Investigan un crimen registrado en una ladrillera de Alderetes

Investigan un crimen registrado en una ladrillera de Alderetes

Un vecino encontró el cuerpo de la víctima -que habría sido asesinada por más de dos personas- tapado con una colcha.

EL LUGAR. La Policía preserva el lugar donde fue encontrado el cuerpo del hombre asesinado. EL LUGAR. La Policía preserva el lugar donde fue encontrado el cuerpo del hombre asesinado.

El viernes a media mañana, un hombre observó a lo lejos un bulto en la galería de su vecino. Como le resultó extraño, se acercó y descubrió que había un objeto tapado con una colcha gris. Después de tomar valor, corrió la manta y encontró el cuerpo del dueño de la casa. Salió corriendo y denunció el caso a la Policía. Así se abrió el expediente de un misterioso caso que ya fue bautizado por los habitantes de la zona como “El crimen de la ladrillera”.

En cuestión de minutos, la zona ubicada en avenida Independencia al 2.500 se llenó de policías, de peritos del Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF) y de funcionarios de la fiscalía de Homicidio que conduce Carlos Sale. No es un lugar desconocido para los investigadores. Las ladrilleras de ese lugar fueron puntos neurálgicos de varios casos. El más recordado fue el de la desaparición y crimen de la joven Daiana Garnica, registrado en mayo de 2017 y por el que fue condenado a perpetua Darío Suárez el año pasado.

En este caso en particular, la víctima fue identificada como Antonio “Cata” Olivera (63 años), único residente de la vivienda. En un primer informe, los peritos revelaron dos detalles. El primero, que el hombre había recibido varios golpes y que presuntamente lo ahorcaron hasta matarlo. El otro, que tenía lesiones de las llamadas defensivas, es decir, que luchó tenazmente por su vida.

El problema con el que se toparon los investigadores es que nadie vio ni escuchó nada la noche anterior. Los vecinos reconocieron que al estar alejadas las viviendas poco pueden saber qué sucedió. Sí les informaron que el lugar está lleno de perros que ladran hasta el cansancio cuando observan algo extraño, pero el jueves por la noche se mantuvieron en silencio.

Personal de Homicidios, al mando de José Montero, Susana Monteros y Miguel Carabajal, recibieron información de que la víctima estaba acostumbrada a recibir visitas por la noche. Señalaron además que era normal verlos consumir grandes cantidades de bebidas alcohólicas.

Los investigadores trabajan con tres certezas:

1- “Cata” fue atacado por dos o más personas, ya que era un hombre fornido y estaba acostumbrado a realizar tareas pesadas.

2- La víctima habría conocido a los agresores y por eso los perros no ladraron.

3- No se trató de un homicidio en ocasión de robo, ya que las pocas pertenencias de valor que tenía fueron halladas en sus casas.

La investigación de los efectivos ahora gira en torno a la vida del hombre fallecido. Buscan establecer quiénes eran las personas que lo frecuentaban y si había tenido algún problema en los últimos tiempos con alguien para determinar si fue víctima de una venganza.

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