Cartas de lectores: historias de peajes

Cartas de lectores: historias de peajes

Cartas de lectores: historias de peajes
06 Marzo 2024

Tal vez el primer antecedente de pago de peaje en Argentina se encuentre en el puente viejo o “Paso de Martínez” en San Antonio de Areco, donde alrededor de 1857, para unir las dos orillas del Río Areco, los vecinos hicieron una colecta para construir un puente que luego fue administrado por la municipalidad y el Intendente Martínez, encargado de cobrar el peaje. El puente de noche era cerrado con cadenas y de día era el paso obligado para continuar por el Camino Real desde el norte del país, a mediados del siglo XIX. Otros antecedentes se pueden encontrar en los “boteros” que cobraban para pasar personas o mercaderías de un lado a otro del Riachuelo, en pasos de tierras altas o menos inundables como el que existía en Pompeya, conocido como “Paso de Burgos”. Todo esto viene a cuento de que hay una historia de “peajes” en Argentina, donde el contrato se pactaba, pagaba y se pasaba a partir de la “buena fe” de ambas partes. Pero nunca se ha visto algo similar a lo que ocurre en la Ciudad de Buenos Aires con la autopista Illia, donde en una verdadera “trampa caza inocentes” al no existir cabinas de pago manual, al ingresar a la Capital Federal, un desprevenido turista, un empresario al que esperan en una reunión, un familiar que cumple con la visita prometida a los suyos, se encontrará con que luego de unos meses le llegará a su casa una infracción “por forzar la barrera o evadir peaje”; cuando en realidad tal cosa nunca ocurrió, pues al haber levantado las cabinas de pago manual, el automovilista que venía por rutas norteñas, cordobesas, santafesinas o bonaerenses, pagando normalmente los peajes, seguramente sorprendido siguió de largo al no haber barreras ni cabinas de pago manual, para luego recibir en su casa la mácula de “infractor” por no decir “inocente cazado”. En definitiva, es respetable el intento de agilizar el pago, con un sistema de pago automático llamado “telepeaje”, pero debería ser obligatoria la existencia de cabinas de pago manual para aquellos que no están anoticiados del mismo, dada la diversidad de sistemas de pago existentes en las rutas de nuestro país. Esperemos que las autoridades resuelvan este tema a la brevedad, atendiendo a la historia, las costumbres y la buena fe que deben existir en las relaciones contractuales.

Miguel Ángel Reguera 


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