

Si caminamos por cualquiera de las dos calles protagonistas del cambio, podemos notar que están muy pobladas por un rubro específico: las cocheras privadas. Y este podría verse perjudicado (o beneficiado) por la variación.

“No estoy de acuerdo con la medida, trabajo aquí desde hace un año y medio. Si hace unos 30 años la calle iba en la dirección contraria, ¿por qué quieren volver a cambiarla ahora?”, se quejó Julio Trejo, que desde hace dos años trabaja en una cochera ubicada en Crisóstomo Álvarez al 600.

“El hecho de que quieran restringir a los vehículos particulares sí nos va a afectar. Deberían dejar las calles como están; se volvió costumbre y cambiar todo de golpe sería mucho problema, deberían enfocarse en arreglar las calles”, agregó Trejo.

“Cuando leí la noticia, pensé que era algo raro. Son calles que tienen una dirección establecida hace bastante tiempo. No sé si irá a afectar la afluencia de autos, pero sí será complicado acostumbrarse. De todas formas, si logra reducir el tráfico será algo bueno”, señaló Nicolás Batallán, un joven estudiante que trabaja a medio tiempo en una cochera en la calle San Lorenzo.

Con opiniones a favor y en contra, el cambio de sentido que forma parte del Plan Integral de Movilidad Urbana (PIMU) sigue en pie y se planea empezar con los trabajos de señalización dentro de 15 o 20 días, según Benjamín Nieva, secretario de Movilidad Urbana de capital.

“Pedimos el apoyo de la sociedad para que esto funcione, pensamos una ciudad a largo plazo, para dentro de 10 años” finalizó Nieva. (Producción periodística: Leandro Díaz)

Comentarios