Cartas de Lectores II: Universidades nacionales en crisis

Cartas de Lectores II: Universidades nacionales en crisis

03 Marzo 2024

La degradación de la Universidad pública lleva décadas, sobre todo en lo intelectual y en lo cultural. Aquel espacio en el que debían primar conceptos como los de solidaridad; construcción colectiva; conciencia de clases o hermandad, fue mutando -en un vaciamiento histórico y político inimaginable, o tal vez imaginable- hasta convertirse en un altar de culto al individualismo; al materialismo y a las condiciones que la meritocracia observe (en cada individuo), para trepar rápido y sin mirar nada a sus lados. Por eso no sorprende que -en las elecciones presidenciales de 2023- Milei haya ganado en el mundo de las universidades, tanto a nivel docentes como de estudiantes, según las encuestas pre y post elecciones. Los que hoy reclaman y gritan porque no tendrán fondos para funcionar, ni siquiera para sostenerse, votaron mayoritariamente por Milei y por su mensaje de eliminar todo lo estatal. La deshumanización que se respira en la mayoría de las aulas de las universidades públicas, es exhalada tanto por docentes como por el alumnado, infectados en un antiperonismo impuesto por los dueños reales del poder que, no conformes con ello, comenzaron también con el antiyrigoyenismo, en definitiva, con lo antipopular. Dicho en términos históricos, estas personas -de ser contemporáneas- habrían sido enemigos de hombres como Moreno, Monteagudo, Belgrano, San Martín, Dorrego o Artigas, incluso del mismísimo Roca. No quieren más juventudes pensantes, formadas, observadoras, curiosas, solidarias, empáticas, militantes y con opinión propia para confrontar y para romper el statu quo. “No señor -piensan los dueños del poder, sentados y fumando en sus grandes salones y oficinas-; esta historia no puede ni debe repetirse: nadie quiere un nuevo Tucumanazo o un nuevo Cordobazo…” Las balas están caras y los medios pagos aún más. Y con la existencia de las redes sociales, hoy les resultaría casi imposible volver a crear sentido común en la existencia de jóvenes subversivos y guerrilleros, porque sus mentiras y crímenes quedarían expuestos en cuestión de minutos, con la simple viralización de un video. Tal vez, las nuevas generaciones de docentes y alumnos de las universidades públicas tendrían que abandonar Tik Tok y volver a abrazar los libros, el revisionismo histórico y a los sobrevivientes de aquellas maravillosas generaciones.

Javier E. Guardia Bosñak

Temas Tucumán
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